Lanzada hace poco más de dos semanas, una petición en línea para que el presidente francés, Emmanuel Macron, rectifique y no remplace por otras nuevas las vidrieras de Notre Dame de París. Se trata de las vidrieras que se salvaron del incendio de 2019. La petición alcanzó tal magnitud que incluso figuras próximas a él la respaldaron.
El Elíseo, por su parte, replica recordando que no fue Macron el que lanzó la iniciativa de cambiar las vidrieras de Notre Dame. El jefe del Estado lo que hizo fue retomar la idea que propuso en julio el arzobispo de París, Laurent Ulrich.
En cualquier caso, la presidencia insiste en que Macron se implicó de lleno con esa idea para lanzar un concurso entre artistas contemporáneos que van a presentar propuestas figurativas y que luego será un jurado el que decidirá por cuál se decanta.
«Vi una petición en la web para que se hagan nuevas vidrieras contemporáneas (el proyecto de Macron). La han firmado 20 personas. Mi petición tiene casi 124.000 apoyos», ironiza en declaraciones a EFE el impulsor de la iniciativa contra el cambio de los vitrales, el periodista especializado en patrimonio y fundador de la publicación ‘La Tribune de l’Art’, Didier Rykner.
Entre las decenas de miles de firmas, Rykner señala que está la de Stéphane Bern, un allegado de Macron que dirige un organismo público encargado de preservar y descubrir el patrimonio francés.
Para el periodista, este respaldo refleja hasta qué punto la opinión pública del país se opone a que Macron reemplace las vidrieras de mediados del siglo XIX. Los vitrales los concibieron Eugène Viollet-le-Duc para seis capillas de la fachada sur, se reemplazarían por otras de cuño contemporáneo.
Hay leyes y reglas
El promotor de la petición se muestra además indignado por cómo Macron anunció su idea de cambiar las vidrieras, el pasado 8 de diciembre. El anuncio lo hizo a solo un año de la reapertura del templo, como si quisiese dejar poco margen a posibles protestas a su proyecto.
«El presidente no puede decidir solo, creo que estamos en democracia. Hay leyes y reglas. Sin duda, hay asociaciones en defensa del patrimonio que recurrirán a la Justicia», pronosticó el periodista.
Rykner alerta de que la obra de Viollet-le-Duc, que recrea de una forma «algo exagerada» las vidrieras de la época medieval que habían sido destruidas, está protegida por ser patrimonio nacional francés. Es decir, no puede sacarse de su lugar original tan fácilmente. La idea de Macron es exponer esas vidrieras del siglo XIX en un museo.
«Espero que no se haga el ridículo cambiándolas«, agrega el promotor de la solicitud. De hecho, Rykner recuerda que poco después del incendio del 15 de abril de 2019 la entonces ministra de Cultura, Roselyne Bachelot, descartó la reposición de los vidrieras precisamente por cuestiones legales.
Para aumentar la presión, el propio Rykner entregará en el Elíseo una carta a Macron el próximo 16 de enero, cuando ya tenga más de 150.000 firmas en su haber. Dice confiar en la movilización mundial de los amantes de este templo visitado por unas 13 millones de personas cada año, con las cifras previas al incendio.
El director de ‘La Tribune de l’Art’ considera, además, «absurdo» conservar esas vidrieras en un museo, como quiere Macron, pues el interés patrimonial está en el conjunto.
«Lo moderno es la protección de los monumentos. Nosotros somos los modernos, aunque a veces nos hagan pasar como los chapados a la antigua, los carcas», defiende.
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