David Cronenberg recibió este miércoles el Premio Donostia del Festival de San Sebastián en una ceremonia en la que hubo felicitación telemática del actor con el que más ha trabajado, Viggo Mortensen. Allí, el director canadiense defendió las artes subversivas si eso nos permite vivir en armonía.
En esta gala, celebrada en el teatro Victoria Eugenia, Cronenberg confesó que en algún momento de su vida llegó a pensar que los premios honoríficos eran más bien una invitación a la retirada. A su juicio, era una manera de decir «basta, stop», pero con el tiempo entendió que no es así y aceptó gustoso el galardón como «un aliento» para seguir haciendo cine.
Cronenberg agradeció además recibir el Premio Donostia en esta ciudad «tan vinculada» a la cultura y al cine. Y añadió que le parece muy importante que las artes sean subversivas en este mundo actual si con ello la sociedad puede vivir en armonía.
Las palabras de agradecimiento de Cronenberg le llegaron tras el saludo de Mortensen, Premio Donostia 2020, que en un vídeo enviado desde «un planeta muy lejano», como dijo el director del Festival, José Luis Rebordinos, le felicitó por este reconocimiento y destacó que ha sido un honor colaborar con él.
Otro gran admirador suyo, el director argentino Gaspar Noé, fue el encargado de hacerle entrega del Premio Donostia tras haberle lanzado una lluvia de elogios. Asimismo, aseguró que Cronenberg es de los directores que lograron construir una obra y que lo ha hecho con «un prisma inusual, inquietante y adulto».
Tras la gala, se proyectó su nuevo largometraje, Crimes of the Future, en el que arremete contra Estados Unidos por la posible ilegalización del aborto. El filme compitió por la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes y está protagonizado por Viggo Mortensen, Léa Seydoux y Kristen Stewart.
Maestro del horror
David Cronenberg (Toronto, 1943), también guionista y actor ocasional, es uno de los cineastas más singulares del último medio siglo. Lo consideran un maestro del horror biológico, de las atmósferas turbadoras y de un universo tan personal como intransferible, según la definición del propio festival.
Ha dirigido una veintena de películas y es autor de numerosos trabajos para televisión. El certamen donostiarra proyectó en 2004 su filme Crash, de 1996 y tres años después el cineasta Cronenberg visitó San Sebastián por primera vez para inaugurar la Sección Oficial a concurso con la Promesas del Este.
El director de películas como Rabia, La mosca e Inseparables, se suma con este reconocimiento, que el domingo recogió Juliette Binoche, a una lista de premios Donostia de la que forman parte, entre otros directores, Francis Ford Coppola, Woody Allen, Oliver Stone, Agnès Varda, Hirokazu Koreeda y Costa-Gavras.
Hijo de una pianista y de un escritor, David Cronenberg creció entre libros y cómics que cimentaron su interés por la cultura y el cine.
Se inició con cortos como Transfer (1966) y From the Drain (1967). A ellos siguieron los largometrajes de corte experimental Stereo (1969) y Crimes of the Future (1970), título que coincide con el de su última película.
Los títulos que forjaron su prestigio como autor dentro del cine de género más radical fueron Scanners (1981) y Videodrome (1983). Después filmó La mosca (1986), Inseparables (1988) y M. Butterfly (1993), las dos últimas con Jeremy Irons.
Ahora, con Crimes of the Future, hizo una revisión o compendio de sus antiguas obsesiones y contó por cuarta vez con el actor Viggo Mortensen, con el que trabajó asimismo en Una historia de violencia, Promesas del este y Un método peligroso.