“Yo soy muchas cosas. Yo soy loca, soy ambiciosa, vengativa y sobria, como dice el texto de Hamlet. Amo el trabajo y sé que soy una monja del teatro”.
Así se presenta Camila Rodríguez, la ganadora de la quinta edición del Festival Jóvenes Directores Trasnocho, gracias a la puesta en escena de Riñón de cerdo para el desconsuelo, del dramaturgo mexicano Alejandro Ricaño.
Caraqueña de 18 años de edad, Rodríguez estudió en el liceo Rondadera de San Bernardino. Su acercamiento al teatro ocurrió hace 4 años, cuando participó en un taller dictado por el actor y dramaturgo Armando Álvarez en el grupo Skena. Luego, con el Grupo Actoral 80 y bajo la tutela de Juan Vicente y Héctor Manrique realizó otro taller. Fue entonces cuando hizo click con el mundo de las tablas.
La voluntad de seguir formándose la llevó esta vez a un taller de montaje con Angélica Arteaga, a quien Camila Rodríguez considera como su gran maestra. Fue ella, además, quien la invitó a participar en la obra La granada, presentada en el Trasnocho Cultural en 2017. Actualmente es estudiante del segundo semestre de Artes en la Universidad Central de Venezuela.
“Angélica vio algo en mí que yo no conocía, me enseñó que para dirigir hay que tener mano dura, especialmente si eres mujer. Gracias a ella hice talleres de dirección en La Caja de Fósforos con Elvis Chaveinte, pero aún necesitaba formarme más. Por ello, y con Javier Vidal, en otro taller, aprendí los fundamentos teóricos del teatro y a armar propuestas escénicas. Si no hubiese sido por él no habría enviado Riñón de cerdo para el desconsuelo al festival del Trasnocho”, señaló Rodríguez.
Un jurado integrado por los directores Gerardo Blanco y Matilda Corral, el actor Sócrates Serrano, la gerente cultural Vilma Ramia y la cineasta y directora del Trasnocho Cultural, Solveig Hoogesteijn, concluyó de manera unánime sobre la obra de Rodríguez: “Denota inteligencia y conciencia de riesgo. La valorización y estimulación del trabajo de los actores. El manejo fluido de las transiciones. La calidad de la dirección de arte, el buen gusto en la utilización de los elementos escenográficos y los objetos en función de la historia, la iluminación y la banda musical evidencian la mano decisiva de la directora. Por todo lo anterior los espectadores pudimos viajar a los lugares que nos propone la obra”.
Valentina Garrido y Daniel Rodríguez, protagonistas de Riñón de cerdo para el desconsuelo, fueron reconocidos en el apartado actuación
Rodríguez pensaba que la dirección era difícil y que era posible solo para personas con mucho tiempo en las tablas, figuras experimentadas, como dice, entre ellas Vidal, Héctor Manrique, Luigi Sciamanna y Diana Volpe. Sin embargo, durante el proceso se dio cuenta de que dirigir se le da con más facilidad que actuar. “Es un trabajo muy heavy, crear al personaje y hacer introspección”, dice. Sin embargo, dirigir es más natural y no implica tanto trabajo sobre ella misma, sino con lo que se verá sobre el escenario.
“Yo puedo estar metida en el teatro todo el día, todos los días. Para mí ya el Trasnocho es mi casa. No solo participando directamente en las funciones sino como espectadora. Veo absolutamente todas las obras de la cartelera y me encanta la interacción con los actores y directores. Es muy estimulante y aprendo muchísimo hablando y viéndolos en escena”, comentó. Por ahora no tiene ninguna pieza en proceso de montaje ya que continúa con las funciones de Riñón de cerdo para el desconsuelo en la Sala Plural del Trasnocho como parte del premio recibido. Sin embargo, en algún momento desea dirigir Final de partida de Samuel Beckett y La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca.
Su género preferido es el humor negro y considera que los dramaturgos franceses son los mejores en ello. Sus referentes en el teatro incluyen, en especial, a británicos como Shakespeare y Beckett, y al estadounidense Arthur Miller. Rodríguez también lee las obras de Isaac Chocrón, Arturo Uslar Pietri y Juan Carlos Gardié. La mayoría de los textos los consigue en el portal web del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral.
La ganadora considera que el teatro es una pieza fundamental para reconstruir al país, lo cree necesario porque es un espacio para salir de los problemas cotidianos que sobrecargan negativamente a las personas. “El teatro sirve de espejo, cuenta la realidad de una manera más amena. Es muy importante continuar haciendo obras, actuando, dirigiendo porque el país necesita mucha cultura para rectificar a su sociedad corrompida por la violencia”.
Riñón de cerdo para el desconsuelo vuelve a presentarse a partir del viernes, a las 5:00 pm, y sábado y domingo a las 4:00 pm, en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural.
Los otros ganadores
La quinta edición del Festival de Jóvenes Directores Trasnocho le concedió una mención especial a Jorge Roig, director de Prohibido suicidarse en primavera de Alejandro Casona, mientras que el segundo lugar fue para Andreína Polidor por la puesta en escena de La misión, de Heiner Müller.
Además, los actores también recibieron premios. El de Mejor Actor Novel fue para Douglas Suniaga por su papel en La misión y el de Mejor Actriz Novel para Valentina Garrido por su actuación en Riñón de cerdo para el desconsuelo. Citlally Godoy recibió el Premio a Mejor Actriz gracias a Largo viaje hacia la noche, de Eugene O’Neill, y los actores Gonzalo Velutini (La máxima felicidad) y Daniel Rodríguez (Riñón de cerdo para el desconsuelo) obtuvieron el galardón de Mejor Actor Ex Aequo.
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