Dos películas muy interesantes sobre problemas mentales pero desde puntos de vista diferentes. Son Nitram, de Justin Kurzel, y Les intranquilles, de Joachim Lafosse, los dos últimos títulos proyectados en la competición del 74 Festival de Cannes, que este sábado da a conocer su palmarés.
Nitram se centra en el responsable de una matanza en Port Arthur (Tasmania) en 1996, con una espectacular interpretación del estadounidense Caleb Landry Jones. Y no lo es menos la del francés Damien Bonnard como un pintor que sufre un trastorno bipolar en Les intranquilles.
Nitram, la psicopatía de un asesino
En el caso de Nitram«, Kurzel pone el acento en el responsable de la matanza, un psicópata que sin control médico ni familiar entra en una imparable espiral de violencia.
«Como americano soy extremadamente sensible a las matanzas, tengo la impresión de que ocurren demasiado a menudo, no pasan muchas semanas sin que haya una», destacó Landry Jones, que al principio tuvo miedo de que la película se centrara demasiado en el momento del tiroteo, pero al leer el guion se dio cuenta de que era justamente lo contrario.
El director y el guionista —Shaun Grant— tienen una profunda sensibilidad, inteligencia y conciencia de lo que pasó, lo que le permitió confiar totalmente en ellos y en que juntos podían conseguir hacer un filme muy difícil.
Grant quería desde hace años contar lo que pasó en Port Arthur, una historia que considera universal y no australiana. Y fue un tiroteo hace tres años en Los Ángeles, donde vive, lo que finalmente le impulsó a escribirlo.
¿Por qué no para de haber estas tragedias? Quienes las cometen, ¿tienen puntos en común? ¿Hay un modelo de persona que lo hace? ¿Cuáles son las razones? Esas fueron las preguntas que se planteó Grant a la hora de escribir el guion y sobre las que Kurzel construyó el filme.
«En Australia hay toda una generación que recuerda el lugar en el que estaba cuando se produjo la tragedia», señaló el director, que sin embargo habló con jóvenes que no sabían ni que había existido. Y pensó que era importante «entender lo que perdimos y encontrar una forma de avanzar».
Un filme que es el más difícil que ha hecho el realizador y que está dirigido a «los que no conocen esta matanza y que no saben cómo se terminó».
Les intranquilles, los límites del amor
Muy diferente es Les intranquilles, el filme con el que el belga Joachim Lafosse compite en Cannes y que recupera recuerdos de su infancia.
«Hace 30 años que quería realizar» el filme, explicó Lafosse en rueda de prensa. «Es una parte de la historia de mi infancia y el filme me ha hecho sentir emociones que había olvidado como adulto», agregó.
Damien (Bonnard) es un pintor con una bipolaridad diagnosticada que se descontrola cuando deja de tomar la medicación. Su mujer, Leila (Leila Bekhti), es una restauradora de muebles que está al límite de sus fuerzas por las continuas crisis de su marido.
Una historia que pone el acento en la relación de la pareja, en cómo les afecta la enfermedad del marido.
La actriz no quería que su personaje fuera una víctima. «Hace todo por amor a su marido, si acaso es una víctima colateral», pero no es «una visión maniquea», muestra «la locura de lo cotidiano» y cómo el problema de su marido, de alguna manera, la contamina a ella.
El equipo ensayó durante 10 días antes del rodaje en la misma casa en la que luego se rodó, lo que hizo que cuando empezaron a rodar los actores conocieran profundamente sus personajes.
«Fue un rodaje en movimiento constante, nada estaba fijado», precisó Bekhti, mientras que Bonnard destacó que ese proceso de preparación les permitió «no partir de una página en blanco sino reaccionar a cosas que ya existían».
Una película que muestra cómo en un momento de la historia la protagonista solo puede ver la bipolaridad. «Es como ahora, que solo vemos el covid y hay muchos otros problemas», señaló el director.
Y cuyo final fue decidido por los propios actores. «Fue fantástico, pero no lo pienso volver a hacer nunca porque fue muy estresante», reconoció el director.
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