Desenmascarando a Spacey

Año 2018, víspera de Navidad. Un video de tres minutos y seis segundos recién subido a YouTube muestra al actor Kevin Spacey listo para cortar un pavo. “Sé lo que quieres. Sí, claro, puede que ellos intentaran separarnos pero lo que tenemos es demasiado fuerte, demasiado poderoso”, dice el actor, quien viste un delantal y mantiene la mirada fija a la cámara; parece impaciente. Está en el peor momento de su carrera, señalado de los presuntos delitos de acoso y abuso sexual tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido y ahora, otra vez, le habla al espectador como lo hacía Frank Underwood, su personaje de la serie House of Cards.

El video fue parte de una campaña para limpiar su imagen, aunque no hizo un trabajo prolijo. Las dudas siguieron al actor por años, Hollywood no lo quería en las grandes producciones (Ridley Scott borró sus escenas de All the Money in the World) y no ayudó a su caso que dos de sus acusadores perdieran la vida, uno de ellos por aparente suicidio. Así, para sorpresa de todos, en 2023 el actor ganó un juicio donde se ventilaron nueve acusaciones relacionadas a “ofensas sexuales” supuestamente acontecidas entre 2001 y 2013, noticia que él recibió “humildemente” (cita textual). Este 2024 ganó un juicio civil por ofensas similares.

Acusaciones en video

Mientras en el lado judicial el actor goza de fortuna, sus relaciones públicas no han mejorado; todo lo contrario. Este mes la plataforma de streaming Max (antes HBO Max) lanzó la serie documental Desenmascarando a Spacey, que no es un recuento de las acusaciones que empezaron con lo dicho por Anthony Rapp y terminaron como todos saben. Tiene nueve testimonios inéditos.

Pero más que exponer testimonios individuales, que se ubican a lo largo de cinco décadas, Desenmascarando a Spacey es la narrativa de un método; sea cuando fuese un adulto joven o uno maduro, los testimonios contra Spacey exponen un escaso respeto por el prójimo. Cuando era solo un actor de teatro en Nueva York, se arrimaba contra hombres desprevenidos, mayormente impactados por lo súbito y violento del ataque. Uno de ellos menciona incluso que, si él era capaz de estas cosas cuando no era famoso, qué no haría si tuviese poder.

El documental no demora la respuesta; ya habiendo ganado el Oscar se hizo común que citara a hombres a su departamento con engaños. Elegía a personas que querían hacerse de un nombre en Hollywood; el problema era que estas personas, los denunciantes del documental, le decían que no. Él insistía. ¿Cómo se le puede decir no a un hombre con el poder de hundir tu carrera? El consenso es que hombres que no querían darle favores sexuales terminaron haciéndolo. Spacey tenía el poder. Y sabía cómo ejercerlo.

Desenmascarando a Spacey no se llama así por gusto; la serie muestra facetas no conocidas del actor por medio de las personas a las que afectó. También presenta a su hermano mayor, Randall Fowler, según el cual el padre de ambos era un seguidor del partido nazi alemán; la foto del padre incluso tiene cierto parecido a Adolf Hitler. ¿Es esta una manera de justificar los presuntos crímenes? ¿En que el papá de Spacey no lo amaba? El documental no lo plasma así, pero tampoco se contenta con pintar un retrato solo con los acusadores (Spacey prefirió no dar su réplica para el documental).

Spacey quiere reflotar su carrera, de ahí que haya dado una entrevista con el periodista Tucker Carlson donde se despachó a su gusto. Él dice que ya probó su inocencia, pero ¿quién le cree? “Te conté mis secretos más profundos y oscuros —dijo en el video de 2018, en referencia a su papel en House of Cards—, te mostré exactamente lo que la gente es capaz de hacer, te impacté con mi honestidad, pero mayormente te desafié y te hice pensar. Y tu confiaste en mí, incluso cuando sabías que no debiste”. Hay ficción en ese discurso de Spacey, quien juega a lo ambiguo, pero también hay una aterradora honestidad.


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