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Chenzo Di Marzo: Quiero seguir haciendo música con alma, espero nunca hacer algo plástico

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Chenzo Di Marzo trabaja para convertirse en un reconocido cantautor. El apellido lo tiene, es el hijo de Evio y sobrino de Yordano. Pero quiere ser reconocido más por su talento que por su linaje familiar, ese que le ha puesto música a generaciones de venezolanos. Sobre sus hombros lleva el peso de un importante legado musical, que lejos de abrumarlo, lo enorgullece y lo motiva a trabajar aún más para ser un buen músico. “Mi padre tocaba el pop de antes y yo toco pop de ahora”, dice.

Las comparaciones siempre están presentes. Sabe que en cada show siempre está la expectativa del público por escucharlo interpretar un tema de su padre o de su tío. Esto, lejos de desmotivarlo, es una forma de mantener presente y vivo ese legado familiar, sobre todo el de su padre, del que tanto se enorgullece. “Una forma de revivirlo es trabajar sobre su historia musical, que me ayuda a estar con él”, afirma el joven cuya canción favorita de Evio es «Nuclear», mientras que la que más le gusta de Yordano es «Manantial de corazón», que no puede faltar en su repertorio. «Siempre la toco a mi manera y la hago un tanto reggae. Todavía sigo aprendiendo y sigo escuchando su música porque tiene mucho que darme todavía».

Aunque Chenzo no pudo compartir tarima con su padre, recibió de él muchos consejos. “Tengo recuerdos de mi papá gritándome en un concierto desde abajo de la tarima que me pegara bien al micrófono», cuenta entre risas. «Hay muchas cosas que he aprendido de él, tanto de eso (una corrección) como de una acción pequeña en ese momento en el que no tenía manager», añade el cantautor de 34 años de edad.

Chenzo Di Marzo

Foto Jesús Navas

Para Rodrigo Di Marzo, nombre real del cantante, la música nunca fue un pasatiempo, siempre fue algo que se tomó con mucha seriedad. Desde adolescente, sabía que quería dedicarse, en cuerpo y alma, a componer canciones. “La música es algo tan fuerte que, cuando te arropa, no hay manera de salirse”, asegura.

Chenzo descubrió su pasión por la música cuando tenía 5 años de edad. En ese entonces, aprendió a tocar guitarra y piano de oído. “Tengo recuerdos de mi tío Yordano admirando un poco, por decirlo así, lo que hacía a esa edad”, cuenta. Al principio, era algo intuitivo. Tocaba e improvisaba con los instrumentos hasta que comenzó a escuchar las canciones de Sublime, Red Hot Chili Peppers, Bob Marley e, incluso, de su papá y su tío. Quiso cantar. “Comencé y se me hizo fácil, así que empecé a componer con letra y a meterle poesía a la música”, recuerda el cantante que a los 15 años de edad formó su primera banda juvenil con algunos compañeros de clase.

Poco a poco, comenzó a componer sus primeras canciones y ensayar con más disciplina. “Todos los días respiraba música”. Ingresó a una academia de música en la que, aunque no se graduó, aprendió mucho y lo motivó a dedicarse a su pasión. «Pasaba días con mis amigos componiendo, tocando, buscando toques y tocando en la calle», recuerda.

Chenzo Di Marzo

Foto Jesús Navas

Crecer en un ambiente musical le hizo ver y entender la música de una forma distinta. «Ir a los ensayos de mi papá me afectó de manera positiva», dice el cantautor, que además de nutrirse de la música de su papá y su tío, tuvo acceso a un ambiente en el que pudo compartir y aprender de grandes músicos. «Conocí a muchas personas que musicalmente en Venezuela son eminencias y a nivel mundial también. Estudié mucho con ellos, logré compartirles mi música y estar en la tarima con ellos. Fueron maestros para mí. He aprendido de todo ese ecosistema que se lo agradezco a ese legado Di Marzo».

En 2019, decidió oficializar su carrera como cantautor. Ese año publicó su primera canción, «My Girl», una combinación de tropical house con dembow, y a la que le siguieron «Como tú», «Lucía», «Por ti yo vuelo», «Planeta», entre otras que le darán forma a su primer disco, en el que trabaja actualmente y que espera esté listo antes de que termine el año. Un proyecto solitario que no ha sido sencillo. “Yo lo hago todo, soy multiinstrumentista y estoy experimentando e intentando hacer algo con lo que me identifique. Esto no quiere decir que no trabaje con productores o que no lo haya hecho; lo he hecho y estoy dispuesto a hacerlo. Ahora estoy haciendo un compendio. También vienen otros temas y hay un featuring, una colaboración súper importante y que me encanta, es de mis preferidas del disco y la tengo bajo la manga”, detalla el cantante al que le gustaría colaborar con Vicente García o Asier Cazalis.

Aunque define su estilo como world music, no le gusta encasillarse en un género. «Yo no hago solo pop, no hago solo rock, no hago reguetón o urbano, sino que hago muchas cosas. A veces me estresa tener que encasillar algo porque yo hago rock, pop, funk, urbano. Combino cosas que no combinaban», dice el artista, que le compone al amor, la naturaleza y a Dios. «A veces el alma no tiene cómo expresarse y ahí es cuando viene el arte, que a veces no se puede descifrar o no tienes palabras para expresarla y lo transmites a través de la música y la poesía».

Una de las canciones que más le costó componer es «Papá» por la enorme carga emocional que tiene. En el tema logró expresar todo el dolor que le causó la muerte de su padre, producto de un disparo en un intento de robo en 2018. Al principio, no tenía pensado publicarla, pero cambió de opinión. «Era algo que tenía para mí, pero tiene algo especial porque lo hice en presencia de un hermano que falleció, mi hermano menor. Terminé de componerla prácticamente con él y cuando murió, hace poco, decidí publicarla en memoria de mi padre y de él. Es uno de los temas más emotivos que posiblemente tenga y vaya a tener», cuenta Chenzo y agrega que una de las cosas que más extraña de su padre es el humor. “Era único y siempre daba en el clavo. Todavía no he conseguido alguien que me satisfaga de esa manera, tenía un humor inteligente».

Sin importar el lugar, las habilidades o los recursos que se tengan, el cantante considera que construir una carrera en la música es difícil. «Hay gente con recursos, pero quizás, si te pones en sus zapatos, les faltan otras cosas. Es relativo, puede que en Estados Unidos haya muchas oportunidades, pero también mucha competencia; puede que aquí no haya oportunidades, pero también hay competencia. Hay cosas que afectan negativa o positivamente en tu carrera, como el entorno social o el geográfico».

Para Chenzo el mayor reto en los últimos años ha sido hacer buena música con equipo reducido. «A veces somos nada más dos, otras veces somos tres o somos varios, depende del proyecto. Pero hemos logrado cosas porque nos basamos más en la calidad de las personas que integran el grupo. Buscamos personas a las que les guste y quieran el proyecto, que lo entiendan. A veces eso hace que se reduzca mucho el staff (…) Yo tengo buen gusto a nivel visual, artístico y musical, y no voy a trabajar con alguien que no lo tenga», dice el cantante que valora mucho la creatividad e ingenio de las personas con las que trabaja. «El año pasado logramos una nominación a los Premios Pepsi por el video de ‘Lucía’, que es un plano secuencia que se hizo en el estudio de arte de mi abuela. No es fácil hacerlo y se grabó en vivo a pesar de que suene tipo estudio. Lo grabamos in situ, no está doblado. Se hicieron 14 tomas y la última quedó. Eso tiene un valor real», agrega el músico que este año tiene cuatro nominaciones a los Premios Pepsi en la categoría cantautor.

Chenzo Di Marzo

Foto Jesús Navas

Más allá de una plataforma para mostrar su trabajo, el cantautor ve los premios como un espacio de encuentro con otros músicos para hacer comunidad. «Para mí representa unión entre los artistas, representa un grupo. Es algo que se aplaude y se agradece porque, al menos en Venezuela, hay pocos momentos así, hay pocas convocatorias en la que el músico sienta que hay una comunidad (…) Yo lo veo como un acto de valor, de apoyo, de reconocimiento que aplaudo demasiado».

Chenzo no ve la música sólo como un negocio, para él es una oportunidad de aprender y ser cada vez mejor. «Cuando vas creciendo esa ambición por mejorar y por sentirte satisfecho aumenta. Te dan ganas de hacer algo cada vez mejor, es como un hambre que nunca sacias. Obviamente, hay que hacerlo sustentable. Para mí la música no es algo administrativo o de business, aunque sí es un negocio, pero el arte también come y, bueno, ahí es cuando el lado profesional aparece y tienes que hacerlo parte de ti, tanto que terminas trabajando y viviendo de eso».

Sobre la música urbana o el reguetón, Chenzo asegura que no tiene nada en contra. Al artista le gusta y disfruta todos los géneros musicales, lo único que no soporta es la música mal hecha. «Si no me gusta no la escucho, tampoco tengo problema en dar mi punto de vista. No busco más que aprender de lo positivo de cada músico, lo demás lo desecho», dice.

Chenzo Di Marzo

Foto Jesús Navas

A Chenzo también le apasiona el cine, una de sus películas favoritas es Blade Runner (1982), y la cocina, disfruta preparando pizzas y masas. «Hemos trabajado y vivido de la pizza y de la comida italiana. Actualmente tengo una negocio de pizzas congeladas que se llama Chenzo’s pizza».

Para Rodrigo Di Marzo el futuro es incierto, prefiere enfocarse en el presente. Su único deseo es nunca perder las ganas de aprender y la necesidad de hacer buena música. «Espero vivir y poder vivir bien de la música. Eso es lo que quisiera en el futuro. Si tuviera la oportunidad de hablar con el Chenzo del pasado le daría un montón de consejos y, quizás, el del futuro va a querer decirle algo al de ahorita. Por eso, pienso en el ahora y para el futuro solo pido estar vivo y con mi familia. Pido a Dios por esas cosas porque si me quita las manos y es su voluntad no poder tocar piano es porque estará buscando algo, porque sí, soy creyente y creo en eso. Pero ahora, mientras me mantenga vivo y pueda seguir haciendo música, quiero seguir teniendo esa hambre que tenía de niño, que tenía Van Gogh y que tenían los artistas reales y con alma. Quiero seguir haciendo música con alma, espero nunca hacer algo plástico, nunca dejarme llevar por lo material ni por el dinero y mantener el alma en todo lo que haga».

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