Cuando nació en 2016, la Feria del Libro del Oeste de Caracas tenía la ventaja de contar con el público de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), donde se realiza a finales de año. Casi una década después, al cierre de su novena edición, las cosas han cambiado. Hasta el viernes, el encuentro recibió 5.593 visitantes de los cuales alrededor de 60% son personas externas a la institución.
El profesor Marcelino Bisbal, director de Abediciones y del comité organizador de la feria, consideró que este fenómeno tiene dos lecturas. La primera, que muchas personas del este y el oeste de la ciudad se acercan a la sede principal de la UCAB, en Montalbán, en búsqueda de actividades culturales o de esparcimiento que vayan más allá de la crisis del país. La segunda, llama mucho la atención, la casa de estudios tiene una población de casi 7.000 estudiantes pero su participación en la feria es muy baja.
Sin embargo, el académico señaló que están contentos con lo logrado en esta edición, en la que se instalaron 30 stands para librerías, distribuidoras y editoriales y hubo 102 actividades. “El año pasado tuvimos casi 7.000 visitantes de los cuales al menos 65% era público externo. Este año tenemos, hasta el viernes, 5.593 visitantes y te diría lo mismo: 60% es visitante externo”, expresó.
“Pero está bien. La gente quiere conocer el campus, que está precioso, y quiere participar de cosas que se dan dentro de la feria”, añadió el profesor.
Entre las 102 actividades hubo 47 presentaciones de libros, tres proyecciones de películas, 29 tertulias, conferencias o conversatorios, cuatro exposiciones, así como presentaciones teatrales como la pieza Diógenes y las camisas voladoras, dirigida por Julie Restifo y protagonizada por Javier Vidal. Otra actividad que llamó la atención durante la feria fue la disposición de mesas para jugar Scrabble gracias a la alianza con la Asociación Venezolana de Scrabble.
Es decir, como explica Bisbal, la Feria del Libro del Oeste de Caracas tiene al libro en el centro pero rodeado de una serie de actividades culturales. “Nuestra feria, y lo hemos definido así, es una ventana cultural: hay cine, teatro, títeres para niños tertulias, a partir siempre del libro como guía de las otras cosas que surgen”.
Entre los libros que se presentaron estuvieron Historia del columpio, del español Javier Moscoso, que estuvo como invitado internacional; Codicia. Auge y caída de la cúpula bancaria de Venezuela. 1974 – 1994, de Gerardo Lucas; Doy por vivido todo lo soñado, de Eduardo Liendo; Nebraska, de Miguel Gomes; Mujeres polacas destacadas —Polonia fue el país invitado este año—; La criolla principal, de Inés Quintero; El pacificador, de Francisco Suniaga, o la reedición, a propósito de los 40 años de su lanzamiento, de En torno al lenguaje, de Rafael Cadenas.
Además de poder ver películas como Niños de Las Brisas, de Marianela Maldonado, o Intemperie. La experiencia de Armando Rojas Guardia, de los hermanos Andrés y Luis Rodríguez, el público de la feria visitó las exposiciones El médico del pueblo. Vida y obra de José Gregorio Hernández —muestra itinerante que ya estuvo en Italia—, Ifigenia. De Teresa de la Parra —producida por el Museo del Libro Venezolano por los 100 años de la publicación de la novela—, Entre la tierra y el mar —acerca del escritor polaco Joseph Conrad— y Polonia, un país de patrimonio mundial.
Algunas personas, comentó Bisbal, se han acercado al equipo organizador para comentar que esta edición es la mejor que se ha realizado hasta ahora. Si bien agradece el apoyo, el profesor prefirió no ponderar el encuentro de este año comparándolo con los anteriores. Sería injusto, dijo. “Hay otra variabilidad de actividades que la han hecho interesante. Quizás la gente dice que es la mejor porque ha habido novedades importantes, como la reedición de En torno al lenguaje de Rafael Cadenas o la publicación de El pacificador de Francisco Suniaga, que tenía años sin salir a la palestra con una novela, además se reeditó su novela Adiós, Miss Venezuela. Eduardo Liendo, muy mayor, tenía años sin publicar otra novela”.
La gente, subrayó, está muy entusiasmada y eso motiva a los organizadores a seguir adelante, en preparación para la décima edición.
¿Ha resurgido la industria editorial de Venezuela?
Aunque recientemente han aparecido editoriales independientes que han publicado diversidad de libros en el país, donde ya no hay grandes sellos como Planeta o Penguin Random House, Bisbal consideró que es muy pronto para hablar de un resurgimiento de la industria.
“Muchas librerías cerraron sus puertas. Otras dejaron de vender libros porque no llegan novedades y cuando llegan son a precios muy elevados. Una novela, digamos la última de Leonardo Padura, puede costar 30 o 35 dólares. Algunas españolas que se han importado están en 20, 25 o 30 dólares. Eso es mucho dinero para los venezolanos”, comentó el profesor.
Lo que sí destaca es el movimiento de las ferias. Por ejemplo, la reactivación de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (Filuc) o el Festival de la Lectura Chacao, así como la aparición de iniciativas como la Feria de Editoriales Independientes de Venezuela o el Festival del Libro y la Lectura, en el Centro Comercial Parque Cerro Verde.
“Hace dos años eran la Filven por un lado y la Feria del Libro del Oeste de Caracas por otro. Pero es bueno que vayan resurgiendo las ferias. La gente creo que está buscando otras alternativas. Para nosotros lo que ha sido un éxito es que no solo se presentan libros, sino que es todo lo que está alrededor del libro”, dijo.