El hoyo, la ópera prima de Galder Gaztelu-Urrutia, se ha convertido en el último éxito inesperado de Netflix gracias a sus paralelismos con el coronavirus. La cinta arrasa en el servicio de streaming bajo su título en inglés, The Platform, en un momento en el que la población mundial está confinada en sus casas a causa del virus.
Aunque su temática no está relacionada directamente con la pandemia como ocurre con filmes como Contagio o Estallido, la cinta tiene a sus protagonistas hacinados en un espacio cerrado. Los personajes atraviesan momentos cruciales en los que han de decidir si ser solidarios o guiarse por la máxima del “Sálvese quien pueda”.
De hecho, es esta premisa la que ha hecho que, aunque la cinta sea una alegoría distópica sobre la desigualdad, se convierta en una metáfora sobre las consecuencias del covid-19. Su trama muestra cómo un grupo de personas son confinadas en pareja en un número desconocido de plantas. Los motivos por los que han ingresado cada una de ellas son diversos, desde penas de cárcel hasta actos voluntarios.
Desde la planta 0 se ofrece un lujoso banquete que debe repartirse entre las distintas plantas, lo que provoca que se encuentre un símil entre lo que está viviéndose con la pandemia y lo que padecen los personajes de la cinta. Como puede verse, los cautivos de las primeras plantas arrasan con casi toda la comida que hay en el banquete. Solo dejan porciones minúsculas que ni siquiera llegan a las plantas más bajas.
Salvando las distancias, esto que ocurre en El hoyo es similar a lo que pasa desde que se anunciaron los infectados por coronavirus. Han sido muchas las imágenes que han podido verse en los informativos de ciudadanos arrasando con la existencia de comida en supermercados. De hecho, lo que más ha llamado la atención ha sido cómo se ha acabado con todo el papel higiénico.
Dichas escenas han dejado en evidencia la clara falta de solidaridad hacia los demás, como también pasa en la cinta de Gaztelu-Urrutia. Aquellos que están en los pisos superiores dejan sin comida a los que están en plantas inferiores.
Racismo
Pero no solo la desigual distribución de alimentos sirve de símil, en El hoyo salen a relucir los instintos más primarios de los confinados, mostrando actos claramente racistas.
Es muy simbólico cómo Baharat, que es negro, intenta escalar y cómo la gente le lanza una cuerda para después defecar sobre él. Esta es una metáfora sobre aquellos inmigrantes que se lanzan al mar para llegar a Europa, que durante la crisis del coronavirus se traduce en un cierre total de fronteras. También alude a los comentarios xenófobos relacionados con China, donde se originó la pandemia.
También está la desinformación, que abunda en situaciones así. En la película nadie sabe con exactitud cuántas plantas hay, como tampoco cómo se acaba encerrado en esa estructura piramidal.
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