Martín atravesó Caracas en la madrugada en autobús, a Metro y a pie para ver la última película de Avengers. Desafiando la falta de transporte, la inseguridad y el temor a apagones, cientos de venezolanos disfrutaron de un atípico estreno matutino.
La inseguridad y la crisis eléctrica han obligado a los cines de Venezuela a suspender funciones de medianoche, destinadas tradicionalmente a los grandes estrenos. El fenómeno de The Avengers: Endgame trajo este viernes exhibiciones tempraneras tras largas filas por boletos en los días anteriores.
“¡Es Endgame, por favor! ¡Todo por esta película!”, dijo a la AFP Martín Montenegro, de 21 años de edad, quien puso como excusa en el trabajo una importante reunión personal para escaparse a ver a Iron Man, Capitán América y compañía.
“Despido seguro”, bromeó mientras esperaba con palomitas de maíz en mano, junto con dos amigos, el cierre de la saga de Marvel, que está rompiendo récords en taquilla de varios países.
Venezuela no ha sido la excepción, pese a sus severos problemas económicos con escasez de bienes básicos y una inflación proyectada por el Fondo Monetario Internacional en 10.000.000% para el año 2019. Una entrada cuesta poco menos de 1 dólar, pero el salario mínimo apenas llega a 3,4 dólares.
“¡Se fue la luz!”
Martín despertó a las 04:30 am en Caricuao y cruzó al otro extremo para asistir a la primera proyección, a las 07:00 am.
Desde el pasado 7 de marzo, masivos apagones han paralizado el país, y afectado, además, el suministro de agua, las comunicaciones y el ya deficitario sistema de transporte. El servicio comenzó a estabilizarse en Caracas en abril, pero es intermitente en otras regiones.
Kevin Morillo, de 25 años de edad, se llevó un susto cuando la pantalla se apagó en plena proyección. “¡Se fue la luz!”, susurraron algunos espectadores, pero era el intermedio de la película, constató la AFP.
Los apagones han forzado al gobierno de Nicolás Maduro a reducir la jornada laboral y suspender clases, además de activar un plan de racionamiento.
Pero a Jessica González no le importó que sus hijos de 8 y 6 años perdieran otro día de escuela. “Por un día que ellos se agarren, no pasa nada”, dijo la cocinera de 33 años de edad entre risas.
Los fanáticos de los superhéroes llegaron al cine antes de que abriera la mayoría del comercio, si bien el temor a la delincuencia es permanente en la capital de un país en el que la tasa de muertes violentas multiplica casi por 15 la media mundial.
Ángel Quintero, de 21 años de edad, prefirió no pensar en ello. “Vivimos en uno de los países más peligrosos del mundo, así que no importa la hora, uno se siente inseguro a cada momento”, contó a la AFP luego de llegar a la función.