«Hola amigos, quiero compartir con ustedes que soy una persona trans», escribió el martes en su cuenta de Instagram la estrella de Juno, Elliot Page. «Mis pronombres ahora son él o elle y mi nombre es Elliot. Me siento afortunado de escribir esto. De estar acá. De haber llegado a este momento de mi vida», amplió.
«Me siento sumamente contento y agradecido por la gente increíble que me apoyó en este camino, no puedo ni comenzar a expresar lo increíble que se siente, finalmente, amar mi identidad lo suficiente como para poder mostrarme tal cual soy», añadió en una profunda publicación que recibió el apoyo de sus colegas y de su esposa, la bailarina Emma Portner, con quien contrajo matrimonio en 2018.
Nacido en Canadá, Page, de 33 años de edad fue construyendo una carrera marcada por roles sumamente atractivos que fueron definiendo su perfil como actor. Si había un papel con el que podía salir de la comodidad, se metía de lleno en él. Tomemos como ejemplo uno de sus primeros trabajos: el thriller de 2005, Hard Candy, una mirada al abuso sexual bajo la perspectiva de una mujer que buscaba acabar con un perpetrador. Y si bien al año siguiente personificó a Kitty Pryde en X-Men 3: La batalla final, su consagración se produjo gracias al hermoso rol que le escribió la directora y guionista Diablo Cody: el de Juno MacGuff en el largometraje La joven vida de Juno de Jason Reitman, por el cual recibió una merecida nominación al Oscar.
Podríamos decir que los pasos posteriores que dio fueron, en cierta medida, una forma de dejar a Juno atrás -en un momento fue imposible disociarlo del personaje-, no porque renegara del papel -de hecho, una de sus últimas historias de Instagram está signada por el recuerdo de esa película-, sino porque se rehusaba a ser encasillado. Como consecuencia, llegaron sus interpretaciones en Whip It de Drew Barrymore, El origen de Christopher Nolan y Touchy Feely de la fallecida realizadora Lynn Shelton, acaso el filme que marcaría definitivamente su inclinación por el cine indie.
En 2015, Page coprotagonizó y produjo junto a Evan Rachel Wood el drama posapocalíptico Into the Forest, donde brindó una sentida interpretación en la obra de Patricia Rozema. Ese mismo año comandó junto a Julianne Moore No sin ella, una biopic con la que Page comenzaba a mostrarnos que quería abordar proyectos vinculados a la visibilidad queer, como esta historia de una pareja homosexual que luchó por sus derechos básicos.
Un año después, creó junto a su amigo Ian Daniels, Gaycation, una serie documental sugerida por el cineasta Spike Jonze que lo llevó a recorrer el mundo para registrar cuán avanzado se estaba en cada país con la igualdad de género. El momento que alcanzó mayor transcendencia de esta producción fue su encuentro, en 2018, con Jair Bolsonaro, actual presidente de Brasil. La entrevista duró apenas unos minutos, pero fue muy reveladora. «Me tildan como un gran homofóbico y se equivocan. Mi lucha siempre fue y será contra la distribución de material LGBTQ escolar para niños mayores de 6 años. Eso es todo», decía el entonces candidato presidencial.
«He leído cosas que dijo y esas cosas, a mí, me parecen homofóbicas. Puede defenderse o explicármelo ahora, pero leí una cita que decía que ‘las personas deben sacar a golpes al gay que hay en sus hijos’. Yo soy gay, y le pregunto: ¿Cree que debieron golpearme cuando era niña para que no fuera gay?», le pregunta Page. «Si la miro no pienso ‘creo que es gay’… Eso no me interesa. Usted es linda. Si fuese un cadete en la academia militar y la viera en la calle le silbaría. Usted es hermosa», le responde Bolsonaro, ante lo que Page no reacciona y continúa con su cruzada por focalizar y desmenuzar las diatribas del mandatario.
«Creo que es un asunto de comportamiento. Cuando era joven, en términos de porcentajes, los gays eran pocos. Con el tiempo, debido a las libertades, a las drogas y a que las mujeres trabajan, aumentó considerablemente el número de homosexuales. También suelo decir que si su hijo está con gente que tiene cierto comportamiento, se comportará igual y creerá que es normal», dijo Bolsonaro.
«Bueno, ese es el problema… Que usted lo ve como algo anormal. Dice que deberían golpear a los hijos gays y que prefiere que su hijo se muriera antes de que sea gay. Eso produce, a su vez, odio e infunde vergüenza en la gente. Si se burlan de ellos, eso se traduce en depresión y suicidios», le marcaba minutos antes de dar por finalizado el intercambio. Cuatro años antes de ese momento, Page había salido del clóset a través de un emotivo discurso análogo a su publicación de este martes.
En diálogo con La Nación en 2019, en San Pablo, y en plena promoción de la serie de Netflix The Umbrella Academy, remarcaba que había elegido formar parte de la producción porque sentía que se ponía de relieve la diversidad. «Me hace muy feliz escuchar que ustedes cuentan con la ley de matrimonio igualitario», añadía en esa charla, brindándole espontaneidad a una entrevista de pocos minutos. Page, lejos de las respuestas de manual, quería dejar en claro que allí estaba su corazón: en trabajar, desde el cine como desde su militancia, para poder representar a la comunidad queer e intentar evitar fatales desenlaces de quienes no pueden tener un coming out libre de traumas. Por eso también eligió actuar en Historias de San Francisco, otra serie de Netflix donde esa diversidad que Elliot pide constantemente era el núcleo de la historia.
«Estoy aquí porque soy gay y porque quizás pueda hacer la diferencia y ayudar a otros a tener esperanza y pasarla un poco mejor. De cualquier modo, siento la obligación personal y la responsabilidad social de hacerlo. Sufrí por años porque tenía terror de contarlo. Mi espíritu sufrió, mi salud mental sufrió y mis relaciones sufrieron. Y hoy estoy aquí, de pie, junto a ustedes, del otro lado de ese dolor», narró con nervios al comienzo en ese memorable discurso para Time to THRIVE donde compartía con orgullo con el mundo que era queer.
El mismo orgullo que lo condujo a compartir el martes que se define como trans y que su genuina apertura persigue el objetivo de ayudar a quien pueda estar escuchando con miedo a alzar su voz.
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