Su inmensidad, sus vidrios rotos, sus explosiones y sus dos pisos superiores incompletos lo galardonaron como uno de los edificios más inolvidables de la historia del cine: el Nakatomi Plaza tiene nombre propio en los créditos de Duro de matar, la película que, en 1988, representó un momento bisagra en la carrera de Bruce Willis.
Emma Heming, la esposa de Willis, compartió recientemente un video del actor en la épica locación del filme de acción, a 34 años de su estreno. El edificio donde transcurre la trama es el rascacielos Fox Plaza, que es ni más ni menos que donde se ubicaban las oficinas de Fox en Los Ángeles. Al momento de rodar el largometraje, era una gran torre recién estrenada que no tenía todos sus pisos ocupados y que podían usar como locación sin gastar mucho. Con sus 35 pisos y 150 metros de altura, interpretó en la ficción a Nakatomi Plaza, un espacio que más que un escenario supo convertirse en el coprotagonista de la película de fines de los ochenta que se convirtió en todo un clásico.
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Los primeros afiches de Duro de matar se dieron a conocer a comienzos de 1988 y la reacción del público fue pésima: nadie se tomaba en serio a Willis en el rol de héroe de acción, así que Fox debió rehacer los anuncios para que sólo apareciera el edificio, que parecía el único protagonista. El actor venía de protagonizar la exitosa serie Luz de luna, junto a Cybill Sheperd, y su paso por la pantalla grande parecía más orientada a la comedia.
En el guion original, la trama transcurría durante tres días y no en una madrugada, haciendo del encuentro entre John McClane (Willis) y los villanos una verdadera maratón de 72 horas. Según las declaraciones de McTiernan, el director de la película, modificó esta idea inicial e inspirado en Sueño de una noche de verano, la comedia de Shakespeare, decidió que toda la acción del film debía situarse únicamente en el contexto de una sola noche: durante esa noche el mundo se da vuelta y al amanecer todo se arregla y vuelve a su lugar.
Bruce Willis y su retiro de la actuación
Willis está atravesando una etapa muy movilizante de su vida. Hace unos meses decidió alejarse de su carrera a causa de ser diagnosticado con afasia, una enfermedad cognitiva que supone un trastorno del lenguaje y de la capacidad para comunicarse, ya sea de manera oral o escrita. Las personas que la padecen pierden la habilidad para hablar de manera parcial o total.
Fue a finales de marzo cuando Emma Heming en conjunto con la expareja del actor Demi Moore y sus tres hijas, Rumer, de 33 años, Scout, de 30, y Tallulah, de 28, emitieron un comunicado en el que informaron el retiro de Willis debido a sus problemas de salud. Detallaron que su alejamiento de los sets se debía a un diagnóstico que le impedía seguir trabajando del oficio que abrazó desde muy joven.
Su familia lo apoya y acompaña en todo momento, como retrata asiduamente su esposa a través de las redes sociales. «A los increíbles seguidores de Bruce, como familia, queríamos compartir que nuestro amado Bruce ha experimentado algunos problemas de salud y recientemente se le diagnosticó afasia, que afecta sus habilidades cognitivas», se leyó en un comunicado en Instagram. Además, pidieron consideración y apoyo para el actor del filme A Day to Die, en este momento tan complicado para él.
«Como resultado de esto y con mucha consideración, Bruce se aleja de la carrera que ha significado tanto para él. Este es un momento realmente desafiante para nuestra familia y estamos muy agradecidos por su continuo amor, compasión y apoyo. Atravesamos esto como una unidad familiar sólida y queríamos atraer a sus fanáticos porque sabemos cuánto significa él para ustedes, al igual que ustedes para él. Como Bruce siempre dice: ‘Vívelo a lo grande’ y juntos planeamos hacer precisamente eso», finalizó el mensaje publicado en las redes sociales de la celebridad. Actualmente, Willis disfruta de su matrimonio, de una entrañable amistad con Demi, y de cinco hijas con las que pasa la mayor cantidad de tiempo posible.