Johana Rodríguez – @PeriodistaJohana
Amenazas de muerte, campañas de desprestigio, hostigamiento y persecución se han convertido en el día a día del caricaturista venezolano Fernando Pinilla, que a diferencia de otros colegas y pese a la merma de espacios para publicar, se mantiene tajante en su labor de informar, denunciar y generar una matriz de opinión con aquellos temas que aquejan al grueso de la población.
La tarea no ha sido fácil en un país que cuenta cada día con menos periódicos circulando. «Cuando comencé formalmente a publicar mis caricaturas políticas en el año 2009, cada estado del país contaba con al menos un medio impreso de relevancia y otros cuantos de menor alcance, pero con la crisis de papel que se desató en el 2016, el Gobierno se encargó de ir ahogando a los dueños de estas empresas», que desesperados por no desaparecer por completo su presencia en el mercado, migrarona las plataformas digitales.
«Lo que para muchos parecía un paso natural de la mano del avance tecnológico, no lo era. Una cosa es que un periódico impreso cuente con su página web y sus redes sociales y otra muy distinta es que ante la imposibilidad de costear la materia prima importada, tengan la únicaopción de publicarsolo de manera digital».
-En Venezuela la gente se adapta a todo como un mecanismo de supervivencia y hace que rápidamente normalicemos situaciones que no lo son. En el resto del mundo y pese a las teorías conspirativas de que los medios convencionales están destinados a desaparecer, los periódicos inundan los kioscos y la gente los sigue llevando, así como las revistas y encartados, lo cual llevó a tantos colegas a buscar oportunidades en su área en otros territorios donde se respeta la libertad de prensa. Aquí la transición a lo digital fue un suicidio debido a lo arcaico del sistema de comunicaciones del país, lo cual se refleja en la pésima conectividad. En conclusión: la transición al medio digital ha sido traumática.
Sin embargo, el compromiso de Pinilla consigo mismo, su familia y el país lo llevan a permanecer haciendo su trabajo dentro de Venezuela, pese a las múltiples ofertas recibidas desde el extranjero. «Soy consciente de que la caricatura es la damnificada de los géneros periodísticos porque cada vez contamos con menos tribuna, pese a eso, quiero ser un agente de cambio y aplicar esa resiliencia de la que tanto escuchamos hablar. Quiero seguir haciendo país con mi trabajo, que ha perdido eco pero no impacto».
Y es que históricamente la caricatura política siempre ha sido la piedra de tranca de los gobernantes, que a través de tan sólo una imagen pueden ver duramente criticada su gestión. «Chávez lo sabía perfectamente y por eso emprendió su campaña contra los periódicos, guerra que se radicalizó con Maduro y que se ve en los kioscos que apenas exhiben unos cuantos productos impresos que no son ni la sombra de lo que eran hace 15 años».
-Nunca será lo mismo publicar en un medio impreso que tu puedas tocar, oler, leer, releer y hasta recortar para pegar esa caricatura que te gustó en una cartelera, a ser publicado en la vorágine de las redes sociales, donde una imagen está disponible 5 segundos y luego es desplazada por el resto de fotos, que no son pocas.
Caricaturas vs memes
En un mundo que parece dominado por las redes sociales, muchos, sobre todo jóvenes, confunden las caricaturas políticas con los populares memes que abundan en plataformas como Instagram, por lo que Pinilla sale al paso para aclarar que aunque son parte del humorismo gráfico, no son sinónimos.
-Los memes no compiten con la caricatura política porque la última es un género periodístico de vieja data, viene desde la revolución francesa, la revolución industrial, todos los procesos políticos y sociales del siglo XX como una forma de denuncia y además siendo siempre la gran abanderada de los pueblos. La caricatura, siempre y cuando se haga con responsabilidad, siempre va a representar la voluntad del pueblo. No se pueden comparar, pese a la validez que tienen los memes por su impacto.
Finalmente, Pinilla lamenta el alcance que han perdido las caricaturas. “Contrario a lo que podría imaginarse, la caricatura contaba con más fuerza cuando era publicada en un periódico impreso porque le daba el peso de una empresa editorial respaldando el trabajo del caricaturista que debía manejarse dentro de la línea editorial de ese medio. Si evaluamos el número de seguidores que tienen esos mismos medios que migraron a lo digital, son muy pocos porque la conectividad es otro tema que agobia a los venezolanos de a pie, que así como los profesionales de mi área, anhelamos poder contar nuevamente con una gran variedad de periódicos impresos a la venta, donde todos tengamos espacio para informar y denunciar».
-En Venezuela estamos viviendo desde hace varios años un proceso de degradación, donde la caricatura se hundió en el olvido, lo asumo como caricaturista y comunicador. Sin embargo, mi deseo de revertir toda esta situación es mayor y se que si las condiciones cambiaran muchos colegas retornarían para enaltecer la labor y seguir ofreciendo su talento a la población que tanto lo agradecería en medio de tanta desinformación. Es necesario recobrar el estatus de las caricaturas dentro de la sociedad y por ende el rol de los caricaturistas, pese a que desde que llegó el régimen de Chávez estemos de capa caída.