ENTRETENIMIENTO

El disco más caro del mundo se exhibirá en un museo de Australia

por Avatar EFE

El álbum Once Upon a Time in Shaolin, el disco musical más caro del mundo grabado en 2015 por el grupo de hip-hop Wu-Tang Clan y del que no se pueden hacer copias hasta el año 2103, se exhibirá por vez primera en un museo en el sur de Australia entre el 15 y 24 de junio.

En un comunicado, el Museo de Arte Antiguo y Nuevo (Mona) de Tasmania indicó que los visitantes podrán escuchar treinta minutos del álbum, que fue vendido por 4 millones de dólares y hasta ahora solo han oído unas pocas personas en todo el mundo.

El disco, que se encuentra dentro de una lujosa caja de piel y plata, está incluido dentro de la muestra Namedropping, que acoge unos 200 objetos y obras de arte relacionados con nombres de estatus especial como Porsche, Picasso o Pompidou.

Once Upon a Time in Shaolin de Wu-Tang Clan

Foto EFE

«De vez en cuando, un objeto de este planeta adquiere propiedades místicas que trascienden sus circunstancias materiales. Once Upon a Time in Shaolin es algo más que un álbum», dijo el director de los comisarios del museo, Jarrod Rawlins.

Con aforo limitado, los visitantes del museo podrán escuchar parte del álbum en una PlayStation 1 personalizada de Wu-Tang Clan, que creó una sola copia del disco y sin posibilidad de que sea copiado en 88 años en una crítica contra la industria de la música.

El colectivo PleasrDAO, dueño del disco, afirmó que la intención del grupo originario de Nueva York fue «redefinir el significado de la propiedad y valor de la música en un mundo de streaming y de mercantilización de la música».

Wu-Tang Clan vendió en 2015 Once Upon a Time in Shaolin en una subasta en la que fue adquirido por Martin Shkreli, un magnate farmacéutico, por 2 millones de dólares y en 2021 fue comprado por PleasrDAO, después de que Shkreli fuera acusado de fraude y el disco fuera requisado por las autoridades estadounidenses.

El museo Mona fue objeto en abril de polémica cuando un tribunal le obligó a admitir a hombres en una sala especial en la que solo podían acceder mujeres y que contenía un cuadro de Picasso, entre otras obras.

La curadora del «Ladies Lounge», Kirsha Kaechele, indicó que su objetivo era reflejar «la segregación histórica de genéro», pero un hombre al que le denegaron la entrada denunció al museo por «discriminación» y ganó el juicio.