En un museo de Belfast, bordadoras trabajan con brillantes hilos de color oro y rojo para dar el último toque a un inmenso tapiz concebido para rendir homenaje a la serie Game of Thrones, convertida en un fenómeno mundial.
La obra, de 90 metros de largo, va a constituirse en el relato bordado de ocho temporadas de la serie fantástica y medieval, rodada en Belfast, que narra la historia de familias que se enfrentan para reinar en el ficticio mundo de Westeros.
Actualmente trabajan en la octava sección del tapiz que será expuesto en Francia en septiembre, junto con el célebre bordado de Bayeux, de la que imita el estilo, y que relata la conquista de Inglaterra en el siglo XI, a lo largo de 70 metros.
«Un tapiz es ante todo un excelente instrumento de narración», indica Valerie Wilson, conservadora de atuendos y textiles en los museos nacionales de Irlanda del Norte. «La longitud permite desarrollar la historia. Es por tanto un soporte ideal para contar el relato del proyecto Game of Thrones», agrega.
Dos años de acabado
El trabajo fue mayoritariamente tejido a máquina, pero 30 voluntarios necesitaron 2 años para bordar los acabados: el rojo color sangre de las «Bodas púrpuras», el verde esmeralda del fuego y el azul glacial de los Caminantes blancos, todos ellos elementos esenciales en la imaginería de la saga.
El resultado visual es tan exitoso que el museo desaconseja la visita a los menores. Igual que los actores de la serie, los voluntarios tuvieron que firmar un acuerdo de confidencialidad.
A la espera de que la obra entera sea expuesta, los visitantes del museo pueden actualmente ver las primeras siete temporadas bordadas.
Abbie Merrick, fanática de la serie, pasó toda la mañana contando la intriga a su madre. Esta, encantada, considera que «el tapiz es una muy hermosa demostración de arte y una muy bella manera de narrar historias».