Una entrevista exclusiva con Adele terminó de la peor manera para el periodista australiano Matt Doran, quien fue suspendido por dos semanas de su trabajo en el programa Sunrise, del Canal 7 de dicho país, luego de provocar el enojo de la cantante al admitir que no había escuchado su último disco.
Según reportaron varios medios ingleses, el reportero junto a un equipo de productores viajó desde Sidney hasta Londres para conversar mano a mano con la diva del pop, quien se encuentra promocionando su último trabajo discográfico, “30″.
Después de una extensa charla, en donde no se le había preguntado nada sobre el álbum, Adele quiso saber si Doran lo había escuchado. Con total sinceridad, el periodista admitió que no lo había hecho, razón por la que la estrella se levantó de su silla y abandonó el lugar.
En una nota publicada por el Daily Telegraph, en donde se relataba el incidente, aseguraron que Doran fue suspendido durante dos semanas por los directivos del canal en donde trabaja.
Al parecer, el enojo de Adele se dio pasado los 20 minutos de la entrevista, el tiempo que tenían estipulado para la grabación, por lo que el reportero tuvo tiempo para poder conversar con ella. A pesar de que en el momento del incidente ya contaban con varios minutos de material, desde la discográfica Sony le habrían negado al canal los derechos para reproducir cualquier fragmento de la nota.
La cadena televisiva habría gastado cerca de 1 millón de dólares para promocionar con contenido exclusivo el último disco de la estrella. El paquete incluía la charla mano a mano con Doran, la transmisión exclusiva para Australia de la entrevista de Adele y Oprah Winfrey y las imágenes de su concierto One Night Only. Si bien todavía tienen los derechos del show y de la charla con la presentadora norteamericana, no podrán sacar al aire el material que grabaron durante el viaje a Londres.
La entrevista de Adele con Oprah Winfrey
Adele, íntima con Oprah WinfreyDurante una charla mano a mano con Oprah, Adele se sinceró sobre su período más oscuro y reveló cómo llegó a perder tanto peso en poco tiempo. “Toda mi vida estuve obsesionada con la idea de tener una familia, de tener lo que yo no tuve. Me había prometido a mí misma que cuando tuviera hijos nos quedaríamos juntos. Lo intenté durante mucho tiempo”, indicó sobre su divorcio con Simon Konecki.
Toda esa presión que se ponía a sí misma para no repetir su propia historia, tras sufrir el abandono de su propio padre a los dos años, derivó en “tremendos ataques de ansiedad” que fueron atacados por un duro entrenamiento diario. El ejercicio era su escape y la actividad física su contención. De esa manera logró bajar 45 kilos entre nervios y frustraciones.
“Me ayudó a poner mi mente en un buen lugar”, dice hoy con todo lo que significa reconocerlo. Ahora, con la perspectiva que solo puede dar el tiempo, logra enumerar entre risas cuáles son sus ejercicios favoritos -levantar pesas y hacer boxeo- y reconoce que tiene “un gancho izquierdo que podría matarte”.