Hace poco más de un año, Osmar Romero -cofundador de El Marchante, tienda online de discos de vinilo– dejó Venezuela y viajó a Los Ángeles por una oferta laboral en el área de posproducción. Sin embargo, esta propuesta no fue lo único que lo motivó a dejar el país. Para el joven de 29 años de edad esta travesía también era una oportunidad de salvar el negocio que había construido junto a su amigo Manuel Díaz hace más de 5 años, pues la crisis económica en Caracas ya era insostenible.
Aunque no fue fácil, Romero decidió llevar con él más de 40.000 discos de vinilo para continuar con las ventas desde Estados Unidos. En Venezuela está Díaz, quien continúa con el proyecto en el país, donde quedaron 80.000 discos. “Por la situación tan voluble del país era difícil mantener el negocio. Siempre había altos y bajos, muy bajos, igual seguimos insistiendo en mantenerlo a flote por más duro que sea”, dice el cofundador de El Marchante.
El Marchante comenzó como un hobbie. En Venezuela Romero trabajaba como freelance en el área audiovisual. Al principio, él y Díaz comenzaron vendiendo libros y rápidamente pasaron a los discos de vinilo. Y les fue muy bien. Incluso, comenta, se convirtieron en la tienda online más grande de Latinoamérica.
Aunque el proyecto nació como un pasatiempo, en el último año tuvo una transición importante. Desde mediados de marzo, Romero, con apoyo del equipo que hace posible el proyecto -ocho personas- se dedica a la difusión, recopilación e investigación de música latinoamericana. Todo con la intención de preservar la memoria sonora de la región, sobre todo la de Venezuela. «Así como algunos preservan el medio ambiente, nosotros preservamos la memoria musical, incluso podríamos decirle la memoria sonora porque hay muchos discos que no son propiamente musicales (…) El Marchante surgió para dar a cambio todo lo que hemos aprendido en estos últimos años sobre música”, dice.
Romero considera que actualmente el mayor interés se centra en preservar contenido visual, imágenes. No pasa lo mismo con lo sonoro, dice. Por eso, la difusión de música hecha en Latinoamérica tiene un valor especial. «Creemos que esto es una tarea súper necesaria y que es muy subestimada pero no por eso menos importante», indica.
Así Romero recopila y comparte en redes sociales y un canal en Youtube sonidos y ritmos que forman parte de la identidad cultural latinoamericana. Todas las semanas hay nuevo material en varios formatos: LP Sessions (digitalización de un disco que no está disponible en plataformas de audio, Alta fidelidad (una canción de salsa difícil de encontrar en plataformas de audio), El Marchante Social Club (un invitado melómano comparte un playlist) y Receta latina (un mix de algún género musical).
Las reseñas de discos también forman parte importante del proyecto, aunque esta es la parte que menos disfruta Romero porque no está acostumbrado a estar frente a la cámara. Sin embargo, reconoce que es el formato que más le gusta a las personas. “La gente, evidentemente, quiere saber más de los discos así no sean fanáticos del género musical del que se está hablando. Quieren que le cuenten la historia que hay detrás, de dónde viene y quiénes lo hicieron. Eso les llama la atención”, asegura.
Aunque la iniciativa coincidió con la primera etapa del confinamiento por el covid-19, Romero dice que tenía tiempo con la idea en mente; sin embargo, no había tenido oportunidad para desarrollarlo. Dice que aún están descubriendo cómo darle forma al proyecto.
Sobre el tiempo que toma digitalizar los discos, grabar y editar el material, Romero dice que no lo ha calculado, pero es bastante, afirma. Por lo general, él se encarga de la mayor parte de la nueva etapa de El Marchante, mientras que Manuel Díaz se ocupa de la tienda. «Siempre trato de adelantar todo lo que puedo, en este momento ya tengo digitalizados los discos que saldrán en febrero», comenta.
El podcast es un formato que a Romero le gustaría incorporar al proyecto, pero que por falta de tiempo no ha podido concretar. Sin embargo, no descarta intentarlo el próximo año.
El criterio para seleccionar los discos o temas que digitalizarán es sencillo: que no estén disponibles en plataformas de audio. «Si notamos que un álbum no está en Internet lo subimos porque, de cualquier otra forma, se perdería», explica Romero. Hasta ahora hay mucho material orientado a la salsa porque es un género que disfruta mucho; sin embargo, tiene planeado publicar más sobre rock, la música con la que creció. Más adelante, también le gustaría incluir otros géneros como el rap, incluso reguetón, pues no es prejuicioso con la música. «Siempre estamos planeando qué sacar. Nuestro criterio va más ligado a algo intuitivo y está marcado por lo que escuchamos en el momento».
Sin embargo, El Marchante no se limita solo a lo musical. En agosto publicaron un seriado titulado Las artes plásticas en sus voces, varias entrevistas en vinil que publicó Consucre hace más de 30 años con artistas como el maestro Carlos Cruz-Diez, Jesús Soto o Francisco Narváez. «Nos pareció un material increíble y lo pusimos allí a disposición de la gente. Si es algo muy raro y valioso simbólicamente no dudamos en ponerlo», afirma Romero.
Considera que así como Latinoamérica tiene una de las reservas naturales más importantes del mundo también tiene una de las reservas culturales más valiosas. «Nosotros tenemos que encargarnos de la preservación y difusión de nuestra música», asegura.
Sobre el tema de los derechos de autor, hasta ahora El Marchante no ha tenido problemas con el contenido que publica en su canal de Youtube. Solo en una ocasión la plataforma les bajó una canción, «Aparentemente» de Tony Vega. «Lo que estamos haciendo está amparado bajo el criterio jurisprudencial de uso legítimo con un objetivo pedagógico y de entretenimiento, y no con fines de lucro», explica Romero.
Osmar Romero asegura que es poco común que eliminen el contenido que publican en el canal de El Marchante, pues son discos poco conocidos. Incluso, asegura que algunos artistas los han contactado para agradecerles por digitalizar y compartir su música.
Aunque en los últimos años la música latina ha tenido mucha difusión, el cofundador de El Marchante considera que aún hace falta más. Su intención es hacer que las personas comprendan la riqueza, la profundidad y la diversidad de la música latinoamericana porque hay mucho desconocimiento. «Nos encantaría que este proyecto llegara a las generaciones más jóvenes para que descubran rasgos de su identidad, de dónde venimos, porque no solo es escuchar un disco. Es escuchar una historia y un contexto que dice mucho de lo que somos hoy en día. Creo que es importante difundir, pero también explicar y dibujar este mapa sonoro e histórico de cómo ha ido evolucionando la música latinoamericana a partir de este formato que es el LP», finaliza.