Largos trazos de hilos azules y blancos se cruzan en zigzag sobre una pálida madera y se distribuyen hasta crear una imagen en la que destacan el color, el espacio, la forma.
Como si fueran las lianas de una jungla, por una pared cae una serie de hilos naranja que deja espacios desiguales en blanco; de este modo la obra “respira” y expresa libertad, el concepto de Desenrollados, que se expone en la sala La Caja del Centro Cultural Chacao.
En esta muestra se unen dos maneras de asumir las artes visuales: la de Vicente Antonorsi y la de Isabel Cisneros. Ambas se vinculan por los materiales que ellos usan: tela, madera, plástico, cintas de sillas e hilos, y también por las técnicas empleadas, entre las que destacan el dibujo, el tejido, el amarre y el anudado. Cada pieza surge de una búsqueda de perfección que a su vez se libera y despoja de prejuicios.
Antonorsi y Cisneros ya habían trabajado juntos en 2007 en Acumulaciones, que se exhibió en la Sala TAC del Trasnocho Cultural. Quedaron las ganas de volver a presentar su obra en conjunto, pues existe una admiración mutua y una estrecha amistad.
“El proyecto nace de unas ganas de trabajar de nuevo juntos. En 2007 disfrutamos mucho y pensamos en volver a reunirnos. Cuando nos llamaron de La Caja, de hecho, quisimos que la fecha fuera para los dos. Creo que la idea de Desenrollados también es que disfrutemos”, señala Cisneros, cuyas “figuras” en la exposición son más “desenrolladas”, mientras que las de su compañero obedecen a criterios más estructurales.
Antonorsi celebra la coincidencia que lo une a Cisneros en esta muestra: ambos estaban trabajando con hilos. “La palabra desenrollados nos cayó bien, porque es textual y figurativa. No competimos entre nosotros. Nos acoplamos ya que tenemos muchos intereses similares”, dice. “Si uno recorre la exposición, se da cuenta de que todo es línea: esa es la unidad que la guía”, añade Cisneros.
En Desenrollados las piezas de Antonorsi y Cisneros se interponen, lo que permite que haya equilibrio entre los estilos. En la terraza, la disparidad y el contraste visual es total: mientras la obra del artista se construyó con un largo y tenso hilo azul, la de ella son cintas de películas distribuidas en la pared.
“En el caso de Vicente hay un trabajo más estructural. Suele haber un soporte como punto de partida, lo cual le permite crear un patrón que puede ser infinito o intercambiable. Isabel es más orgánica: es más de trabajar en el espacio, de adaptarse y de ver qué le da el material. Los dos jugaron con el espacio”, señala Marisela Chivico, curadora de Desenrollados, quien destaca que en ambos coincidió la paleta de colores. “Esa fue una casualidad interesante”, agrega.
Cisneros refiere que aunque en esta obra no se expresa propiamente lo que siente con respecto al país, considera que sí hay problemas que no pueden ser desplazados. En un momento comenzó a usar telas y se alejó de la cerámica, pero no solo por su búsqueda artística, también por las mismas circunstancias. “Hay un problema de materiales durísimo. Hubo un momento en que se nos complicó la quema de la cerámica. Porque cuando empezaron los apagones, te subían demasiado los impuestos si usabas bastante energía, lo cual es complicado porque el horno requiere mucha”, recuerda, y añade que se dejó de producir arcilla en el país y que gran parte de los materiales que usa son importados.
Desenrollados
La Caja, Centro Cultural Chacao
Horario: Martes a viernes de 1:00 pm a 7:00 pm
Sábado y domingo, de 11:00 am a 5:00 pm
Entrada libre
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