El parque Disney de Shanghái volvió a abrir al público este lunes, pero con restricciones. Un signo de la vuelta progresiva a la normalidad en China pese a la amenaza persistente del coronavirus.
El parque de atracciones, situado en la mayor ciudad de China, es el primero en el mundo que vuelve a abrir desde que empezó la pandemia, con importantes consecuencias económicas para el grupo estadounidenses de entretenimiento.
A medida que la propagación del coronavirus se ralentiza en China en las últimas semanas, el país empezó a abrir algunas atracciones turísticas, como la Gran Muralla o la Ciudad Prohibida en Pekín.
En Shanghai Disneyland Park, los visitantes debían este lunes llevar mascarilla y mostrar el color verde en una aplicación de su teléfono para demostrar que no están contaminados y poder entrar.
La reanudación de la actividad será progresiva. El parque tiene previsto acoger un máximo de 24.000 personas al día durante varias semanas en vez de las 80.000 que suele recibir normalmente. Además, es obligatorio reservar antes por Internet.
Dentro del parque los anuncios por megafonía recuerden a los clientes que hay que mantener la distancia en la cola de las atracciones.
En el suelo, las líneas amarillas marcan la distancia mínima que hay que respetar entre las personas.
El parque prometió aumentar la frecuencia de la desinfección y limitar, o incluso anular, las interacciones entre el público y los personajes como Mickey y Donald.
A pesar de los temores, las entradas para esta primera jornada de apertura se vendieron en pocos minutos el viernes, cuando se pusieron en venta por Internet, indicó la prensa local.
«Incluso si muchas atracciones siguen cerradas, estamos muy impacientes» dijo a la AFP una visitante en la entrada del parque, acompañada por una niña de 5 años de edad.
«Hemos pasado dos meses encerradas, era un aburrimiento mortal», añade.
Disney cerró su parque en Shanghái a finales de enero, y luego hizo lo mismo con sus instalaciones en Estados Unidos Francia, Japón y Hong Kong.
Una epidemia de 1.400 millones
La pandemia apareció a finales de 2019 en la ciudad de Wuhan (centro) y luego se propagó al resto de China y al mundo entero.
Gracias a medidas radicales de confinamiento, China vio como disminuía regularmente el número de casos desde marzo. Desde mediados de abril no se registran nuevos decesos.
Pero el número de contaminaciones se disparó de nuevo en los últimos días, sobre todo en Wuhan, donde no había nuevos contagios desde hacía un mes.
La reapertura del parque de Shanghái es una buena noticia para el grupo Walt Disney, que cayó en bolsa en los últimos meses.
La multinacional del entretenimiento evalúa en 1.400 millones de dólares el impacto negativo de la crisis sanitaria y económica en sus actividades, incluidos 1.000 millones relacionados con sus parques de atracciones y otras actividades.
«Nos enfrentamos a perturbaciones generalizadas», dijo la semana pasada Bob Chapek, el responsable del grupo, que presentó los resultados financieros del primer trimestre (con una caída del 91% del beneficio neto hasta 475 millones de dólares).
Los dirigentes de Disney no saben cuándo podrán abrir de nuevos los parques, las tiendas de productos derivados y otros lugares turísticos, incluyendo cruceros y centros de vacaciones.
También aplazaron las fechas de estreno de películas muy esperadas como Mulan (Disney), Black Widow (Marvel) o Soul (Pixar).
En cambio, Disney puede estar satisfecho del éxito de Disney+, su plataforma de streaming puesta en marcha en otoño en América del Norte y en Australia y luego desplegada en varios países europeos en marzo.
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