ENTRETENIMIENTO

El Poliedro retomó su esencia en una gran noche de Camila y Sin Bandera

por Avatar Isaac González Mendoza (@IsaacGMendoza)

Desde hace al menos siete años, con el agravamiento de la crisis del país, el Poliedro de Caracas dejó de recibir a artistas internacionales. Sus instalaciones quedaron reducidas a eventos del gobierno y hasta enero funcionó como hospital de campaña para el covid-19.

Entre el 14 y 15 de junio el enorme recinto, que tiene un aforo máximo de 13.500 personas sentadas y en el que se han presentado reconocidas figuras nacionales e internacionales, recobró su esencia con el concierto de Sin Bandera y Camila, quienes presentaron durante dos noches 4 latidos Tour.

Rodeado de funcionarios de la PNB y la GNB, que apoyaron tanto en la seguridad como en la organización de los asistentes, el Poliedro de Caracas, concebido por el prestigioso arquitecto Jimmy Alcock, abrió sus puertas a dos de las agrupaciones mexicanas más  reconocidas de los últimos 20 años en América Latina con espacios iluminados y acondicionados.

Entre los pasillos se dispusieron marcas de comida y licores como Menta Romero, Coco Thai y Ocumare, así como una glam cam con canciones de Sin Bandera y Camila y un área de karaoke de FM Center justo antes de subir las escaleras. El público se paseaba por las instalaciones tomándose fotos o tomando algo mientras esperaban por el inicio del concierto.

En carteles puestos en las columnas, en el Poliedro se recuerdan momentos gloriosos como la serie de conciertos de Queen en 1981 o las presentaciones de Soda Stereo de 1991, 1993 y 1995, bajo la cúpula, y el de 1997, organizado en el estacionamiento. Aunque también hay propaganda política, como una foto de Hugo Chávez en el Poliedro el 7 de septiembre de 2012, un mes antes de las elecciones de octubre de ese año.

Prácticamente no hizo falta que Noel Schajris y Leonel García, los miembros de Sin Bandera, interactuaran con el público. Apenas comenzaron su show con «Kilómetros», bajo la cúpula del Poliedro nadie dejaba de cantar. Ese fue uno de los sencillos de su primer disco, Sin Bandera, con el que ganaron su primer Grammy Latino y que los lanzó a la fama junto a otros temas como «Entra en mi vida», «Te vi venir» o «Sirena».

«Gracias por recibirnos, de verdad. Sin Bandera tiene un corazón compuesto por mucha gente, pero ustedes son gran parte de ese corazón porque siempre están en el centro de lo que hemos hecho. Son de los que tienen más amor para dar. Es un honor estar aquí», expresó García, que fundó el dúo en 2000 con Schajris. Se separaron en 2008 por siete años para luego retomar el proyecto con la gira Una última vez junto al disco del mismo nombre. Desde entonces se han mantenido unidos.

Tras interpretar «Para alcanzarte» y «De viaje», García jugó con una frase muy venezolana, «A ponerse las alpargatas que lo que viene es joropo», para advertir que todavía quedaba mucho show. Schajris recordó que la fecha del 15 de junio fue la que se agotó en pocas horas, por lo que «aquí están los fans de verdad», dijo riéndose. «Ustedes son los primeros», agregó Leonel antes de comenzar con «Te vi venir». Luego tocaron una más reciente, «En esta no», y siguieron más clásicos: «Que lloro», «Ves», «Sirena», «Suelta mi mano» y «Que me alcance la vida».

Sin Bandera no contó historias ni habló demasiado en la primera parte del concierto, ya con la gente coreando las letras era suficiente para el dúo. Eso sí, en cada una procuraron demostrar que son versátiles, a pesar de los años: mientras con «Ves», una canción muy suave, Leonel cantó apoyado del piano con Noel tocando, en «Sirena» ambos bailaron y el mexicano hasta aprovechó para tocar la conga.

Tras unos segundos de black out, apareció Camila con «Mientes». El dúo, integrado por Mario Domm y Pablo Hurtado, siempre ha tenido la particularidad de ofrecer canciones con letras cortas y tajantes atravesadas por un rock largo y pesado. Como si cada canción llegara a un clímax influenciada por el despecho o el amor. Pues eso trajo una reacción del Poliedro, de pie durante la mayor parte del show de Camila, que sí compartió historias contadas por un emocionado Domm.

«Chicos, tanto tiempo sin vernos. Debo decirles que se ven tan bien, se ven enteros, contentos. Estamos vivos. A la chingada la pandemia. Se acabó. Toca sonreír. Extrañaba mucho verles la boca en los conciertos», dijo el cantautor mexicano después de cantar «Tú decidiste dejarme» y seguir con esa combinación de pasión y ternura que es «Bésame».

Domm aprovechó para recordar cuando escribió «Luz», de 2020, una canción que habla de un resurgir luego de un período de tristeza. «Tu llegada fue como un beso. De Dios fue mi camino de regreso», dice parte de la letra. El músico explicó que el encierro por la pandemia le afectó, por lo que un día se sentó al piano y escribió este tema. «Yo dije: ¿cómo hago una canción que me motive, que me recuerde que por estar en casa no debo dejar de crear? Un día escribí una canción, y se las quiero cantar», expresó.

Recordó otra anécdota con el tema «Perdón», inspirado en una relación en la que cometió un error e intentó, sin éxito, pedir perdón. «Le mandé un mensaje de voz pidiéndole que me perdonara, le di tiempo y volví a pedírselo. Después de cuatro o cinco veces dije ‘si no me contesta le escribo una canción’. Pues no contestó, y le hice esta canción», afirmó el músico.

Uno de los mejores momentos de la noche para Camila llegó con «Aléjate de mí», esa canción de 2010 que habla sobre un tema muy comentado hoy en medios y redes: las relaciones tóxicas. «Entiende que, aunque pida que te vayas, no quiero perderte», dice una de sus líneas. Fue un punto del show en que, mientras la cúpula era iluminada con celulares del público, el tema se alargó por los gritos de más de 10.000 personas. Mario y Pablo se quedaron mirando la reacción de la gente. Debe ser ese el momento en que los artistas saben hasta dónde ha llegado su trabajo.

Tras cerrar con «Coleccionista de canciones», Camila y Sin Bandera se unieron para cantar cuatro temas, dos de cada dúo: «Entra en mi vida», «Abrázame», «Mientes tan bien» y «Todo cambió», con la que pidieron al público tomarse de las manos para hacer una enorme cadena en el Poliedro, ese recinto que se prepara para más noches de música y  buena energía.