Es una de las series más esperadas de este año por el simple hecho de contar con Al Pacino como cabeza de cartel, pero Hunters, que se estrena este viernes en Amazon Prime Video, va a sorprender a todo el mundo porque es una mezcla de muchas cosas. Tiene comedia, drama, violencia al estilo Tarantino y hasta bailes.
Una nueva vuelta de tuerca en la evolución de cómo el cine trata todo lo relacionado con el Holocausto.
El drama más profundo y una tristeza opresiva son las características más habituales de grandes títulos como Marathon Man (1976), The Boys From Brazil (1978) o Music Box (1989).
Una seriedad a la que Quentin Tarantino añadió humor y ligereza en Inglourious Basterds (2009), algo difícil de hacer para contar uno de los mayores dramas de la historia reciente, pero el realizador estadounidense lo hizo con maestría.
Ahora un debutante, David Weil, se atreve a mezclar risas y llantos para contar una historia mil veces contada pero aportando muchas novedades en su concepto.
La estética, un protagonista más
Una de las principales es su estética. Finales de los setenta, colores estridentes y brillantes, peinados afro, chaquetas de cuero, patillas, pantalones de campana.
Escenario ideal para una comedia, para un musical, pero también para esas historias estilo Tarantino o Spike Lee en las que la sangre es más roja, el cielo más azul y la luz del sol deslumbra más.
No hay más que ver la primera secuencia del primer capítulo para hacerse una idea de por dónde va la serie. Una piscina en un día soleado, una familia perfecta, una barbacoa, un césped inmaculado y un nazi que se oculta en un escenario más propio de las aventuras de Barbie que de un drama sobre el Holocausto.
Elementos de cómic y trazas de superhéroes se superponen en este primer largometraje de Weil, que está muy bien acompañado por Jordan Peele como productor y con un elenco encabezado por Al Pacino, pero que también cuenta con Lena Olin o Josh Radnor.
Logan Lerman, el descubrimiento de Hunters
Y con Logan Lerman como el verdadero protagonista de la serie, un rostro habitual del cine independiente que se mete en la piel de Jonah Heidelbaum, el nieto de una superviviente de Auschwitz que vive ignorante del duro pasado de su abuela.
Lerman funciona como nexo de unión entre el Estados Unidos despreocupado de los setenta y el recuerdo del Holocausto que pervive en el grupo de personas que se dedican a la caza de nazis.
Los expresivos ojos de Lerman aportan emoción cuando la serie realiza flashbacks al terror de Auschwitz, con duras escenas que muestran los juegos macabros que los nazis se inventaban para matar a los judíos.
La vida en el campo de concentración ocupa una parte importante de la historia porque es la justificación para las búsquedas de los asesinos nazis que llevan a cabo Al Pacino, como millonario benefactor, y su heterogéneo grupo, en el que hay desde una monja a un actor.
Por si faltara algo, a los nazis se une una agente del FBI, Millie Morris, que aporta el lado gubernamental a la historia.
Comedia y ficción, pero con una base muy real
10 episodios -el primero de 90 minutos y los restantes de 60- que cuentan las aventuras de estos cazadores de nazis con momentos dramáticos y otros cómicos, algo chocante en un primer momento pero que funciona mejor a partir del segundo capítulo.
Todo ello, y aunque pueda extrañar, tiene una base muy real, porque la historia está inspirada en la vida de Sara Weil, abuela del director, a la que califica como «la mayor superhéroe que ha conocido».
En una carta facilitada a los periodistas por Amazon, Weil recuerda cómo su abuela sobrevivió a Auschwitz-Birkenau y a Bergen Belsen y cómo ella le contó poco a poco su vida, el horror y, sobre todo, la tremenda capacidad del ser humano para hacer el mal.
Hunters es la respuesta del realizador a las preguntas que se hizo sobre la herencia, el derecho a nacer y la responsabilidad. «Es una carta de amor a mi abuela. Es un intento de aportar luz a crímenes ocultos y secretos, de buscar la Justicia que ella nunca recibió, de mantener la memoria del Holocausto viva y de continuar su historia».
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