A Bradley Cooper le alcanzaron unas pocas escenas y algo más de tres semanas de trabajo con Paul Thomas Anderson en su filme Licorice Pizza para olvidarse de su intención de renunciar a la actuación. Así lo contó el propio Cooper en una conversación con su colega Mahershala Ali organizada por la revista Variety. Como parte de las charlas entre actores que suele armar la publicación durante la temporada de premios, los dos intérpretes intercambiaron elogios y detalles sobre sus más recientes trabajos. El callejón de las almas perdidas y Licorice Pizza para Coope y Swan Song para Ali.
“La razón por la que no renuncié a la actuación fue Paul Thomas Anderson. Cuando me llamó para que pudiera tener un papel en su película pensé: ‘Creo que abriría una puerta en su filme’. Haría cualquier cosa”, recordó el actor que en Licorice Pizza hace mucho más que abrir puertas. Aunque su primer momento en pantalla sea justamente haciendo eso mismo. En el filme que retrata la relación entre Gary (Cooper Hoffman) y Alana (Alana Haim) en el marco de las cercanías de Hollywood durante los años setenta, Cooper interpreta al legendario productor de cine Jon Peters, un personaje tan temperamental como poderoso que recibe a los protagonistas en la puerta de su casa, hecho una furia porque llegaron tarde para instalar el colchón de agua que le vendieron. El intercambio entre el joven Gary y el colérico Peters resulta en uno de los momentos más graciosos y absurdos de un film extraordinario. Y si no hubiese sido por la pandemia tal vez nunca habría existido.
“Cuando la filmación de El callejón de las almas perdidas se puso en pausa por el covid pude dejarme crecer la barba para interpretar a Peters. Los productores rezaban para que no me contagiara porque eventualmente íbamos a retomar el rodaje de la película de Guillermo del Toro. Pero no había forma de que no participara en Licorice Pizza. Fue la primera filmación en ponerse en marcha en Hollywood y mis escenas se hicieron al comienzo del rodaje. Pasé tres semanas y media con Paul viendo todas las pruebas de cámara y con él enseñándome todo sobre lentes y cámaras que yo no sabía. Fue increíble”, detalló Cooper en la charla con Ali en la que también explicó cómo llegó a la película de Del Toro cuando se había prometido solo trabajar en proyectos que él mismo hubiese desarrollado.
“Desde que hice Francotirador me coloqué en la posición de poner en marcha mis propias películas. En ese caso compré los derechos del libro, trabajé con Clint Eastwood para desarrollarlo y con su dirección completé el circuito creativo desde la idea hasta la película terminada. En el caso de Nace una estrella fue un paso más en esa dirección. Comenzó con la idea de querer hacer algo con música y tal vez ser músico y contar una historia de amor. Detrás de eso, claro, estaba el hecho de que los directores que yo admiraba no me convocaban”, recordó el actor que finalmente sí recibió la esperada llamada cuando Del Toro le propuso interpretar al misterioso Stanton Carlisle en su más reciente filme. Pero aún esa convocatoria confirmó su peculiar posición en la jerarquía de Hollywood. Lo suficientemente reconocido y celebrado para ya no tener que pasar por el proceso de audiciones, pero al mismo tiempo no lo suficiente para recibir los papeles más codiciados.
“El callejón de las almas perdidas es un interesante ejemplo de lo inseguro que soy porque aunque tenía la intención de actuar solo en las historias que yo escribiera cuando Del Toro me llamó, después de que Leonardo DiCaprio se bajara del proyecto, me di cuenta de que todavía era esa persona que quería pertenecer. De repente un director que no había pensado en mí como su protagonista estaba interesado en trabajar conmigo. Por supuesto que tenía que decir que sí porque nunca antes me habían aceptado en ese grupo. Fue una mezcla de inseguridad y ego. Por suerte terminó siendo una experiencia maravillosa”, relató Cooper que también adelantó algo de Maestro, su próxima película como realizador, guionista y actor sobre la vida del afamado director de orquesta Leonard Bernstein. “Quise ser director de orquesta desde la infancia. Estaba obsesionado con el tema al punto de que a los ocho años le pedí una batuta a Papá Noel. Steven Spielberg estaba pensando en hacer esta biopic y tuvimos conversaciones sobre mi potencial actuación en ella, pero como yo había estado trabajando en Nace una estrella solo estaba interesado en escribir y dirigir películas. Y como él sabía que no iba a ponerse a trabajar en ese film por un tiempo fue generoso como para cedérmela y en eso estoy trabajando hace más de cuatro años para finalmente empezar a filmar en mayo”, concluyó Cooper que justo cuando estaba decidido a dejar de esperar las llamadas tan soñadas empezó a recibirlas.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional