Carlos Jelambi y Carluis Medina querían hacer stand up con más frecuencia. Buscaban, sin suerte, un lugar para presentarse todas las semanas. Los pocos espacios que había desistían muy rápido de la idea o cerraban al poco tiempo. Cansados de saltar de un lugar a otro, querían crear su propio circuito de comedia. Estaban decididos a hacerlo.
Se conocieron haciendo stand up. Coincidieron en los circuitos de comedia de Caracas, que surgían y morían rápidamente. Comenzaron su carrera en la misma época, con apenas dos años de diferencia. Ambos hicieron su primer show de comedia en un concurso organizado por Sin Mordaza en la Universidad Católica André Bello (UCAB), donde estudiaron Comunicación social. Ambos perseguían lo mismo: crecer en la comedia más allá de los circuitos.
“Yo estaba en la búsqueda de personas que tuvieran hambre de crecer porque estaba viendo que hay comediantes que solo se quedan en los circuitos y eso está bien, pero yo estaba buscando a alguien que quisiera crecer cómo yo”, cuenta Carluis Medina, de 23 años de edad.
Comenzaron en un local en Chuao donde presentaron tres shows. En los dos primeros les fue bien, en el tercero no. No los volvieron a llamar y dejaron de responderles los mensajes. No hubo explicación, los “ghostearon”. Al poco tiempo, descubrieron la razón: los habían sustituído. Un comediante con un estilo completamente diferente al de ellos tomó su horario. Entendieron que ya no los querían más allí.
Les tocó comenzar de nuevo, buscar otros lugares para presentarse. Un día recibieron una propuesta que pondría fin a su búsqueda. Samuel Rodríguez, dueño de Pizpa Fun, quería armar una programación semanal de stand up en el local de Altamira y les ofreció un día fijo. No dudaron y aceptaron de inmediato. Así, empezó Stand up pa’ los pavos, show con el que Carlos y Carluis se presentan todos los miércoles en Pizpa desde hace casi dos años.
Acostumbrados a hacer stand up solos, los comediantes querían intentar algo diferente. Querían que el público viera algo distinto todas las semanas y que funcionara para las redes sociales. Para lograrlo, dice Carluis, además de probar material distinto todas las semanas, inventaron secciones y dinámicas en las que participaba el público.
El show también les ha permitido seguir probando material por separado y, además, incluir a otros comediantes. “La evolución del show ha llevado a que tengamos un espacio dentro del mismo show para presentarnos, eso antes no pasaba. Desde hace tres meses decidimos hacer stand up por separado en el show porque los dos somos standoperos y estábamos acostumbrados a presentarnos en circuitos y a probar nuestros chistes. Ahora tenemos 15 ó 20 minutos cada uno y seguimos con las secciones”, explica Carluis.
Desde el principio, se tomaron todo con mucha seriedad, como un trabajo. Querían que el proyecto creciera. Para lograrlo, comenzaron a planificar, paso a paso, lo que podían hacer. “Primero decidimos hacer shows fuera de Caracas. Fuimos a Valencia, Barquisimeto, Maracaibo, Maturín y Yaracuy. Luego dijimos ‘vamos a grabar nuestros primeros especiales’, después vino el podcast y empezamos a hacer un sketch mensual fijo. Hemos ido añadiendo metas y la siguiente que tocaba era salir a girar fuera del país”, asegura Carlos Jelambi, de 27 años de edad.
Cuando anunciaron sus primeros shows fuera de Caracas, recibieron mensajes de venezolanos en otros países pidiéndoles presentarse en sus ciudades. “Era una constante que cada vez que anunciábamos una fecha en una ciudad aquí, nos escribía gente de afuera pidiendo shows allá”, cuenta Carlos, quien cuenta que en ese momento consideraron girar fuera de Venezuela.
La idea los entusiasmaba. De inmediato, buscaron productores para planificar la gira. “Algunos no nos respondieron al principio, pero como ya conocíamos a varios comediantes establecidos, les dijimos que nos ayudaran, que nos recomendaran. Así fue que nos respondieron y comenzamos a organizar todo”, cuenta Carluis sobre la primera gira internacional con Stand up pa’ los pavos, con la que visitarán Colombia, Argentina y Chile en abril. Por ahora.
Al principio, los comediantes querían incluir Europa, pero les recomendaron comenzar por Latinoamérica. “Nos dijeron que probáramos primero en Colombia, Argentina y Chile, que es lo que suelen cubrir los comediantes venezolanos cuando salen por primera vez”, dice Carluis.
Sobre la estructura de los shows, los comediantes aseguran que mantendrán la misma dinámica con ligeros cambios. “A nivel de secciones de impro serán menos las que podremos hacer porque hay algunas que requieren más comediantes, pero el show tendrá impro y stand up individual de cada uno”, comenta Jelambi. Ahora están preparando parte del material individual que presentarán en la gira. “Tenemos dos shows en Valencia y Maracay para calentar motores e ir lo más afilados que se pueda a la gira”, agrega Carluis.
Los clips de los shows y los sketches de Carlos y Carluis han llamado la atención de venezolanos fuera del país, así como de amigos comediantes parte de la diáspora. “Recibimos apoyo comunicacional de muchos otros comediantes ya consolidados. Por ejemplo, el primero en invitarnos a su podcast fue Led Varela. También nos pasa que muchas veces hacemos algún sketch y lo comparte la gente de El Cuartico, los de Escuela de Nada o Nanutria. Honestamente, nos dan bastante amor y respeto, y eso es muy lindo”, dice Jelambi .
Agrega Carluis: “Creo que nos agarraron cariño porque llenamos un hueco que había desde hace rato en la comedia en el país. Nosotros fuimos inteligentes y nos dimos cuenta de eso y empezamos a crear cosas, a las personas les gustó y nos dieron su cariño”.
Además de los shows y los sketches, los comediantes comenzaron su podcast Pa’ los pavos. En diciembre, publicaron el primer episodio y hasta la fecha suman 19. La idea surgió con la intención de afianzar a su público. “Son contenidos para públicos distintos. Por ejemplo, los shows en vivo sirven mucho para expandir al público con los clips, para que se viralicen y la gente los comparta, otros los vean y quieran ir al show. Con el podcast, el público crece mucho más lento pero crea una relación más fuerte. Al final, el del podcast será nuestro público más fiel”, dice Carlos.
La idea no siempre fue hacer un podcast. Al principio, querían hacer un web show de entrevistas, pero el proyecto a nivel de producción, era inviable. “La idea que teníamos involucraba seis cámaras al mismo tiempo y dos invitados por capítulo. Era una locura”, cuenta Jelambi, quien dice que querían hacer algo que disfrutaran y no les generara tanto estrés. “Grabamos un piloto pero nos dimos cuenta de que no era sostenible. Entonces, un paso a la vez. Pensamos qué podíamos hacer de forma semanal que fuera más sostenible, que nos tripeáramos y que tuviera un poquito menos de presión”. Pero no descartan su idea original. La tienen guardada para el futuro, quizá para usarla en algún capítulo especial del podcast.
Sobre los espacios para hacer stand up en Caracas, aseguran que hay pocos. “Creo que el fracaso de muchos locales que intentan hacer noches de stand up se debe a que los dueños no son comediantes y no entienden cómo funciona todo ni apuestan demasiado por los shows”, dice Carlos. Para que un show se consolide lo suficiente para atraer público nuevo se requiere tiempo, agrega. “Nosotros ahora tenemos un show al que le suele ir bien y vendemos entradas a 10 dólares todas las semanas. Son 100 personas y muchas veces se llena, pero nosotros estuvimos seis meses con un show gratis antes de poder cobrar entrada. La cantidad de locales que te dan la oportunidad de que dures seis meses completamente gratis es bajo, no son muchos los que se animan a eso. Honestamente, el dueño tiene que tener mucha fe en el proyecto”.
“Si a nosotros nos hubiesen dicho ‘tienen dos fechas gratis y a la tercera tienen que vender entradas’, no tuviésemos un circuito”, agrega el comediante.
Pese a la falta de espacios, Carlos y Carluis destacan el esfuerzo de los comediantes Johnny Micarelli y Juan Carlos Rodríguez por mantener y crear lugares para que nuevos comediantes puedan presentarse. “Hay una persona que desde que yo comencé, incluso antes, se ha encargado de mantener lugares random para hacer stand up en Caracas, que es Micarelli. Él siempre se ha encargado de mantener espacios y de darle oportunidad a muchos comediantes nuevos”, dice Medina.
“También Juan Carlos Rodríguez, El rojo. Él tiene un circuito en un lugar que se llama Chévere, que queda en Maripérez, en la Fundación La Salle, y antes tenía otro en Bello Monte en un bar que se llama La factoría del enano”, agrega Jelambi. “Los espacios para probar material siempre han sido pocos”, remata.
Como pocos son hoy los shows de comedia universitarios. “Antes se hacían muchos shows universitarios y ya no hay tantos. Ese era un gran espacio para nuevos comediantes muchas veces”.
Aunque ahora hay más herramientas y facilidades, Carlos y Carluis consideran que hoy es más difícil construir una carrera como comediante en Venezuela. “Creo que hay muchos factores que hacen que hacer stand up desde acá sea más cuesta arriba, uno de ellos es que ya la televisión no es lo que era antes, un espacio que tuvieron muchos comediantes para masificarse cuando comenzaron”, dice Carlos. “También está el tema de que la mayoría de las cosas se consumen por internet, que es real. Pero fuera de Caracas el internet es muy malo y muchos no pueden ver el contenido que está saliendo. Con la televisión, que llegaba a todos los rincones del país, un comediante que salía todos los días a las 8 de la noche, iba a todos lados y todos sabían quién era. Por eso, uno suele girar en lugares cercanos a Caracas y después lo que sigue es salir afuera”, agrega Carluis.
Otra dificultad que destacan los comediantes es que en otras ciudades del país es más difícil vender entradas. “La gente está menos acostumbrada a pagar tickets por eventos y eso dificulta girar dentro de Venezuela. Muchas veces nos dicen ‘Ay, por qué no vienen a Punto Fijo’. Y no sabemos cuántas personas allí estén dispuestas a pagarnos un ticket o cuántos locales quieren recibirnos”, dice Jelambi.
Sobre la nueva generación de comediantes en el país, de la forman parte, destacan el trabajo de sus amigos Reinaldo Guevara, Miguel Rodríguez, Dorian Márquez, Camila Siso, Valentina Rollero y Salvador Schneider, que también tienen shows en Pizpa. “Uno de nuestros show favoritos ahorita se llama Don Comedia, que es cada dos sábados en Pizpa. Es como un show de enfrentamientos entre comediantes tipo roast. Con ellos también grabamos sketches y hacemos cosas”, dice Carlos.
Entre los planes de Carlos y Carluis está girar más, tanto en Venezuela como en otros países. Les gustaría presentarse en Estados Unidos y que sus otros proyectos, el podcast y los sketches, lleguen a más gente. “La idea es ser más profundos con los proyectos que tenemos. Meterle fino al podcast y quizás abrir un patreon, que todavía no tenemos. El podcast ahorita no monetiza. También queremos girar más, ir a más ciudades con más frecuencia. Esa es una meta para este año”, asegura Carlos.
“Queremos que en el país nos amen para que en un rato les rompamos el corazón y nos vayamos. Pero vamos a venir con frecuencia. La meta es esa, lograr que todos los que están en Venezuela y los venezolanos fuera nos amen para después romperles el corazón”, agrega Carluis entre risas.
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