ENTRETENIMIENTO

El sector cinematográfico se replantea su labor ante la crisis

por Avatar Humberto Sánchez Amaya

El tema es álgido. La crisis en el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía ha abierto el debate sobre los modelos de financiación para la producción de películas en el país.

Los gremios aseguran no querer abandonar un espacio que acaba de cumplir 25 años. En el cargo de presidente fue nombrado Roque Valero por el ministro de Cultura Ernesto Villegas. Fue el lunes 5 de agosto de 2019, un día antes de la reunión a puertas abiertas convocada por el Foro del Cine Venezolano en la que estaba prevista pedir la renuncia de Aracelis García, quien ocupaba el cargo desde 2017.

A finales de julio la organización que agrupa a distintos gremios cinematográficos del país le envió una carta a Villegas en la que solicitan una reunión para plantear sus preocupaciones, entre ellas la paralización del ente.

Por ejemplo, el único proyecto de largometraje aprobado en 2018 fue La otra isla de Joe Torres. “Lo que me ofrecen, al cambio, son 700.000 bolívares soberanos”, cuenta.

Entre enero y julio de este año ha habido una disminución de 2.627.370 espectadores con respecto al mismo período de 2018; de 10.184.845 a 7.557.475, lo que representa una caída de 25,79%.

Ahora bien, esto para los gremios es una preocupación en lo que respecta al Fondo de Promoción y Financiamiento del Cine (Fonprocine), que recibe recursos de un porcentaje de las entradas al cine, así como empresas de televisión por suscripción, productoras y demás grupos vinculados a la industria.

Este fondo es administrado por una junta conformada por la presidencia del CNAC, gremios de exhibidores, productores y autores, entre otros grupos privados.

Fonprocine es una de las principales fuentes de financiamiento a través del CNAC. Otra opción es Ibermedia, iniciativa creada para coproducciones entre países de la región. El CNAC es el organismo que representa los intereses ante esta institución, pero desde 2016 no paga las cuotas correspondientes. Hasta el año pasado la deuda era de 1.282.000 dólares.

Joe Torres cuenta que su proyecto también fue seleccionado para Ibermedia. “Pero como estamos en default, no habrá financiamiento”.

lunas

La productora Claudia Lepage indica que, en este momento, realizar una película como La noche de las dos lunas costaría entre 700.000 y 800.000 dólares

La reunión del martes 6 de agosto convocada por el Foro del Cine Venezolano fue en Cines Unidos del Centro Comercial Millennium. Una de las asistentes fue la productora Claudia Lepage, a cargo de filmes como La distancia más larga y La noche de las dos lunas. “Para un rodaje que estoy por iniciar, el financiamiento viene por completo de instituciones extranjeras”, relata quien además detalla que una película como La noche de las dos lunas, en estos momentos, costaría entre los 700.000 y 800.000 dólares. Claro, es una coproducción con España que incluye la participación de actores extranjeros con postproducción de imagen y sonido en Madrid.

Cuando se indaga en el sector de rentals, es evidente cómo la situación se ha hecho cuesta arriba. Marco Díaz, gerente general de Cinequipos 2002, explica cómo ha bajado considerablemente la producción. “El rodaje de películas y comerciales cayó, pero se incrementaron los videoclips, porque mucha gente de afuera empezó a grabar acá. Pero eso empezó a caer en enero de este año por la situación y la inflación, que ahora también afecta al dólar. Semanalmente podíamos desarrollar 9 comerciales o videos, pero ahora en un mes hay entre 6 y 10 producciones. En el cine, en otros tiempos, podían ser entre 60 y 80 películas al año. Hoy, si acaso 4”, detalla.

Sobre los costos indica: “Una producción con todo el equipo de cámara, sistema de luces, todas las grúas, planta eléctrica y transporte cuesta 2.000 dólares en equipo por día”.

Discusión de propuestas

Ante esta situación, el cineasta Carlos Caridad Montero considera que hay obras de bajo presupuesto que deben ser tomadas en cuenta como propuesta, además de aseverar que es un tiempo propicio para el documental. “Creo que en los próximos años veremos un renacimiento del formato, que resulta más económico de producir, y que en estos tiempos convulsos es esencial”.

El director Edgar Rocca es partidario también de enfocar los esfuerzos en el sector privado y empezar por cambiar paradigmas en la concepción de las obras hacia resultados más comerciales que permitan consolidar una industria.

Su primer filme, El peor hombre del mundo, tuvo entre sus financistas a la empresa Policancha, presidida por Alfredo Rodríguez Gallad. Recomienda, además, no menospreciar la capacidad del actor al momento de conseguir presupuestos o intercambios, pues una figura de peso puede ser el atractivo para que algún inversionista dé dinero. “En mi primera película Elaiza Gil fue productora ejecutiva. Su presencia le dio confianza al inversionista. Porque además ella tiene una trayectoria y no puede permitir ningún descalabro”.

Ahora bien, desde el Foro del Cine Venezolano una de las principales propuestas es la aplicación los artículos 57 y 59 de la Ley de Cinematografía Nacional, que establecen beneficios a los contribuyentes del impuesto sobre la renta si invierten en proyectos cinematográficos autorizados por el CNAC.

Hernán Jabes también es partidario de apostar por el sector privado, como ha hecho con la versión cinematográfica de la novela Jezabel, que rodó el año pasado en Venezuela, y para la que recientemente le fue aprobado financiamiento para la postproducción por parte del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad de México. “Hay que buscar los recursos fuera del CNAC porque las condiciones actuales no sirven para nada”. Por redes sociales incluso propuso acudir a la gestión encabezada por Juan Guaidó para plantear el problema.

Joe Torres pide ser precavido antes algunas propuestas. “Nadie tiene una alternativa al esquema de CNAC, Ibermedia o el adelanto de distribución. Las propuestas hechas hasta ahora por muchos son inviables porque la primera pregunta sería de dónde viene ese dinero. Cuando financia el CNAC todos conocemos la composición del fondo. Lo mismo con Ibermedia. Pero acá nadie se pregunta de dónde viene el dinero de estos otros esquemas que plantean. No estoy diciendo que sea mal habido, pero hay que hacer esas preguntas. Es verdad que hay cine guerrilla o dogma, pero en ese caso hablamos de conceptos. Hay mucho irresponsable que dice que con un celular y 1.000 dólares puede hacer una película. ¿Pero qué pones delante de ese celular?”, agrega Torres, quien también es miembro de la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos y la Asociación Venezolana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales.

Torres puntualiza en los adelantos de distribución por la caída de la taquilla. “Antes uno negociaba con un distribuidor, al que le decías que, según cálculos, una película podía tener 400.000 espectadores. Entonces, cuando la película superara los primeros 100.000, se pagaban los adelantos de distribución y, a partir de ahí, se compartían las ganancias”.

Ahora afirma que la crisis ha hecho que su generación haya tenido que aprender a buscar dinero en el exterior. “Recurrir a fondos internacionales de dinero blando donde también están cineastas como Amat Escalante, Lucrecia Martel. ¿Qué es dinero blanco? Dinero que no tienes que devolver”. Entre esos fondos menciona a Eficine de México, Proimagenes de Colombia o el Fondo de Fomento Chileno.

Sobre el CNAC

En una lista de preocupaciones sobre el estado del CNAC durante la gestión de Aracelis García se enumeran las reiteradas suspensiones del comité ejecutivo del CNAC por la ausencia de varios de los directores, tanto principales como suplentes del sector oficial, situación que ha dificultado reunir el quórum necesario.

En esa lista, que circula entre algunos miembros del gremio, también se denuncia que la anterior presidenta presentó un plan para 2019 que nunca fue consultado ni enviado al comité ejecutivo. Igualmente hay inquietud por lo que ha ocurrido con el proyecto Tres vidas, tres destinos de Carlos Azpúrua, que fue evaluado negativamente por la comisión de estudios de proyectos, pero luego fue impuesto, según el texto.

Aseguran que no se ha presentado de forma completa y satisfactoria al comité ejecutivo la Memoria y Cuenta de 2018. También se lee que se desconoce la cantidad de dinero disponible, comprometido y en ejecución por vía de la Ley de Presupuesto, así como tampoco se tiene información actualizada sobre el caso de Ibermedia ni los compromisos de pago de la deuda.

Como medida preventiva, hay una propuesta para crear una comisión por parte del comité ejecutivo para verificar si las decisiones tomadas son cumplidas. También subrayan los problemas con el servicio eléctrico en parte de la sede del CNAC, pero el lunes 26 agosto el ente anunció en Twitter que fueron instalados dos nuevos transformadores que restituyeron en su totalidad el servicio en las oficinas.

“Los gremios están en una disyuntiva. No sabemos por las circunstancias nacionales si hay que cruzar esos puentes o emprender un camino diferente al que propone la dictadura. Yo también tengo esa disyuntiva. Hay que estar claros que el CNAC no se preparó para lo que está ocurriendo. Desde que Aracelis García llegó se convirtió en una operadora política”, asevera Joe Torres.

Henry Páez, delegado de la Cámara Venezolana de Productores de Largometrajes ante el CNAC, considera que es muy poco lo que se puede hacer si las observaciones que se han hecho no se toman en cuenta.  Es partidario del encuentro y del diálogo. “Debatiremos muchas cosas. Pero si vemos que no es posible, optaremos por lo que legalmente podremos hacer. Existen muchas posibilidades en este momento en el que podamos presionar. Para que haya cambios son necesarias las reuniones. Nadie en este momento puede darle una patada a la mesa sin sufrir las consecuencias”.

Vale recordar que en 2017 un grupo de 621 miembros del gremio cinematográfico firmaron un manifiesto en contra de la asamblea nacional constituyente, a la que pertenece Roque Valero.

Otro tema que Claudia Lepage subraya sobre el funcionamiento del CNAC es el de la certificación.  Explica: “El cine venezolano no es solo el cine que apoya el CNAC, pero este es nuestro ente rector. Es el que tiene que facilitar ciertos mecanismos. Si quiero hacer una coproducción internacional, necesito pedir un certificado para coproducción al CNAC y como productora no tengo a quien solicitárselo”.

A principios de agosto también generó incomodidad un anuncio de Aracelis García, a través de medios del Estado, sobre la aprobación de un proyecto de Román Chalbaud. “Eso no debió hacerse público hasta no haberse resuelto. Porque generan expectativas que son falsas. Exigía aportes muchos más altos de los dispuestos para largometrajes este año. Hay una cola que respetar”, comenta Páez.

El lunes 26 de agosto hubo una primera reunión del comité ejecutivo después del nombramiento de la nueva presidencia. Estuvo Roque Valero y se definieron normas de funcionamiento. Se prevé entrar en agenda.

El Nacional solicitó dos entrevistas a la presidencia del CNAC. La primera el 31 de julio y la segunda el 21 de agosto. Ese mismo día, desde el correo de presidencia aseguraron que habría una respuesta en breves momentos, pero hasta la realización de esta nota no hubo más información.

El Ministerio de la Cultura tiene previsto realizar el llamado Encuentro Nacional de Cine y Audiovisual: Innovamos o erramos del 27 al 29 de septiembre en las instalaciones de Unearte, en Bellas Artes.

Para leer la carta enviada a Ernesto Villegas, hacer click acá

Para leer la lista de preocupaciones de los gremios durante la gestión de Aracelis García, hacer click acá

*En el texto: CE (Comité Ejecutivo), CNA (Consejo Nacional Administrativo), JA (Junta Administradora de Fonprocine), RIEPFF (Reglamento Interno de Estímulo y Fomento a la Creación, la Producción, la Promoción, la Comercialización, la Preservación y la Conservación de la Obra Cinematográfica y Audiovisual), HP (Honorarios profesionales), POA (Plan Operativo Anual).

@HumbertoSanchez