Un grupo de 25 profesionales que trabajaron en el rodaje de Rust, la película en la que Alec Baldwin mató accidentalmente a la directora de fotografía Halyna Hutchins, defendió en una carta las condiciones de trabajo y las medidas de seguridad presentes en el estudio.
La misiva, publicada el jueves en el perfil de Instagram de Baldwin, incluye los nombres y apellidos de los empleados, quienes afirman que «no han recibido ningún tipo de influencia por parte de los productores».
Hasta ahora, las declaraciones de algunos miembros del equipo de rodaje de Rust describían un ambiente de trabajo precario en el que las protestas se amontonaban y por el que dimitieron media docena de empleados el mismo día del accidente.
Sin embargo, este grupo de empleados detalló una versión radicalmente distinta sobre las condiciones.
«La moral de trabajo en el estudio era alta», aseguraron en la carta.
«El trabajo fue duro, pero significativo. Nos inspiraban la calidad del guión y las actuaciones del elenco. La ética de trabajo de Halyna fue inspiradora y trabajamos con nuestras capacidades máximas para hacer realidad su visión», continuaron.
De acuerdo con estos profesionales, las horas de trabajo y el salario «estaban de acuerdo con las expectativas» y había un «buen entendimiento» respecto a los desplazamientos entre el alojamiento y las localizaciones del rodaje.
«Solicitamos amablemente que sus especulaciones y generalizaciones sobre nosotros y nuestros compañeros sean comprensivas hasta que concluya la investigación», solicitaron.
Por su parte, Baldwin ejerció en la noche del jueves como presentador en la gala Robert F. Kennedy Ripple of Hope, celebrada en Nueva York, donde no hizo mención al accidente.
La semana pasada, el actor dio una entrevista en horario de máxima audiencia en la que aseguró que no fue consciente de que había disparado a Hutchins hasta que pasaron varios minutos después del incidente.
«Pensé para mis adentros: ‘¿Se desmayó?’ La noción de que había una bala real en esa pistola no se me ocurrió hasta que pasaron probablemente 45 minutos o una hora», explicó.
«Alguien puso munición real en esa pistola, una bala que ni siquiera debía estar en el edificio», afirmó.
Por su parte, el alguacil de la localidad Santa Fe, Adan Mendoza, dijo el mes pasado que había encontrado unos 500 cartuchos de munición en el estudio, entre los que había una mezcla de «cartuchos de fogueo, balas falsas y balas verdaderas».
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional