“Cada persona tiene su historia y una opinión sobre las historias de otras personas”.
Con esa frase, la cantante Britney Spears inició lo que parece ser una reacción al documental Framing Britney Spears, que se estrenó en Hulu y FX la semana pasada, y a las reacciones de apoyo y disculpas que generó desde entonces.
“¡Todos tenemos tantas vidas diferentes y hermosas! Recuerden, no importa lo que creamos saber sobre la vida de una persona, ¡no es nada comparado con la persona real que vive detrás de la lente!”, agregó la artista de 39 años de edad en su cuenta de Twitter.
Una vez más, en sus más de dos décadas de carrera, Spears es el tema de conversación en muchos medios de comunicación. Esta vez, lejos de tratarse del morbo sobre su situación personal, se han hecho públicas declaraciones de figuras como Sam Smith, Miley Cyrus, Sarah Jessica Parker y Andy Cohen en apoyo a la artista como consecuencia de lo expuesto en el documental, que es parte de los trabajos investigativos The New York Times Presents.
Framing Britney Spears explora la controversia que ha girado alrededor de la estrella del pop, y específicamente los 13 años en que su padre, Jamie, ha sido su tutor, ejerciendo control sobre sus asuntos diarios y decisiones financieras. Ella solicitó que se reemplazara a su padre de ese rol en agosto de 2020, llevando a un sinnúmero de fanáticos a querer ayudar a la estrella, lo que inició entonces el movimiento #FreeBritney. En ese momento, el juez del caso dictaminó que todo se quedara igual.
Durante el año pasado, en las redes sociales cobró auge el movimiento #FreeBritney de parte de fanáticos que entienden que ya es momento de que el padre de la cantante, que mantiene una relación con Sam Asghari, deje de ser su tutor.
Durante el documental, los productores se remontan a los inicios de Spears como estrella infantil y su posterior explosión como diva del pop, incluido el debate sobre la forma en que desde un principio en su carrera fue mostrada más por su imagen sexual que por sus canciones. Como ilustran los productores, con base en pedazos de entrevistas realizadas a la cantante, como fue sometida a preguntas de todo tipo que nunca se las hubieran hecho a un hombre, que iban desde temas relacionados a su cuerpo y hasta a su virginidad. Esto dio paso a un intenso escrutinio sensacionalista que llevó a que la artista fuera asediada totalmente y en todo momento por fotógrafos y camarógrafos.
Uno de los momentos más duros del documental es cuando se muestra cómo se manejó públicamente el fin de su relación amorosa con el cantante Justin Timberlake.
Spears publicó una presentación suya en 2018 al ritmo de su hit “Toxic” y pareció abordar las preocupaciones sobre su salud mental: “Siempre amaré estar en el escenario, pero me estoy tomando el tiempo para aprender y ser una persona normal. ¡Me encanta simplemente disfrutar de lo básico de la vida diaria!”, escribió.
La cantante estadounidense se encuentra en una pausa indefinida de su carrera, pero trabaja activamente en su intento por recuperar el control de su vida y su dinero tras más de una década de una tutela judicial ejecutada principalmente por su progenitor.