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Cinco obras imperdibles del Hay Festival para ver desde casa

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Una mirada a las obras de estas cinco grandes plumas internacionales, que participarán esta semana en la versión digital del Hay Festival Cartagena de Indias 2021, por las plataformas hayfestival.com y por eltiempo.com.

A propósito, para que se programe de una vez, presentamos las charlas que también se podrán ver a través de las plataformas digitales del diario colombiano:

Martes 26: Emilie Pine con Margarita Posada (10:00 am).

Miércoles 27: Thomas Piketty con Ricardo Ávila (1:00 pm).

Víctor Gaviria con Jerónimo Atehortúa (7:00 pm).

Jueves 28: Goyo con Roberto Pombo (5:30 pm).

Carlos Vives con Juan Gossaín (9:30 pm).

Viernes 29: Juan Luis Arsuaga y Juan José Millás con Yolanda Ruiz (2:30 pm).

Sábado 30: Fernando Savater con Alejandro Gaviria (2:30 pm).

Javier Bardem con Luis Alegre (4:00 pm).

Domingo 31: Paul Auster con Marta Orrantia (4:00 pm).

Melba Escobar y Margarita Posada con David Lara (7:30 pm).

Rubén Blades con Mábel Lara (9:30 pm).

Limónov – Emmanuel Carrère

Libro tan apasionante como la vida de su protagonista y que borra los géneros en el sentido tradicional. ¿Es biografía?, ¿es historia?, ¿es novela?, ¿es crónica? Pues es todo eso y hasta más, pero, en ningún caso un libro de género específico.

Dentro del paradigma de la posmodernidad, el libro muestra que los imperios caen, las utopías fenecen, las ilusiones no sirven y los héroes se quedan sin nada.

Al final, cuando Carrère ya no tiene más para averiguar sobre Eduard Limónov, este le pregunta: «¿Por qué quiere escribir un libro sobre mí? Me pilla desprevenido pero le respondo sinceramente: Porque tiene -o porque ha tenido, ya no me acuerdo del verbo que empleé- una vida apasionante. Una vida novelesca, peligrosa, una vida que ha arrastrado el riesgo de participar en la historia».

Y así fue. En la vida de este escritor revolucionario caben las vidas de muchos hombres: poeta fracasado primero, exitoso y famoso después y finalmente olvidado; habitante de la calle más lumpen de Járkov (Ucrania), hamponcete de barrio, indigente en Nueva York (y mayordomo al mismo tiempo), miliciano en Serbia, presidiario varias veces, opositor del régimen de Putin… en fin, el inspirador e icono de todos los jóvenes marginados que quedaron como residuo del desastre comunista.

Por supuesto, el recorrido del biógrafo-historiador-cronista Carrère por el siglo XX y comienzo del XXI es completo, desde el terror estalinista hasta la transición a la democracia iniciada por Yeltsin. Desfilan todos los nombres de la historiografía literaria rusa, desde los poetas perseguidos, hasta Josef Brodsky.

Casi al final le podemos tomar la medida a Limónov como poeta (maldito): «Ahora mi Natasha se pasea/ descalaza bajo una llovizna tibia./ Arriba, en una nube, el buen Dios/ juega con una faca y lanza reflejos sobre su cara./ ¡Ba-da-da-da! ¡Bum-bum-bum-bum!,/ canta Natasha toda desnuda./ Adelanta sus labios gruesos,/ agita sus grandes manos muertas,/ entreabre sus largas piernas muertas,/ camina deprisa hacia el paraíso,/ todo desnudo el cuerpo chorreante».

Flores en las grietas / Autobiografía y literatura

Richard Ford. Los capítulos de que consta este libro son ensayos y artículos publicados por el Ford en The New Yorker, The Ecco Press y Granta, que están escritos en tono de conferencia y dirigidos a un público no necesariamente especializado en literatura, puesto que carecen por completo de academicismo.

Los lectores de Chéjov encontrarán razones para leerlo con más vehemencia, pues sus más de doscientos veinte cuentos permiten, según Ford, catalogarlo como «el más humano de los escritores» así sea «un escritor para adultos».

En el ensayo ¿De dónde viene la escritura?, el ganador del Pulitzer explica que los escritores no son gente especial y que no siempre se puede llegar hasta el origen o referente de la creación de ficción.

Qué escribimos, por qué lo escribimos y a quién le importa contiene todo su credo literario en el que hay ideas de este tenor: «Quiero que mis historias, si es posible, afecten a los lectores como la gran literatura me ha afectado a mí, es decir, que sea el hacha para el mar congelado que está dentro de vosotros».

Probablemente sus conceptos más pedagógicos y de mejor provecho para quienes leen, escriben o enseñan literatura están en el ensayo La lectura, empezando por la diferencia entre leer simplemente y leer cuidadosamente («Aprendí a leer -a leer cuidadosamente, quiero decir- en 1969, a los veinticinco años»); entre analizar un libro y abordarlo empíricamente.

Ford, nacido en 1944 en Jackson, Mississippi, y a quien se le suele ubicar en la estela de Faulkner, Steinbeck y Hemingway, nos va regando a lo largo del libro ideas útiles para leer, enseñar, escribir y comprender la literatura, como aquella idea de que «el absurdo nunca es completamente ajeno a la realidad de ninguna vida»; la de que no se puede salir airoso si en un relato se elimina el personaje principal, o la que constituyó su gran hallazgo como maestro: que literatura y vida están conectadas y nos suscitan las mismas preguntas, dudas y temores.

El infinito en un junco – Irene Vallejo

Este hermoso libro contiene toda la Historia de la escritura y de la forma como este invento sirvió de antídoto para lo que aparece en Cien años de soledad como la peste del olvido.

El título alude a la planta de la que se obtenía el primer soporte para la escritura, concebida como un sucedáneo del habla para superar las limitaciones de tiempo y espacio; para dar permanencia a “las aladas palabras”. Tablas de arcilla, piedra, hueso, piel de becerro; a cualquier soporte se acudió para preservar la memoria humana a través de la Historia, hasta llegar al más prodigioso invento: el libro.

De manera entretenida, muy documentada y, sobre todo, pedagógica, la autora describe lo que significaron, por ejemplo, las bibliotecas de Alejandría y de Pérgamo (de donde viene el pergamino); las escuelas de amanuenses de Egipto y Oriente Medio; los bardos, aedos y rapsodas y asimismo los comerciantes que trasegaban rollos entre ciudades y países que empezaron a vivir en la aldea global propiciada por los textos escritos.

La historia contada por Irene Vallejo reboza datos valiosísimos y curiosas anécdotas. ¿Cuál fue el primer libro?, ¿Quién fue el primer coleccionista y bibliófilo?, ¿Quién fue el primer bibliotecario y catalogador?, ¿Cuál fue el primer alfabeto (esa “tecnología aún más revolucionaria que internet”) y cómo se sistematizó?, ¿Cuántas bibliotecas existían antes de la era cristiana?

Todo ello está referido por la filóloga de Zaragoza quién además nos invita a reflexionar sobre lo que pasa hoy día con la memoria y el conocimiento: “Ahora mismo estamos inmersos en una transición tan radical como la alfabetización griega.

Internet está cambiando el uso de la memoria y la mecánica misma del saber (…) Los científicos denominan efecto Google a este fenómeno de relajación de la memoria. Tendemos a recordar mejor dónde se alberga un dato que el propio dato. Es evidente que el conocimiento disponible es mayor que nunca, pero casi todo se almacena fuera de nuestra mente”.

Informe del interior – Paul Auster

Narrado todo en segunda persona, el presente volumen comparte tres géneros: autobiografía, crónica y memorias, pero, además, el autor despliega recursos como contador de historias, en este caso de películas, produciendo el llamado efecto de cajas chinas tan propio de su estilo novelístico.

Tres filmes impactaron al célebre creador de La Trilogía de Nueva York. El primero, que representó para él una «conmoción teológica» fue La guerra de los mundos; el segundo, el de la «conmoción metafísica» fue El increíble hombre menguante y el tercero, Soy un fugitivo, fue «el siguiente terremoto cinematográfico de tu vida».

La destreza de este autor estadounidense para contar las tres películas, entreverando cada resumen a lo largo de la primera parte del libro, es tal que se asumen como cuentos creados por él.

En la segunda parte, Auster se presenta a través de las cartas que escribió entre 1966 y 1969 a su primera esposa, la escritora y traductora Lydia Davis, que por oficio de ella misma hoy día están bajo custodia en la Berg Collection en la Biblioteca Pública de Nueva York. Su contenido deja ver cómo fue la formación literaria del escritor y su vida de perdulario en París y en «la calurosa y pestilente Nueva York».

Como todos los relatos auto-referidos, Informe del interior pone énfasis en la infancia, en su caso llena de incertidumbres por su condición de judío (“No recuerdas el momento exacto en el que comprendiste que eras judío”) y con el telón de fondo de guerra fría, convulsiones sociales y, sobre todo , del tremebundo hecho del que da cuenta Philip Roth en su novela Némesis (2011), una epidemia que en los años 50 sembraría el pánico en toda Norteamérica, “afectando a 57.626 personas, la mayoría niños, causando la muerte a 3.300 y dejando lisiadas de por vida a un número incalculable de ellas. Eso era miedo. No a las bombas ni a un ataque nuclear, sino a la polio”.

Línea de fuego / Arturo Pérez – Reverte

En su más reciente y muy extensa novela, el prolífico escritor de Cartagena (España) retoma uno de los motivos recurrentes de la narrativa española en el siglo pasado, la Guerrea Civil.

Con su característico despliegue de recursos para narrar y describir, su maestría para bautizar a sus personajes y su laudable dominio de la lengua castellana, el autor curtido en tramas bélicas, nos mete, merced a una escritura trepidante, de lleno en la refriega.

“Pum-bah, pum-bah”, “Ziaaang, ziaaang, ziaaang”, “Tump, tump, tump”, “Plam-clac, plan-clac. Plam-clac”. Todo un repertorio de onomatopeyas, de las que ya había hecho gala en Cabo Trafalgar, representan el fragor con el que combaten, de un lado republicanos y comunistas, es decir, rojos; del otro, fascistas y requetés, es decir, franquistas.

El mayor mérito de la novela es la forma como se alterna el punto de vista, ora desde los de izquierda ora desde los de derecha, para mostrarle al lector el drama que se vive en cada bando, con un importante factor añadido, que es el papel de las mujeres, encargadas más que todo de las comunicaciones y los enlaces, pero también para que la vida se sostenga en medio de tanta muerte.

Es así como entre estallidos, fuego y humo, los contendientes se dan una tregua para que una mujer de pueblo en pleno asedio pueda dar a luz: “Y el dinamitero ve a Olmos inclinarse sobre ella, apretándole la mano con más fuerza al tiempo que acaricia su frente con una ternura insospechada en él […] hasta que al fin suena un levísimo quejido y luego un llanto agudo y fuerte, violento, el primero de una vida, que eriza la piel de Julián Panizo mientras los hombres agrupados en la puerta estallan en gritos de alegría”.

El bebé llega al mundo, acaso advertido por estos versos de Antonio Machado, uno de los tantos poetas que padecieron por esa guerra: Españolito que vienes al mundo te guarde dios/ una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón.

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