Virus y tecnología. El comienzo de Soda Stereo como fenómeno masivo de la cultura pop latinoamericana y este aparente final consumado por la gira Gracias totales tienen esas palabras entrelazadas. Allá en 1984 estrenándose en un álbum producido por Federico Moura, el hombre alado, que fue presentado en una escenografía de televisores anticipando la videogenia del trío que explotó lo audiovisual como ningún artista argentino desde Carlos Gardel. Acá en 2021, cuando Zoom (1995) se ha vuelto profética y un show que podía parecer remoto y fantasmático es ya parte del paisaje pos pandémico en su mezcla de presencialidad y virtualidad.
En el bunker de Charly Alberti en Florida, Vicente López, hay ensayo general para las primeras noches del 18 y 19 en el Campo de Polo de una gira interrumpida de manera drástica en marzo de 2020. En 2022 habrá más shows de esta versión de Soda Stereo con Gustavo Cerati en modo playback e invitados por República Dominicana, México, Chile, Paraguay y Estados Unidos. Como entonces, 1984, Soda o su invocación están dando cuenta de la forma de comunicación contemporánea. En la pecera de la sala de ensayo que luce como un teatro y en la que en un rato estarán sonando “Sobredosis de TV”, “Hombre al agua”, “Disco eterno” y “El rito” están ahora los guardianes del legado de Soda Stereo. Es la forma que elige Charly Alberti, que ha tapizado el lugar con discos de oro y platino del trío, para definir el rol que el baterista y Zeta Bosio tienen ahora. Los guardianes visten de negro y creen también en que la puesta en escena de la memoria de Cerati es también una estética de esta tecnología que hizo posible imaginar una reunión más allá de lo físico cuando los dos se encontraron con las pistas vocales limpias trabajando la banda sonora de Séptimo día, el espectáculo del Cirque du Soleil de 2017. “Fue algo hermoso. Te hacía fantasear la posibilidad de volver a tocar junto a él”, dice Zeta. “Fue un momento muy fuerte, de mucha emoción. Al principio los dos tuvimos que trabajar muy fuerte en el control de las emociones. Puede parecer una boludez pero…”, completa Alberti.
-No, ¿Por qué?
Charly Alberti: En un momento le dije a Zeta que no sabía si iba a poder seguir trabajando en eso. Porque estás todo el tiempo al borde, sobre emocionado.
Zeta Bosio: Además lo hicimos en el estudio Unísono (de Gustavo Cerati), donde habíamos estado ensayando para la gira Me verás volver (2007) y teníamos una sensación de que seguíamos siendo tres. Todo ese proceso nos unió mucho…
-¿Por qué no pudieron hacer un proyecto juntos sin Gustavo?
Zeta: La habíamos pasado tan bien en el Me verás volver que con Gustavo habíamos quedado en que era algo que teníamos que hacer cada tres o cuatro años. Pero pasó lo que ya sabemos en la gira de Fuerza natural y eso nos dejó como congelados.
-¿En que momento pudieron dejar atrás ese desborde emocional?
Charly: Llevar esta emoción al extremo nos sirvió como curación. Somos los guardianes del legado de Soda Stereo y esto quiere decir que esta música no la puede hacer nadie más. Los shows eran la representación en vivo de lo que pasaba en cada disco y esta es la primera vez que no es así. Lo que manda son las ganas de tocar estos temas juntos de nuevo y devolverle a la gente todo lo que nos dio. Nosotros decimos que es la última vez que vamos a tocarlos pero no lo sabemos…
-¿Y porqué lo dicen, entonces?
Charly: Dudo que vuelva a producir un show de esta magnitud con las canciones de Soda Stereo. La intención ahora mismo es cerrar un ciclo.
-Me imagino que debe ser algo necesario en un punto…
Zeta: Por un lado se hace interminable pero también tenemos una necesidad física de tocar estas canciones.
-Pero en algún momento hay que soltar, ¿o no?
Charly: Absolutamente.
Zeta: No estamos pensando en repetir esta gira ni tampoco haríamos un disco nuevo de Soda con otros cantantes, pero es probable que sigamos tocando juntos después porque con él he vivido cosas que ni con mi familia viví.
Charly: Muchísima gente que nunca vio a Soda Stereo tenía la necesidad, llámese virtual o como sea, de hacerlo. Y de hecho sucede porque hay cinco temas donde Gustavo está presente y tres que hacemos con la formación de trío. Y son momentos…
-Fuertes…
Charly: Y sí. De golpe ves las pantallas y estamos ahí tocando de nuevo. Y es así.
Zeta: Parece una fantasía pero es una realidad.
-¿Con que criterio eligieron esos temas donde Gustavo se hace presente?
Charly: Este no es un show de versiones de Soda Stereo sino Soda Stereo. Y cuando le dejamos el centro del escenario a Gustavo es porque son canciones que nadie más puede cantar y también porque nos dan a nosotros un momento de intimidad.
Zeta: Son temas que tienen muy marcado su sello. No puedo imaginar a alguien que no sea él cantando «Fue». Por la letra, por como lo cantó en el estudio…
Charly: –Pero también “Primavera cero”, que generaba una energía única en los tres. Creo que era una de las canciones que más disfrutábamos hacer en los shows.
-Ustedes no son los primeros que hacen este tipo de show. Queen lo hizo, Creedence también y hasta hubo unos Doors girando sin Morrison. ¿Tuvieron en cuenta esas experiencias?
Charly: Esas son bandas que quisieron seguir. Esta es una gran despedida y un gran recordatorio, nunca hablamos de homenaje, de nuestro compañero y hermano en vivo. Es la mejor forma de representar cuánto lo extrañamos.
Zeta: Si no hubiéramos salido con otro cantante y nos meteríamos en todos los festivales. Que una banda argentina pueda tener esta convocatoria es algo poco común.
-¿No se están dando también la oportunidad de demostrar que sin ustedes tampoco hubiera sido posible?
Charly: Nunca sentí eso porque siempre estuvo claro que la banda éramos los tres.
Zeta: Sin Gustavo la historia hubiera sido otra pero también si no hubiera estado Charly y si no hubiera estado yo. Somos Soda Stereo las veinticuatro horas.
-¿Nada más queda? ¿No hay material para hacer un Get Back o algo así?
Charly: No creo que tengamos un material semejante. Esta gira quizás tenga un documental. Pero Zeta y yo estamos muy atentos. Hoy cualquiera te hace una docuserie y los únicos que podemos contar esta historia somos nosotros. Propuestas hay miles. Todos quieren hacer ficción, biopic, documental.
-¿Netflix les ofreció hacer algo?
Charly: Todas las plataformas lo han hecho.
Zeta: No es el momento para nosotros, pero vamos a tener que atender esta situación tarde o temprano. Boy Olmi entró a la sala en la época de Dynamo y filmó muchísimo material. La imagen está bien pero el audio está roto.
-¿Les quedan grabaciones inéditas?
Zeta: Hay muchas zapadas, sobre todo de Dynamo y Sueño Stereo. Hay, por ejemplo, una grabación de veinte minutos que se transforma en «Disco eterno».
Charly: Hace poco apareció el primer demo que se grabó en cuatro canales en mi casa, por ejemplo.
Zeta: Con una versión de «Jet set» con solo de guitarra en vez de saxo y otra letra.
Charly: Eso ya está digitalizado y también hay muchísimas horas de ensayos que tenemos que redescubrir. Pero no estamos pensando en editarlas por ahora.
-¿Porqué Gustavo se despidió diciendo Gracias totales? ¿Se los explicó?
Charly: –Gustavo tenía una cosa muy spinettiana y esa podría haber sido una frase de Spinetta. Me imagino que su cabeza debe haber estado a mil revoluciones pensando: ¿Y ahora cómo carajo le agradezco a esta gente todos estos años? Y le salió eso. Nunca nos explicó por qué.
-¿Soñaron que tocaban con él de vuelta alguna vez?
Charly: Es lo que estamos haciendo porque lo extrañamos.
Zeta: La primera vez que nos juntamos en la sala a probar fue como entrar en un sueño. Seguimos ahí.