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«Yo no me dejo censurar, busco maneras cordiales de informar»

El lunes, Luis Olavarrieta inicia una nueva etapa profesional en la radio. Televen le ha encargado un nuevo programa y Mónica Montañés le escribe un monólogo

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Como reportero de Caraota Digital Luis Olavarrieta ganó detractores por su forma de cubrir las protestas, y aunque ya han pasado casi dos décadas desde que empezó en la televisión con el programa de farándula Ají Picante, en RCTV, aún intenta deslastrarse del estilo periodístico que lo caracterizó en esa época. Ahora lleva las de ganar. En un país donde muchos se concentran en la crisis, el comunicador de 36 años de edad solo ve oportunidades. Conduce Rostros del crimen en Televen y junto a Alba Cecilia Mujica, el lunes iniciará un nuevo reto profesional: estará al frente de un programa que transmitirá Onda La Superestación 107.9, de lunes a viernes, de 5:00 pm a 7:00 pm. “Vamos a hablar de todo. Sea cual sea la noticia, vamos a tocarla”, sostiene Olavarrieta, quien asume un rol protagónico en la radio, una de las plataformas que ha sufrido complicaciones en los últimos meses pues emisoras como la 92.9 Tu FM y La Nueva Mágica fueron cerradas, y el programa Calma Pueblo de La Mega 107.3 cesó sus transmisiones.

¿Cómo se siente en un medio tan vigilado últimamente?

—Hay una campaña de un gobierno que se siente amedrentado y que está siempre a la defensiva, que tiene el poder y toma lo que quiere sin ningún tipo de procedimiento justo. Pero no me sorprende, los medios siempre han sido vulnerados. Lo de Calma Pueblo es un tema delicado porque el humor a veces se escapa de las manos, pero con Mágica o con la 92.9 creo que hay una retaliación con las empresas 1BC. Yo no estoy de acuerdo con el cierre de ningún espacio, desde que se aprobó la ley mordaza esto se ha vuelto una constante.

¿Cómo enfrenta la censura?

—Yo me planto ante la censura de manera astuta: no me dejo censurar, busco las maneras cordiales de informar y he tratado en los últimos años, no voy a decir que siempre, de ser muy respetuoso con la información. Un periodista me puede escuchar y decir que soy complaciente, pero no es la línea. Yo trato de decir las cosas de una manera justa. No descalifico. La crítica siempre va a ser oportuna y eso es lo que generalmente al gobierno no le gusta.

¿Ha tenido problemas por su forma de hacer periodismo?

—Siempre he sido muy respetuoso. En Detrás de las cámaras la mayoría de los artistas se sintieron muy bien tratados. En Rostros del crimense ha tejido una gran alianza social, la gente en los sectores populares siente que ese es un espacio de ellos. Yo nunca he sido duro con nadie en específico, siempre he tratado de aportar soluciones. Todos han sido programas para ofrecerle guías a la ciudadanía, no veo a quién pueda molestarle.

Ají Picante, Detrás de las cámaras y Rostros del crimen, ¿entre farándula y sucesos?

—Jamás dejaré de agradecer a la fuente de Espectáculos, no solamente por las oportunidades que me dio sino porque es maravillosa. Ciertamente el periodismo rosa tiene a veces una línea bien delgada, que nosotros como periodistas tenemos que cuidar y yo no la cuidé en mis inicios en Ají Picante, pero ahora he virado hacia el tema emocional.

Si tuviera que escoger una fuente, ¿cuál sería?

—El que me conoce sabe que siempre he sido histriónico, tal vez la sección de Espectáculos puede ser más afín a mi personalidad, pero el que me conoce bien sabe que los trabajos en los que más me enfoco son los de la fuente de Sucesos; siempre me ha impactado cómo el ser humano pierde las proporciones, cómo la ira puede hacer que se tome una vida como excusa. Mi primera oportunidad fue en Espectáculos y eso se parecía un poco más a los 17 años de edad que tenía y a una Venezuela más alegre, pero mis intenciones eran hacer un periodismo más serio y siempre me vi en Sucesos.

¿Usted busca o es la noticia?

—El tema de ser la noticia es algo que me ha enfrentado mucho con mi propia moral, porque no lo he buscado. Creo que fui valiente al salir de la comodidad de mi estudio e ir a la calle, pero no fue planificado, vi la oportunidad y sabía que lo quería hacer. Los dos episodios que me ocurrieron los superé rápido, no guardo rencor. La gente puede cuestionar mi trabajo, pienso que cada quien tiene derecho de hacerlo.


Las ofertas de trabajo abundan

“Estoy en un momento interesante”, asegura el comunicador que recientemente sostuvo conversaciones con Univisión a propósito de una oferta laboral. “Me ofrecieron ser reportero e irme a Miami; tal vez la propuesta económica no fue la mejor, pero era una oportunidad de entrar en un mercado amplio. Sin embargo, hice un ejercicio y puse en una balanza las cosas. Quedándome en Venezuela gano esto, yéndome gano esto; en mi país hay cosas por hacer, allá las noticias se manejan de otra manera; aquí tengo carro, en Estados Unidos no… Y decidí quedarme. Tengo programas de radio y de televisión, Televen me encargó otro programa urgente, Mónica Montañés me está escribiendo un monólogo, muchas marcas quieren promocionarse conmigo y el cariño del público es invaluable. ¿Voy a abandonar todo eso por irme a ganar unos dólares cuando tengo a Caracas que me da todo?”, expresó Olavarrieta.

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