Little Women, la novela que a finales del siglo XIX revolucionó los personajes femeninos y se enfrentó a las «guías de conducta para señoritas», vuelve al cine con una nueva adaptación, ya que, afirma Florence Pugh, una de sus protagonistas, es una historia “que merece ser contada de nuevo a cada generación según sus necesidades”.
En esta versión de la cineasta Greta Gerwig, Pugh comparte reparto con varios de los intérpretes más prometedores de la nueva generación de Hollywood: Saoirse Ronan, Emma Watson, Eliza Scanlen y Timothée Chalamet para actualizar una historia sobre mujeres que se atrevían a soñar y cultivar sus talentos en una sociedad que aspiraba a que exclusivamente fueran buenas esposas y madres de familia.
«Me interesan las mujeres de diferentes épocas porque siento que durante mucho tiempo han sido etiquetadas como personas que mantenían la boca cerrada y creían en una forma de vida muy antigua», explica la actriz tras presentar la película, uno de los estrenos navideños más esperados.
Pugh sabe de qué habla, pues su ascenso a la fama fue gracias a su aclamado papel de una noble indómita en la cinta de época Lady Macbeth, por la que se convirtió en uno de los rostros más prometedores del cine y ha cumplido metas como trabajar con Meryl Streep y Laura Dern en esta adaptación del clásico de la literatura o a fichar por la poderosa franquicia Marvel.
Hasta un total de seis ocasiones, sin contar obras menores, se ha adaptado Little Women de las páginas escritas por Louisa May Alcott a la gran pantalla y, aun así, tal y como defiende Pugh, la historia no pierde vigencia ni interés, ya que esta versión cuenta con dos nominaciones a los Globos de Oro y ha sido seleccionada por el American Film Institute como una de las mejores películas de 2019.
–En Little Women hay un monólogo de su personaje que admite con crudeza lo difícil que es para una mujer de la época ser independiente y lo atada que está a un hombre. ¿Es un cuento feminista?
–Creo que cada generación merece que se le vuelva a contar esta historia de la forma en que lo necesite. Siempre apreciaremos una historia sobre mujeres que vivieron en una época diferente y a quienes se les dijo todo lo que tenían que hacer.
–¿Y qué tiene de particular esta novela en concreto? ¿La conocía?
–Mi abuela me leyó un capítulo y se aseguró de que no estuviera dormida (risas). Pero creo que captura a una familia totalmente realista y representa maravillosamente a hermanas que son reales y honestas. Y no importa de qué época trate: todavía se siente completamente natural.
– ¿Por eso le gustan las películas de época? Su papel en Lady Macbeth era el de una noble rebelde totalmente contraria a ajustarse a las normas y a depender de un hombre…
–En realidad no busqué películas de época. Creo que los guiones han estado circulando en el momento adecuado. Pero sí diré que me interesan mujeres de diferentes épocas porque siento que durante mucho tiempo han sido etiquetadas como personas que mantenían la boca cerrada y creían en una forma de vida muy antigua. Y aunque eso puede ser cierto, siguen siendo personas apasionadas, ruidosas y emocionales, y creo que siempre he amado, supongo, romper esa barrera.
–De ahí su personaje en Little Women, que busca hacerse un hueco en el mundo del arte en una época en la que lo que se espera de ella es que se case y tenga hijos cuanto antes. ¿Qué le hace especial comparado al resto de las hermanas?
–Ella es la más joven, por lo que tiene un aire completamente diferente. Es orgullosa, piensa que el mundo está listo para admirarla. Ella vive en su propio mundo, se preocupa por sus propias cosas y no tiene miedo a llorar delante de sus hermanas en voz alta. Y eso es algo que creo que muchos hermanos más pequeños tienen, fueron criados de una manera diferente.
–Y pasando de hermanas a actrices veteranas, dijo en una entrevista que le daba literalmente miedo trabajar con Meryl Streep.
–Pero ella no daba miedo: creo que era más… que solo estaba nerviosa (risas). Ella es alucinante, todo lo que cualquiera desearía ser, una persona inteligente y hermosa. Tuvimos muchos ratos de pausa así que es increíble poder decir que aprendí de los pensamientos de Meryl sobre cosas normales (risas). Es una dama fascinante.
–Hablando de otros proyectos ¿La transición a las superproducciones de la factoría Marvel -responsable de la película más taquillera de la historia- con Black Widow le impone?
–No fue tan extraño como te imaginas. Obviamente, toda la pantalla verde (croma) y los efectos especiales es algo a lo que nunca te acostumbras porque tiene un tamaño enorme. Pero en realidad fue una grabación bastante fluida y creo que es porque todos los demás a bordo lo han hecho 100 veces.
–Pasa del indie a un género muy comercial.
–El estudio fue como el de cualquier película normal y daba una sensación bastante tranquilizadora que no pareciera tan grande. En realidad, fue bastante agradable estar allí aunque son dos formas de trabajo completamente diferentes.