Desde patrullas marítimas hasta escáneres con rayos X y «ciudadanos vigilantes», todas las medidas son buenas para garantizar la seguridad durante el Festival de cine de Cannes.
«En un contexto de amenaza terrorista, se tenía que mantener un nivel de seguridad muy alto, sin asfixiar el acontecimiento», explicó el prefecto de la región de Alpes Marítimos, Georges-François Leclerc, a la AFP, detallando un dispositivo con tres niveles: marítimo, aéreo y terrestre.
Cannes, en plena Costa Azul francesa, estará vigilada desde el mar, con una decena de naves desplegadas entre los cabos Estérel y Antibes, bajo la autoridad del patrullero Jonquille de la Gendarmería marítima, precisó el capitán de fragata Stanislas Gentien, portavoz de la Prefectura marítima del Mediterráneo.
En el plano aéreo, los aeropuertos de la región, incluso el cercano helipuerto de Mónaco, estarán bajo una intensa vigilancia, con prohibiciones temporales del espacio aéreo, sobre todo al final del día, coincidiendo con el desfile de estrellas en la alfombra roja.
Pero la parte más importante del dispositivo serán las medidas terrestres, alrededor del Palacio de Festivales, donde se concentra gran parte de la actividad del certamen, insistió el prefecto de Alpes Marítimos.
Como en 2017, numerosos pórticos de seguridad permitirán filtrar los accesos cerca de este recinto, especialmente en la zona de 2 metros de ancho reservada a los “paparazzi” no profesionales, frente a la famosa escalinata roja.
Este año sin embargo las fuerzas de seguridad dispondrán de un escáner de rayos X, como en los aeropuertos, para las maletas y los bultos voluminosos.
«Habrá varios filtros antes del Palacio de Festivales, como una doble piel», explica Yves Daros, responsable de la Policía municipal de Cannes: «Pero a una cierta distancia, para mantener el ambiente festivo» del evento.
Se ha desplegado un gran dispositivo para aislar el centro de Cannes: 160 metros de vallas metálicas, bolardos capaces de retener un vehículo a toda velocidad, e incluso 300 jardineras de hormigón, que pueden pesar hasta una tonelada.
El recuerdo del atentado de Niza y de las 86 personas que murieron arrolladas por un camión un 14 de julio sigue muy presente.
Sin dar cifras precisas, Georges-François Leclerc confirma que el número de efectivos desplegados será como en 2017.
A nivel municipal, «la totalidad del personal será movilizado, es decir 200 policías y 50 agentes de vigilancia de la vía pública», detalla Daros. Además, habrá un centenar de «ciudadanos vigilantes», voluntarios desplegados como «ojos adicionales para la policía».
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