J.J. Abrams
Foto Archivo

Star Wars: El ascenso de Skywalker llegó a los cines el jueves 19 de diciembre. La última entrega de la nueva trilogía ya está en manos de los espectadores, que tendrán que juzgar si la película protagonizada por Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega y Oscar Isaac hace justicia a una franquicia que comenzó hace más de cuarenta años. Al frente de este reto está J.J. Abrams, que repite como director tras El despertar de la Fuerza en 2015 y que defiende orgulloso el carácter igualitario de la historia.

Durante una entrevista concedida a Europa Press el director se sorprende al descubrir que El ascenso de Skywalker generó polémica, incluso antes de su estreno.

El realizador asegura que no aspira a agradar a todos los espectadores y cree que ahora todo parece dividir. «Todo viene acompañado de sensacionalismo. Todo es hiperbólico, extremo y, en algunos casos, horriblemente atacante», dice Abrams.

El creador de Perdidos y Alias defiende la libertad de expresión amparada en el anonimato que ofrecen las redes sociales. Pero lamenta que cierto nivel de civilización, compasión y decoro haya desaparecido. «Espero que vuelva y que no solo tiene que ver con Star Wars, tiene que ver con todo», indicó.

Con Leia pero sin Carrie Fisher

Y si hay un símbolo feminista en toda la historia de la galaxia, con permiso de la carismática y emergente Rey, esa es Leia Organa. La muerte de Carrie Fisher en 2016 complicó el rodaje del Episodio IX, pero para Abrams era imposible prescindir de ella.

«Al principio de la escritura del guion obviamente sabíamos que teníamos que incluir a Leia porque no hay manera de contar el final de la saga Skywalker sin ella», aseguró.

Luego de descartar la posibilidad de añadirla mediante CGI, el realizador se percató que había escenas de El despertar de la Fuerza que no se usaron. «Podíamos escribir en torno a ellas», comenta.

El homenaje a la carismática actriz fue como armar un rompecabezas, debido a la ausencia de Fisher y el calendario de los actores, que dificultó desarrollar el rodaje. «Primero grabábamos una parte de la escena y luego la otra», explicó Abrams.

El cineasta ya es un veterano en esto de las críticas y es por eso que prefiere dejar al margen los deseos de los seguidores a la hora de escribir el guion. «Tienes que saber que cuando haces una película de Star Wars, no escribes para los fans. No hay un tipo de fan, así que si escribes para uno solo, habrá otro que no estará satisfecho», señala.

«Tienes que escribir para ti mismo», añade.


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