La América resistente a Donald Trump desembarcó en Cannes encarnada en Spike Lee. El veterano cineasta cargó duramente contra el presidente, luego de presentar BlacKKKlansman, un filme mordaz que lo compara con el Ku Klux Klan.
De regreso al Festival de Cannes después de 27 años, Lee inició una rueda de prensa lanzando una diatriba plagada de insultos contra Trump, de quien se negó a pronunciar su nombre. “Ese hijo de puta tiene el código nuclear”, dijo Lee, autor de un cine militante y abanderado de la defensa de los negros en Estados Unidos.
Como era de esperar, BlacKKKlansman, en competencia por la Palma de Oro, es un mensaje de resistencia: “Un llamamiento para que despertemos”, dijo. Y la crítica la recibió con los brazos abiertos en Cannes.
Basado en una historia real de un policía afroamericano que se infiltró en el Ku Klux Klan en los años 1970, este filme retrata una época en la que el discurso racial dominaba la vida de ambas comunidades, sembrando el odio y sentando las bases de la violencia que estalló en la década posterior.
Pero fiel a su estilo, el cineasta de 61 años de edad cuenta todo al espectador con acción y humor, sin temor a caer en la caricatura ni la parodia.
En su papel de policía negro, John David Washington –hijo de Denzel Washington–, desató las primeras carcajadas multitudinarias de la competición oficial del Festival, pero el director de Malcolm X y Fiebre salvaje no tenía en mente un filme puramente histórico. A medida que avanza la trama, las alusiones a Trump se van haciendo cada vez más evidentes.
“America first!”, corean furiosamente miembros del Ku Klux Klan con el puño levantado, pero las referencias acaban por ser una comparación directa cuando Lee se reserva los últimos minutos para mostrar unas imágenes de mediados de 2017 en Charlottesville, cuando una mujer, Heather Heyer, murió atropellada por un militante neonazi durante enfrentamientos entre supremacistas blancos –entre ellos miembros del KKK– y militantes antirracistas.
Lee dedica su película a Heyer y el estreno en Estados Unidos lo programó para el primer aniversario de su muerte. Su fallecimiento es un asesinato, dijo el director en rueda de prensa.