Por JANINA PÉREZ ARIAS | SAN SEBASTIÁN
Uno de los casos que ha sacudido a toda América Latina es el del fiscal argentino Alberto Nisman. ¿Se suicidó? ¿Lo asesinaron? ¿Le indujeron a que acabase con su vida?
Estas son las interrogantes que se hizo Justin Webster, documentalista de origen inglés asentado en Barcelona, para dar inicio a un exhaustivo trabajo de tres años y medio de investigación.
El resultado es El fiscal, la presidenta y el espía, estrenado mundialmente en el marco del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Se trata de una serie de seis capítulos, en clave de thriller, en los que se despliega el caso Nisman y sus implicaciones.
En 2015, a Alberto Nisman lo encontraron en el baño de su casa con un tiro en la cabeza. Ocurrió justo cuatro días después de que, ejerciendo funciones de fiscal, acusara en un programa de televisión a la entonces presidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de haber ocultado la participación de iraníes en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), acaecido en 1994. El misterio aún prevalece.
A Webster, experto en la realización de series de no-ficción, le tomó tiempo decidirse si se metería con este tema que en su momento (y hasta hoy) está muy politizado. Además le parecía “demasiado peligroso y complicado”. Así describió sus dudas en un encuentro de la sección Zabaltegi Tabakalera.
El director y su equipo estaban conscientes de que el acceso iba a ser difícil en los tres países abordados: Argentina, Estados Unidos e Israel. Pero sobre todo se requería ser independientes y tener rapidez de acción. “El ruido mediático y la política son capaces de sepultar totalmente el fondo de lo que realmente pasó”, comentaba.
El equipo de El fiscal, la presidenta y el espía se vio enfrascado en una carrera contra el tiempo, que les puso a prueba el temple y la paciencia. Aunque se encontraron con una serie de paredes, pudieron recolectar el testimonio de unas 60 personas, de las cuales “tres o cuatro son las principales”, describió el director, a quien le sorprendió que pese a lo politizado y turbio del tema, existe la aspiración de dar con la verdad.
Que si pudieron detectar las mentiras y dar con nueva información, Justin Webster devela: “Incluso para las personas que conocen los casos –habla en plural ya que el de Nisman tiene ramificacione–, hay muchísimas cosas nuevas”. Eso sí, sin estar orientados en las llamadas exclusivas.
Lo importante para Justin Webster es que aunque no haya una única certeza, sí que “hay conclusiones, unas más claras que otras”.
Aunque el estreno mundial de El fiscal, la presidenta y el espía no haya causado tanto revuelo en estos días de festival, se augura que esta serie despejará ecuaciones. Removerá tierra y generará ciertas inquietudes tanto en Argentina como en toda América Latina.