“Todos estos medicamentos son para un mes. Ya no van a traer más”, es una de las líneas que dice Francisco Valencia, director de la ONG Codevida, en Está todo bien, un documental con el que Tuki Jencquel quiso retratar cómo se vive en Venezuela la crisis de salud. La cinta se proyectará en la sección Best of Fests del Documentary Film Festival Amsterdam, que se realizará del 14 al 25 de noviembre.
Un farmacéutico, un traumatólogo, un activista social y dos pacientes con cáncer intentan enfrentar el colapso del sistema asistencial mientras el oficialismo lo niega. Son personas que han padecido directamente la crisis humanitaria y que se han atrevido a contarla en la película.
Algunas secuencias de Está todo bien, que se estrenó mundialmente el 9 de junio en el Sheffield International Documentary Festival, en Inglaterra, fueron extraídas del contexto real y se presentan escenificadas. Los protagonistas tuvieron sesiones de psicodrama para construir los diálogos que afloraron de manera improvisada. Jencquel indicó que esta técnica lejos de restarle veracidad a las historias, permitió plasmar las emociones de los personajes sumidos en sus conflictos. Por eso en la cinta no menciona los datos surgidos de investigaciones periodísticas.
Con la puesta en escena, el autor también quiso jugar con el discurso oficial que señala que en el país no existe una crisis de salud. “La idea nació del concepto de la negación de la situación”, dijo. “No puedes negar la realidad de otro. Puedes decir que es mentira que hay 85% de escasez. Pero si te digo que estoy triste, deprimido o que me siento mal, ¿quién puede decirme que no es verdad si estoy hablando de mis emociones, de mis sentimientos?”, agregó.
Jencquel, que en 2011 ganó el Premio Feisal en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara con su mediometraje documental Sin ti contigo, señaló que el trabajo no es sobre toda la crisis de la salud. “La situación es mucho peor de lo que uno ve en el cine”, refirió. Las cinco historias recogen los casos de ciudadanos de una clase social que ha desaparecido por el deterioro de la economía. “Es una clase media que, en cierto momento, estuvo acomodada y que ahora se enfrenta a una crisis de salud”, añadió.
Al director venezolano, que vive en Alemania desde finales de 2016 por motivos profesionales, le tomó dos años realizar Está todo bien. La idea se le ocurrió cuando residía en Venezuela y veía cómo la situación iba empeorando. “Como cineasta pensé en retratar este momento para la posteridad a fin de tener un registro de lo que ocurre”, informó. En cuanto a la selección de los “actores”, dijo que comenzó con Francisco Valencia, por ser un rostro visible de la crisis, y los demás aparecieron poco a poco. “Al principio había varios personajes, pero luego fuimos descartando. No porque no fueran importantes, sino porque redujimos hasta tener los de más relevancia para contar la historia”.
El director invirtió sus propios recursos en la obra. No intentó solicitarlos a instituciones nacionales porque prefirió trabajar con bajo perfil. “La producción fue con un equipo pequeño. El proyecto discurrió de manera orgánica”, señaló.
Luego del estreno en Inglaterra, se proyectó en Cinemes Girona, en Barcelona (España), en una función benéfica organizada por la ONG Salud para Venezuela. El 9 de noviembre se presentará en el Centro Cultural Casa de América Latina, en París, y los recursos obtenidos se utilizarán para donar insumos al país. En Venezuela, Jencquel espera estrenarlo antes de que finalice el año.
Actualmente, Tuki Jencquel trabaja como productor en un documental acerca de su madre, Jacqueline Jencquel, una luchadora por el suicidio asistido. Dijo que espera volver pronto: “Quiero regresar para seguir filmando allá. Es el país donde nací y crecí. Me siento venezolano”.