El destacado crítico literario, ensayista y filósofo franco-estadounidense George Steiner falleció a los 90 años de edad; así lo confirmó al New York Times su hijo David Steiner.
Steiner, que murió en su residencia de la ciudad de Cambridge, Reino Unido, fue uno de los críticos literarios más conocidos de la reputada revista The New Yorker. Allí trabajó desde 1966 hasta 1997, pero además destacó por sus ensayos y como profesor y académico.
En su prolífica obra, el escritor lidiaba con la paradoja del poder moral que posee la literatura, el cual no tiene ninguna capacidad de acción frente a eventos como el holocausto.
“Sabemos que un hombre puede leer a Goethe o Rilke en la tarde, que puede escuchar a Bach o a Schubert, y después ir durante la mañana a su trabajo en Auschwitz”, escribió Steiner. El crítico recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2001.
Otra de sus principales reflexiones básicas en cuanto a la comunicación humana es el uso diametralmente opuesto que se puede hacer de él, como explicó en su obra Gramáticas de la Creación.
“Para mi asombro, aunque pueda parecer inocente a la gente, la palabra humana se puede usar tanto para amar, construir o perdonar. Pero también para torturar, odiar, destruir o aniquilar”, reflexionó.
George Steiner también meditó sobre el origen del habla humano, el mito de la Torre de Babel y su significado para la humanidad, así como los beneficios de dominar varios idiomas.
En torno a estas y más cuestiones escribió más de dos docenas de libros, entre ellos colecciones de ensayos, una novela, y tres colecciones de cuentos cortos.
Su carrera
Durante su carrera, Steiner fue una personalidad controvertida y divisoria, que atraía alabanzas de sus seguidores por su erudición y sus brillantes argumentos. Pero, también causaba críticas que le acusaban de ser pretencioso y a menudo impreciso.
En sus memorias, el propio Steiner se lamentó de haber dividido sus esfuerzos en distintos campos y por la ausencia de cualquier escuela o movimiento que guiara sus pensamientos. Eso fue algo que admitió que era su “propia culpa”.
George Steiner nació en París en el seno de una familia judía el 23 de abril de 1929, y luego de una educación en francés, inglés y alemán, emigró con sus padres. Primero se radicó en Francia en 1924 y después en Nueva York en 1940 con el auge del antisemitismo.
Luego de titularse en la Universidad de Chicago en 1948 y recibir un máster en la Universidad de Harvard en 1950, Steiner se unió a la revista The Economist como editor en 1952. Allí permaneció hasta 1956, tras lo que se doctoró en por la Universidad de Oxford, Reino Unido.
A lo largo de su vida, trabajó como profesor en las universidades de Ginebra, Nueva York y Harvard.