Comienzan a despertar gran interés en casas editoriales los diarios de la escritora china Fang Fang, que reside en la ciudad de Wuhan, donde se inició el brote de coronavirus y se dio la primera cuarentena.
Desde el 25 de enero pasado, Fang empezó a publicar textos en un blog que documentaban la vida en ese lugar durante el apogeo de la enfermedad que mantiene en vilo al mundo.
Sus breves entradas, que escribió cada mañana y cada noche antes y después de la cuarentena forzosa que debieron atravesar los habitantes de Wuhan, se publicaron diariamente. Los textos contienen además reflexiones sobre la cotidianidad trastocada por el virus, historias de amigos y familiares afectados por la enfermedad y las respuestas del gobierno chino.
Fengcheng riji, El diario de Wuhan o Diario de una ciudad en cuarentena, recopila los escritos de Fang sobre el brote de covid-19. Se ha convertido en una de las fuentes más importantes para conocer el impacto del virus en la sociedad china.
«29 de enero. Todos estamos encerrados dentro de nuestras casas, mientras no hayamos sido infectados, estamos bien. Pero para los pacientes que buscan tratamiento hospitalario es muy difícil. He visto imágenes de video del personal médico y los pacientes que sufren una crisis; nunca he experimentado tanta tristeza e impotencia en mi vida», se lee en una de las entradas del diario.
Los fragmentos se publicaron originalmente en las cuentas personales de Fang en las redes sociales Sina Weibo y WeChat. Se calcula que más de 10 millones de personas han leído el diario online de la autora.
Rápidamente, noticias sobre el diario del coronavirus llegaron a los medios más prestigiosos del hemisferio norte, dentro y fuera de China. El 14 de febrero pasado, un artículo publicado en The New York Times despertó el interés entre las casas editoriales en lengua inglesa. Además, el 2 de marzo, una nota en The Guardian acrecentó aún más el deseo de leer los escritos de Fang.
La censura
De acuerdo con un informe chino, los escritos de Fang sobre el brote son «más informativos que leer artículos de periodistas«. Para millones de habitantes, su diario personal es más confiable que los medios de comunicación tradicionales a la hora de consignar los temores, sospechas y contratiempos que suscita la enfermedad. Incluso varios lectores han grabado videos y audios para familiares y amigos que se hallaban lejos de Wuhan. Muchas filmaciones caseras de esas lecturas se pueden ver y escuchar online.
Desde que comenzó a escribirlo, Fang publicó más de 70.000 palabras sobre el azote del coronavirus en Wuhan. Mientras tanto, las autoridades chinas le hicieron saber a la autora, declaró ella misma, que la consideraban una «disidente».
Agentes literarios del hemisferio norte negocian los derechos de la obra, que ya está siendo traducida al inglés. La idea de Fang Fang es destinar las ganancias que obtenga del libro a los médicos que luchan contra el virus en Wuhan y a las familias de aquellos profesionales de la salud que perdieron la vida en este aciago inicio de 2020.