Por décadas el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos fue uno de los reconocimientos más prestigiosos de la literatura en español.
El galardón, entregado por el gobierno venezolano a través del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), lo recibieron autores como Mario Vargas Llosa (por La casa verde en 1967), Gabriel García Márquez (Cien años de soledad en 1972) o Carlos Fuentes (Terra Nostra en 1977).
Pero su bien ganada reputación ha sido puesta en duda desde que el chavismo llegó al poder y politizó el premio. Esta semana se divulgó la lista de postulados, que aunque en la actualidad es bienal no se entrega desde hace cinco años, cuando lo ganó el colombiano Pablo Montoya por Tríptico de la infamia.
Uno de los primeros en criticar a los candidatos fue Rodrigo Blanco Calderón, ganador el año pasado del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por The Night. En un tuit en el que compartió la lista de candidatos, expresó: «Basta ver la lista de obras concursantes para ver que el Premio Rómulo Gallegos se ha convertido en un hotel para turistas de la dictadura chavista. Ningún narrador venezolano que se respete se está prestando para esta farsa».
De inmediato decenas de escritores venezolanos fijaron posición.
«Ojalá que la literatura fuera siempre el territorio de la pureza. Participar en el Premio Rómulo Gallegos es una bofetada a cada uno de los venezolanos que hemos padecido, dentro y fuera, la dictadura chavista, la destrucción de Venezuela», expresó Juan Carlos Chirinos.
Mientras que Ana Teresa Torres recordó: «En la edición del premio Rómulo Gallegos 2009 los escritores venezolanos manifestamos nuestro malestar y solicitamos el retiro de las obras enviadas por las editoriales y/o nuestra objeción a participar. Pero nada de eso les importó a los que participaron después, algunos muy famosos. Recuerdo que Ricardo Piglia dijo que habíamos tenido una actitud estalinista».
Otros autores que se sumaron a las denuncias fueron Yolanda Pantin, Jacqueline Goldberg, Leonardo Padrón, Juan Carlos Méndez Guédez, Antonio Lopez-Ortega y José Urriola.
Urriola aprovechó para responderle al argentino Patricio Pron, uno de los pocos autores conocidos que aparece en la lista de 184 candidatos. También están postulados César Aira y Rodrigo Fresán. «Imagine que ese premio estuviera organizado en 1978 por la Junta Militar dirigida por Videla. Y uno le dijera a usted que el premio no le pertenece ni a un sector ni al otro. Y que ojalá lo ganara para poder visitar a los queridos amigos argentinos que viven en dictadura», dijo el autor de Santiago se va y Fisuras.
La respuesta del venezolano vino porque Pron explicó que se postuló debido a que «se trata de un premio alguna vez ganado por escritores que admiro. Se trata de un premio establecido hace décadas y que creo que pertenece a todos los venezolanos, no solo a los de un sector u otro».
Pero las palabras de Urriola le hicieron cambiar de opinión: «Lo que me dices es importante y acertado, José. Dame unas horas para pensarlo, gracias».
Según las indicaciones en la página del Celarg, el Rómulo Gallegos, que cerró su plazo de admisión el 27 de febrero, se entregará el 2 de agosto de este año. Aún no está claro cómo será este acto tomando en cuenta las medidas de la cuarentena. El premio consiste en la entrega de un diploma y 80.000 euros. Los 100.000 dólares que se entregaban hace cinco años Pablo Montoya los recibió con retraso.
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