La presentadora, locutora y comediante Erika de la Vega reveló que, por amenazas de quitarle su pasaporte, no podrá regresar al país mientras Maduro esté en el poder.
En su última visita a Venezuela en el año 2016, el sistema de identificación le anuló su pasaporte y la amenazó con no dejarla ir. La locutora, quien ha sido firme y recurrente en sus críticas hacia el chavismo y el gobierno de Maduro, pudo regresar a Miami, lugar donde reside, pero no puede volver a arriesgarse.
La venezolana, en una entrevista para el portal Infobae, confesó que durante esa visita la tristeza opacó su reencuentro con el público criollo. “Lloré desde que despegó el avión hasta llegar a mi casa, entendiendo que mientras ellos ocupen el poder no podré volver a mi tierra”, reveló.
De la Vega, quien elegió en la entrevista a su expareja, Henrique Capriles, aprovechó para darle un mensaje a Maduro: “Se lo voy a enviar en el único idioma que él entiende, en perfecto cubano: ‘Pipo, tú vas terminar como la fiesta del guatao’”, dijo.
Gracias a las nuevas plataformas digitales, la animadora se reinventó desde Miami con un podcast titulado “En defensa propia”. Allí habla de tiempos modernos, conflictos de la adultez y, en especial, de la migración.
“Emigrar y pasar por tantos cambios y mantenerse optimista no es nada fácil. En mí se instaló una voz saboteadora y mala que se alimenta de mis inseguridades, miedos y sobretodo de la nostalgia. Esa voz es la que me ha golpeado la autoestima y mi amor propio”, confesó.
Otro de los temas que trata en su programa son las mujeres. Su vulnerabilidad, soledad e incertidumbre. “Mi objetivo es saber más de las sombras que de las luces de la vida de estas mujeres. Quiero hacer un contrapeso entre la perfección del Instagram y la realidad que vivimos fuera del mundo digital”, aseguró de la Vega.
“Soy mujer y sé de primera mano que la vida no es fácil. Quiero que la que me está escuchando sepa que no está sola con lo que siente y sufre en soledad”, agregó.
Cuando la venezolana llegó a Estados Unidos, después de mucho trabajo, debutó en el teatro con la obra “Puras Cosas Maravillosas”. La obra contaba la historia de una mujer que, desde pequeña, había lidiado con la depresión y los intentos de suicidio de su madre.
Sobre la experiencia, de la Vega contó que, por ser un tema universal, el espectáculo trajo público de todas las nacionalidades. “Igual, de manera personal, te puedo decir que por primera vez conecté con el público desde un lugar muy diferente al que estaba acostumbrada que era el de la risa y el de la empatía de la observación de nuestro comportamiento”, dijo.
“Al salir de cada función compartía con la gente que se quedaba y se abrían a contarme historias muy personales de depresión y de pérdida de seres queridos y eso me abrió mi corazón y mi mente y me di cuenta de que me podía permitir hablar de otros temas más vulnerables y más serios. Es difícil de explicar, cuando escuchaba estas historias sentía que la persona estaba sanando y yo también”, reveló.
Erika de la Vega, quien es madre de Matías Ignacio Torres, aseguró también que siempre tiene presente a su país en la crianza de su hijo: “Lo conectamos a sus raíces venezolanas con la comida, con nuestra manera de hablar o de expresarnos y la manera de ver la vida. De agradecer y valorar a diario lo que tenemos y de lo doloroso que es dejar tu país y empezar de nuevo”.
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