JK Rowling, creadora de la saga literaria Harry Potter, recibió críticas en redes por sus comentarios sobre la entrenadora transgénero de Sutton, Lucy Clark. En su momento, Clark fue también la primera árbitra transgénero. La autora la describió como un «hombre blanco, heterosexual y de mediana edad».
En respuesta a una noticia del tabloide británico Daily Mail el 11 de mayo, titulada «JK Rowling es calificada de cruel al burlarse de una entrenadora de fútbol trans comparándola con un ‘hombre blanco, heterosexual y de mediana edad'», la escritora comentó en su cuenta de X que no la comparó con uno, sino que «ES uno».
«Llamar hombre a un hombre no es bullying ni ‘meterse con alguien más débil’. Los hombres heterosexuales transformistas son actualmente uno de los grupos demográficos más mimados que existen. Las mujeres no tenemos la obligación de aplaudir a nadie que nos caricaturice», añadió en una publicación posterior.
Ante estas publicaciones sobre la entrenadora transgénero, JK Rowling obtuvo reacciones negativas de usuarios. Algunos quisieron compartir la decepción que suponía la autora para los fans de la saga literaria Harry Potter o la tristeza ante su decadencia.
«Simplemente dirígete a la gente de la forma en la que ellos quieran. Es un mínimo de decoro», dijo otro usuario de X.
Otro día de transfobia
Tras los comentarios de Rowling, Lucy Clark, actualmente entrenadora del Sutton United femenino, de la liga regional londinense, aseguró que, pese a «un día más de transfobia llena de odio» contra ella, está viviendo su mejor vida.
«Me despierto a diario con mi preciosa familia a mi alrededor. Me río todos los días y tengo motivos que espero con ganas e ilusión. ¿Quién está ganando en la vida, la que está feliz y sonriente o quienes propagan odio?», dijo también en X.
En 2019, Clark fue la primera árbitra abiertamente trans del mundo, reconocida como tal por un récord Guinness.
En una entrevista con los mentores de estas plusmarcas, aseguró que pertenecer al mundo del fútbol retrasó su transición. Sin embargo, cuando finalmente tomó la decisión de decir públicamente que era una mujer trans, sintió una «enorme sensación de alivio».
Hace un mes, la autora británica formó parte de una polémica sobre una nueva ley escocesa que expande la penalización por incitación al odio más allá de la raza, la etnia y la nacionalidad, y añade, entre otras, el odio por cuestión de identidad transgénero.
Sobre esta legislación, Rowling consideró que sería explotada por oportunistas y podría socavar los derechos de las mujeres. Asimismo, agregó comentarios describiendo a varias mujeres trans como hombres.
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