Tras la ola de escándalos de abuso sexual que ha azotado a Hollywood durante los últimos meses, varios artistas se han cambiado de bando para rechazar los comportamientos de aquellos que anteriormente respetaron o admiraron. Así pasó, por ejemplo, con Woody Allen, quien hasta hace poco era un director con el que los actores se enorgullecían de trabajar y hoy en día, se avergüenzan.
Natalie Portman, quien ha sido una de las actrices icónicas de los movimientos feministas Times Up y #MeToo, afirmó recientemente que se arrepentía de haber apoyado al director Roman Polanski en 2009.
En una entrevista con Buzzfeed News declaró: «Lo lamento mucho. Me responsabilizo por no pensar lo suficiente. Alguien a quien respeto me dijo: ‘Firmé esto, ¿tú también lo harás?’. Y yo estaba como ‘claro’. Fue un error. Sentí empatía hacia las personas que han cometido errores. Vivimos en un mundo diferente y eso no excusa nada. Pero puedes tener los ojos abiertos y cambiar por completo la forma en que quieres vivir. Mis ojos no estaban abiertos entonces».
La actriz se refiere a una carta que varios rostros del cine firmaron para pedir la liberación inmediata del cineasta condenado por abuso sexual. Además de ella, figuran en la petición Darren Aronofsky, Tilda Swinton y David Lynch, entre otros.
El director de El Pianista, por el que ganó un Óscar, y Barrio Chino fue acusado de drogar a Samntha Geimer a sus 13 años de edad antes de violarla en 1977, en la casa de Los Ángeles del actor Jack Nicholson.