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Eduardo Méndez, director del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela | Foto Efrén Hernández Arias

El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, el proyecto cultural más ambicioso del país, mejor conocido simplemente como El Sistema, cumplió 49 años el 12 de febrero. Este sábado, la institución, debido a que su cumpleaños cayó en carnavales, celebra a las 5:00 pm con un gran concierto de la Orquesta Sinfónica Multigeneracional y la Coral Simón Bolívar en la Sala Simón Bolívar de su sede, el Centro Nacional de Acción Social por la Música, en Quebrada Honda.

Eduardo Méndez, director ejecutivo de la organización, explicó en una entrevista para El Nacional que entre las piezas del repertorio se encuentran Dos madrigales del maestro José Antonio Abreu, fundador de la institución fallecido en 2018, Chôros No. 10 de Héctor Villalobos y la Cantata criolla de Antonio Estévez. La dirección estará a cargo de Andrés David Ascanio, Enluis Montes y Lourdes Sánchez.

El Sistema está a un año de cumplir medio siglo de existencia, en un momento en que la institución ha visto crecer su presencia internacional con proyectos como el II Congreso Mundial, que ha abierto puertas más allá de las giras pues, luego de la pandemia, ha promovido que las personas vinculadas al mundo de la música volvieran a reunirse y sostener intercambios culturales. Más de 40 países y 379 personas —entre músicos, delegados, académicos y profesores— participaron del congreso.

«Logramos que gente de todas partes del mundo viniera a Venezuela y pudiesen ver su cara bonita. Vivieron jornadas muy intensas en las que recorrieron el país prácticamente, visitaron los núcleos y vieron todas las actividades y el desarrollo que ha tenido El Sistema. Fue un espacio importantísimo para disertar, intercambiar, con gente que sabe, que tiene mucha experiencia», explicó el abogado graduado en la Universidad Católica Andrés Bello y músico formado en El Sistema desde los 5 años.

De acuerdo con el último corte de su registro, El Sistema tiene 1.028.611 estudiantes y 8.231 profesores. Se distribuyen en 12 programas y 443 núcleos en todo el país. Para 2025 había una proyección de llegar a 2 millones de alumnos, pero la pandemia generó problemas de deserción, por lo que fue necesario trabajar fuertemente en la recuperación de la matrícula.

«Mantener a ese millón de niños ahí es complicado. Una cosa es llegar a esa cifra y otra es mantenerla. Nosotros tuvimos que hacer un trabajo de recuperación que afortunadamente se logró», dijo el director ejecutivo de El Sistema.

Varios proyectos tiene la institución este año de cara a sus 50 años, como una gira en China a propósito de los 50 años de las relaciones diplomáticas entre ese país y Venezuela y otra en España de la Coral Simón Bolívar, pautada para marzo.

Otro evento importante tendrá como protagonistas a Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela en el festival Semana de orquestas del mundo, en el Carnegie Hall, en Manhattan. Méndez señaló que posiblemente en el segundo trimestre del año Dudamel regresará al país para trabajar con la orquestas y dar conciertos.

«Estamos en eso. Él está tratando de organizarse. El nivel que ha alcanzado Gustavo es extraordinario y esa inspiración que le da a los niños y jóvenes de El Sistema es bonita», expresó el abogado.

También adelantó que este año cantará en el país la soprano búlgara Sonya Yoncheva: «Tenerla en Venezuela será un gran honor. Está volviendo gente a Venezuela, la gente está volviendo a hacer música de alto nivel, a compartir con El Sistema, y eso para nosotros es muy importante».

—¿Para cuándo viene el récord del coro más grande del mundo?

—Para nosotros el mes de mayo es el mes tentativo, digo tentativo porque dependerá de múltiples factores que tenemos que considerar; pero ese es el plan que tenemos, hacerlo en mayo. Como sabes, es una cosa titánica, gigantesca, tenemos que hacerlo muy bien y mucha preparación para que todo salga como debe salir.

—¿Cuál es su balance del Congreso Mundial de El Sistema? ¿Por qué fue tan relevante?

—Logramos que gente de distintas partes del planeta viniera a Venezuela y pudiese ver el país, su cara bonita, la cara buena. Vivieron jornadas muy intensas en las que recorrieron el país prácticamente, visitaron los núcleos. Vieron todas las actividades y el desarrollo que ha tenido El Sistema, que El Sistema ha seguido creciendo sin parar, vieron toda la diversidad que existe en El Sistema no solo en el mundo sinfónico sino también en el mundo popular. Pero también fue un espacio importantísimo para disertar, para intercambiar, gente que sabe, que tiene mucha experiencia en el mundo de El Sistema pudo enseñar a gente que está comenzando. También se pudo discutir con nosotros la metodología de enseñanza, la metodología de estudio, la evolución diaria y permanente de la metodología de El Sistema. Eso fue clave porque ha abierto una nueva puerta para el Sistema a nivel mundial. Fueron más de 40 países. No solo vinieron y están comprometidos, sino que aquellos que no pudieron venir observaron lo que ocurrió en las redes sociales y los distintos medios de comunicación. Quedaron absolutamente maravillados, con el compromiso de poderlo hacer nuevamente. Ese congreso se piensa hacer nuevamente el año que viene, con los 50 años. Esperamos que el próximo Congreso Mundial de El Sistema sea mucho más especial que el que acabamos de tener.

—¿Podríamos decir que se consolidó o se está consolidando el sueño del maestro Abreu de eso que él llamaba el sistema mundial de orquestas?

—Sí. Esa es la ruta que estamos trazando en este momento para ir avanzando. En ese congreso se firmaron más de 48 convenios con cada una de esas iniciativas, ya hay una regla establecida con una ruta clara a seguir para seguir aumentando esa gran red y formar finalmente el Sistema Mundial de Orquestas.

—¿Cómo se encuentran actualmente los núcleos? ¿Han tenido que cerrar algunos o, por el contrario, han abierto unos nuevos?

—Cerrar ninguno. Son 443 núcleos. Ha habido incremento en los módulos, hemos aumentado más de 600, por lo que la cifra que era de 1.700 módulos la aumentamos a 2.334 módulos en todo el país. Tenemos un convenio de cooperación con el Ministerio de Educación en el que usamos espacios de las escuelas públicas para instalar núcleos o dar formación musical. Es lo que nosotros llamamos un módulo. No es un núcleo, pero sí utilizamos los espacios. Allí los niños y jóvenes de las escuelas reciben formación musical, principalmente en el programa Alma llanera, que es la música venezolana y el programa coral. Ese es el foco principal. Ahí ha habido un incremento importante de presencia de El Sistema y esperamos seguir en esa línea de crecimiento también por esa vía.

—¿Se atiende lo suficientemente la demanda de padres y niños en los núcleos del interior del país en comparación con Caracas?

—Sí. De hecho, te iba a comentar que una de las mayores fortalezas de El Sistema es su regionalización. Cuando haces un paneo por las orquestas más importantes del país, como la Simón Bolívar o la Juan José Landaeta, la mayor cantidad de músicos proviene de los núcleos del interior. Los núcleos del interior no solo reciben atención sino que están muy fortalecidos desde todo punto de vista. Esto viene a demostrar lo valiosa que es la metodología: es una metodología que ha logrado estandarizar su calidad. El niño del núcleo de San Agustín, en Caracas, recibe la misma formación que puede recibir cualquier muchacho en Barquisimeto, Mérida, Margarita. Esa es una de las características clave de El Sistema. Esa estandarización de la metodología.

—El año pasado se creó Wayuu Taya, la primera orquesta de un pueblo originario. ¿Es el núcleo más reciente de El Sistema?  

—Correcto, es el más reciente. Y justo antes de ese se creó o se relanzó el de Canaima, que también tiene muchas similitudes en ese sentido.

—¿Qué los lleva a crear esta orquesta?

—Siempre queremos explorar e incluir la mayor cantidad de personas. A nivel de las etnias nos ha parecido siempre muy interesante esa participación, nos hace sentir absolutamente orgullosos y creo que El Sistema es un reflejo del país. Tiene que estar todo el mundo reflejado, todo el mundo identificado. Siempre habíamos tenido algunos acercamientos en esa área de Venezuela, nosotros tenemos una fortaleza importante en el estado Zulia con los núcleos. Siempre habíamos tenido esa intención. Luego se combina con la fundación Wayuu Taya, que es quien de alguna manera inicia ese proceso. Ellos llevan adelante el trabajo allá desde hace muchos años. También en otras áreas que siempre han apoyado y por supuesto querían sumar la música y nos llamaron. Eso es lo que se materializó. Patricia Velásquez es su presidenta, ella los conoce desde hace muchos años, hubo conversaciones y los apoyos vinieron. Nos pusimos de acuerdo. Es un ejemplo de cooperación.

—¿Se retomará el proyecto del ala nueva de El Sistema?

—Este año tenemos grandes expectativas para reactivar el proceso de construcción. El sueño es que para el año que viene podamos tener el edificio operativo.

—¿Siguen cancelados los desembolsos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)?

—Eso todavía está paralizado, cancelados no, pero están paralizados por el momento.

—¿Hay planes para que Dudamel vuelva a visitar el país, quizás no de manera privada como la última vez sino con un concierto para el público venezolano?

—Sí, claro. Estamos esperando que para máximo el segundo trimestre del año él venga a trabajar con las orquestas y a dar conciertos. Estamos en eso. Él está tratando de organizarse.

—Y en agosto va con la Sinfónica Infantil al Carnegie Hall.

—Por eso te digo que va a venir, porque tiene que prepararse para ese concierto, va a hacer un concierto, o varios, no sé cuántos al final lograremos hacer, tiene que trabajar también con los niños, preparar esa gira. Eso se tiene que trabajar musicalmente.

—A poco de cumplir 50 años, ¿cuál es el mayor reto de El Sistema?

—Hablé hace muchos años que el reto era darle sostenibilidad. Una organización como esta, que ha sembrado tanta alegría y cosas bonitas al país y el mundo, merece tener prevalencia en el tiempo. Lograrlo no es algo que se decreta. Eso hay que trabajarlo. Darle sostenibilidad a El Sistema en el tiempo para continuar su crecimiento es el reto más importante. Son nuestros primeros 50 años pero, aunque suena mucho tiempo, como decía el maestro Abreu, todavía falta mucho por hacer. Creo que es así, creo que se han logrado bastantes cosas y cosas importantes, impresionantes y hasta asombrosas, como decía la gente del Guinness cuando rompimos el récord.

—15 años cumple en el cargo como director ejecutivo. ¿Podría hacer un resumen de los últimos 20 años de la institución?

—Creo que El Sistema en estos últimos 20 años se ha dado la tarea de trabajar un poco la estructura para organizar su crecimiento. El crecimiento de El Sistema en estos últimos años se ha dado de manera organizada y controlada. Eso tiene que ver con el desarrollo de estructuras eficientes para asumir los distintos retos. Mucha formación de su personal para poder profesionalizar y alcanzar de manera más ordenada las cosas. No digo que antes era desordenado, sino que las organizaciones se van adaptando a los cambios, se van formando. El Sistema se ha adaptado a los cambios, se ha puesto en el tope de la ola para poder manejarla y seguir creciendo, seguir haciendo cosas buenas, seguir siendo orgullo de Venezuela. En todos los sentidos, no solo en lo artístico, sino también en lo profesional, gerencial, en lo que tiene que ver con la muestra o ejemplo de lo que significa hacer las cosas bien.

—Sabemos que por ser una institución del Estado reciben dinero público, pero el presupuesto ya no es el mismo de los tiempos de la bonanza económica que vivieron con Chávez. ¿Cómo repercute esto en El Sistema? ¿Qué otras estrategias han empleado para obtener recursos?

—El Estado siempre ha estado con nosotros firme. Recordemos que El Sistema es un órgano adscrito al Despacho de la Presidencia de la República y ha recibido absolutamente todo el apoyo posible y lo sigue recibiendo de manera permanente. No hay ninguna duda al respecto. El propio presidente ha estado siempre pendiente de todas las actividades. Como sabemos la vicepresidenta (Delcy Rodríguez) es parte de la directiva de El Sistema, al igual que el hijo del presidente, Nicolás Maduro Guerra. Ellos siempre han estado muy pendientes de El Sistema apoyando todas y cada una de las actividades que se realizan. No solo económicamente, también desde el punto de vista institucional e incluso humano. El Sistema obviamente ha generado una red de aliados a lo largo de los años, algunos que han estado más de 30 años con El Sistema, otros que se han sumado recientemente. Pero son aliados del sector privado venezolano, en primer lugar, de la banca, de distintas empresas, industrias, incluso hay aliados que no necesariamente son financieros sino aliados que nos apoyan con su imagen, con su consejo. El Sistema ha generado una red de personas en todas partes que sin distingo de raza, credo o creencia política, siempre están allí, apoyando.

—¿Cuál es el presupuesto con el que cuenta actualmente El Sistema?

—Nosotros estamos en un presupuesto de entre 28 y 30 millones de dólares. Ese sería más o menos el presupuesto generalizado de El Sistema para su funcionamiento. Pareciera ser mucho pero, en realidad, lo analizas, y en cuanto a toda el área de permanencia es bastante modesto.

—¿Cómo ha sido para usted el reto como director ejecutivo de El Sistema luego de 15 años?

—Ha sido un gran aprendizaje. Un compromiso de vida con la institución. Estoy en El Sistema desde los 5 años de edad, tengo 45 años, o sea que tengo 40 años aquí realmente. He pasado por todas y cada una de las etapas, de aprendiz a músico de los infantiles, las juveniles, la Simón Bolívar, he estado en casi todos los cargos de gerencia, hasta estar en la dirección ejecutiva, así que para mí ha sido un gran aprendizaje. Ha sido un gran reto también eso que mencioné de transformar la parte estructural de la organización, generar esas líneas de organización dentro de la institución ha sido para mí un reto muy importante, algo que me llena de orgullo. Porque yo además de haber sido parte de El Sistema vengo del mundo académico, estudié en la UCAB, estudié en el IESA, donde soy miembro del consejo directivo. Para mí es un orgullo todo el conocimiento adquirido a lo largo de mis años en la academia que me ha permitido darle organicidad a El Sistema.


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