8:00 pm. Las luces en la Concha Acústica de Bello Monte se apagan. En las gradas abarrotadas, una multitud enardecida espera expectante. Las pantallas comienzan a mostrar videos del Cusica Fest, celebrado en diciembre: solo con la imagen del Cuarteto de Nos en ese encuentro, la fanaticada grita emocionada. La ansiedad aumenta, la oscuridad vuelve a reinar y los teléfonos se alzan al cielo para iluminar con sus linternas. «Cuarteto, cuarteto, cuarteto», corea la audiencia. No hay ni una sola persona sentada, todos están de pie esperando a que la banda uruguaya se ubique en sus puestos. Se escucha el sonido de un cronómetro a juego con destellos de luces blancas. Todo se ilumina de morado: «Aquí estoy esperando que cambie el mundo», canta Roberto Musso y el público enloquece. El show del Cuarteto de Nos comienza por todo lo alto con su tema «Flan» de su último álbum Lámina Once.
En las gradas no hay ni un solo espacio vacío. Hasta arriba se puede apreciar los brazos de los fans que, de pie, mueven los mueven y entonan a gritos la emblemática canción del decimoséptimo álbum del grupo. Al terminar, el cantante y guitarrista Roberto Musso, el bajista y corista Santiago Tavella, el baterista Álvaro Pintos, el guitarrista y corista Gustavo Antuña y el tecladista Santiago Marrero reciben una ovación eufórica, la primera de muchas.
Las siguientes canciones son «El hijo de Hernández» de su álbum Bipolar y «Ya no sé qué hacer conmigo» del álbum Habla tu espejo. En cada solo de guitarra de Gustavo Antuño, la fanaticada enloquece, una reacción que se mantendrá en cada uno de los temas del concierto que se extendió por dos horas. Bajo la noche despejada, con los ojos cerrados hacia el cielo y los brazos extendidos todos cantan eufóricos: «Es lo malo de ser bueno en este mundo cruel», últimos versos del tema «Ya no sé qué hacer conmigo».
Tras terminar el tema, Musso se dirige al público por primera vez: «Qué maravilla estar con todos ustedes. No saben la emoción que nos da, ahorita les estoy hablando con la piel de gallina. Mucha gente que está aquí de seguro nos vio en el Cusica Fest y dijo: ‘A estos no los veo nunca más’. Pero aquí estamos. Una convocatoria como la que tenemos acá solo hace que volvamos. Qué lindo todo esto, así que mejor me callo y seguimos con la música».
El repertorio continúa con «Anónimo» del disco Jueves, un tema en el que los fans saltan, bailan y se mantienen de pie en todo momento. El público es, en su mayoría, gente joven, en sus veinte y treinta años aproximadamente. También hay una que otra persona mayor y algunos niños y adolescentes entre el público. No hay barreras de edad, con la música del Cuarteto de Nos todos hacen lo mismo: cantar a todo pulmón elevando las manos al cielo, ojos cerrados. El rock y los ingeniosos versos de la banda uruguaya se adueñaron del lugar.
De pie, saltando y a gritos
El Cuarteto de Nos solo ha interpretado cinco temas cuando Musso se toma una pausa para tomar agua, secarse el sudor que perla su frente. Al centro del escenario se acerca, de forma muy particular y característica uno de los grandes protagonistas de la noche: el bajista Santiago Tavella. Baila en su sitio. En segundos, cautiva al público con su interpretación del tema «Enamorado tuyo» del álbum Porfiado.
Si hay algo que resalta en el show es el contraste generacional entre el Cuarteto de Nos y la audiencia. A pesar de que cuatro de los cinco intérpretes superan los 60 años (solo Marrero, el tecladista, tiene 37) con cada verso logran que una fanaticada, en su mayoría joven, cante, baile, aplaude, brinque y grite sus letras. De pie, saltando y a gritos, es así como se vive el espectáculo. Cada uno de los artistas logra, con pocos movimientos físicos y buena música, cautivar a los jóvenes.
Entre la fanaticada se leen pancartas con mensajes, dibujos y peticiones. Los carteles se muestran con más ímpetu entre las canciones donde reina la oscuridad y los vítores. La escena se ilumina de azul: llegó el momento de otro gran clásico, el tema con el que ganaron un Grammy a la Mejor Canción Rock: «Cuando sea grande» del álbum Porfiado. Este último también se alzó con el Grammy a Mejor Álbum de Rock.
Al terminar, Musso pregunta al público cómo la están pasando. La respuesta es una ovación eufórica. Continúa: «Ya como vieron presentamos canciones de Lámina Once, nuestro último álbum, y la que viene es de ese álbum. Hay monstruos que fueron matados por sus creadores y otros que no, esa es la moraleja». Tras dar el mensaje comienza el tema «Frankestein posmo». En las pantallas se muestra la imagen de Musso en llamas a juego con la letra.
El espectáculo continúa con un solo de piano de Santiago Marrero. Espera que el público le responda con cada nota. La dinámica le sirve al resto de la banda como pausa para descansar antes de continuar el espectáculo con una gran celebración. Es el turno de «Fiesta en lo del Dr. Hermes». Las luces titilan y Marrero apoya en el coro e interactúa con Roberto Musso. «Vamos, Caracas», dice al micrófono y todos corean con ellos los versos.
«Está picante afuera»
Llega el turno de «Mario Neta», uno de los temas más populares del álbum Jueves e inmediatamente Musso presenta la siguiente canción: «¿Está picante afuera? ¿Está caliente afuera? Claro que sí y más ahora cuando se vea este maldito show». Suenan ahora las primeras notas de «Maldito show». La pantalla muestra imágenes borrosas en blanco y negro, una estética muy acorde con la propuesta del Cuarteto de Nos.
El silencio reina de nuevo en el escenario. Los fanáticos llaman a Roberto Musso. La producción mueve rápidamente los parales para la próxima canción. Se encienden las luces verdes y comienza una canción que Musso compuso inspirado en el emblemático poema del escritor y político venezolano Alberto Arvelo Torrealba, Florentino y el Diablo. Se trata de «Contrapunto para humano y máquina». Musso comienza el duelo. La pantalla al fondo le responde. Tal como el video oficial del tema, el artista acepta el duelo. Se muestra el mismo acting del video, con cada vuelta del enfrentamiento, Musso está cada vez más cansado. Los fanáticos apoyan cada intervención del cantante que, al finalizar, le lanza un paño a la pantalla en medio del duelo siempre con una sonrisa en la cara. La autenticidad que muestra en los videos la deja plasmada en el escenario. Al terminar, Musso hace una reverencia.
El público aplaude siguiendo el ritmo de la batería mientras se preparan para la próxima canción. Hay humo en el escenario. La palabra «Next» suena a la lejanía varias veces antes de que la banda toque el tema «Rorschach», uno de los más eufóricos de la noche. Tanta fue la adrenalina, que al terminar Musso vuelve a hablar con la audiencia: «Que emoción que hay hoy acá. La verdad que les cuento que estábamos súper contentos de estar por acá, nosotros volveremos seguramente a Caracas. A nosotros nos gusta no solo ir a la capital, también vamos a otras ciudades. Les digo esto porque la canción que viene ahora nos las pidieron mucho y queremos compartirla con ustedes».
Por un momento, parecía que Musso daría alguna explicación sobre la cancelación del segundo concierto que tenían agendado en Venezuela. Según lo anunciado, el Cuarteto de Nos se presentaría el 23 de abril en Maracaibo. Sin embargo, el viernes 21, Cusica anunció en redes sociales que el show se cancelaba. La razón que dieron a los fanáticos fue que la aerolínea encargada de llevar a la banda hasta el estado Zulia canceló el vuelo por motivos operacionales. En el comunicado, explicaron que intentaron el traslado por otras vías, sin éxito. Al preguntarle a los miembros del equipo de producción en el lugar, algunos dijeron no saber las razones de la cancelación y otros repitieron la misma información del comunicado.
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Una vueltica y una más
Tras interpretar el tema «No llora» de su álbum Habla tu espejo, Musso vuelve a hacer otra pausa para conversar con la audiencia. «Sabemos que el público viene a escuchar las canciones pero hoy que estamos tan cerca emocionalmente hablando con el público caraqueño algunos de ustedes se lo preguntan, quiénes son los que están acá. 38% de ustedes no se lo preguntan así que igual se los voy a presentar», dice.
Comienza, entonces, a presentar, uno por uno, a los miembros de la banda, entre bromas y comentarios divertidos. El público acepta la dinámica y, cuando llega el turno del bajista Tavella el público comienza a corear: «una vueltica, una vueltica, una vueltica». El músico los complace con su característica forma de bailar. Todos los integrantes de la banda, al final, dieron «una vueltica».
«En mis épocas, en un recital de rock, esto no pasaba. Lo que lograron ustedes hoy, público querido, no lo ha logrado nadie acuérdense de mis palabras», dice, divertido, Musso.
El concierto continúa con el tema «Gaucho Power» del álbum Apocalisis Zombie, «Hombre con alas», el emblemático tema «Miguel gritar» e «Invierno del 92», una canción que el público cantó solo. «Muchas gracias, amigos esa fue la última canción. Somos el Cuarteto de Nos», se despide Musso. Pero la gente no lo deja marcharse. Pasan unos minutos y la banda deja el escenario. El público pide otra. El Cuarteto de Nos los complace.
Vuelven al escenario, Musso luce un pasamontañas negro, interpretan «Buen día, Benito», «Yendo a la casa de Damián» y el público canta con ellos. Musso comienza a despedirse: «Somos de mucho orgullo de Uruguay, tenemos un montón de cosas en común. Respondan sí si esto coincide con ustedes: acá todos somos medios raros. Todos somos bipolares. Somos muy porfiados. Vamos por la vida como zombies. En la noche hablamos con nuestros espejos. Nos gustan los jueves y en la lámina once solo vemos mancha». A cada una de sus frases la audiencia gritó al unísono: Sí.
«Aunque el doctor Hermes nos invite a su fiesta, nosotros no iremos porque la fiesta estuvo en Caracas. Gracias», afirma. Todos y cada uno de los miembros del Cuarteto de Nos hacen su salida del escenario, característica y personal. Cuando Musso se retira luce una sonrisa en los labios y alza los puños al cielo en señal de victoria. Se ve tranquilo: está convencido de que el Cuarteto de Nos volverá a los escenarios venezolanos.
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