Brad Pitt se desahogó. En entrevista para el diario estadounidense The New York Times, confesó que, después de la experiencia de divorcio de Angelina Jolie, pasó un año y medio en Alcohólicos Anónimos. Y es que una de las razones de la pareja para terminar la relación fue el problema de adicción del actor.
La nueva película de Pitt, Ad Astra, se estrena en Estados Unidos este 19 de septiembre. En la cinta, dirigida por James Gray, el actor interpreta al ingeniero Roy McBride. Con su padre desaparecido en el espacio, el protagonista emprende una misión de rescate, de autoconocimiento y de reflexión sobre la vida misma.
Fue justamente eso lo que llamó la atención de Pitt para protagonizar este filme. Cuando fue llamado para el papel en Ad Astra, en 2017, recién culminaba su separación de la actriz estadounidense. «Tenía cosas familiares. Lo dejaremos así», dijo en la entrevista con The New York Times sobre ese período de su vida.
A continuación, el actor reveló lo que verdaderamente atravesó con su divorcio. «El hecho es que todos llevamos dolor, pena y pérdida. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo ocultándolos, pero están ahí, están en ti. Entonces abres esas cajas», contó.
Una de las razones de la pareja para poner fin a su matrimonio fueron los problemas de alcohol que tenía, en el momento, el protagonista de Troya. «Había llevado las cosas tan lejos como pude, así que eliminé mis privilegios de beber», confesó el actor, quien pasó un año y medio en Alcohólicos Anónimos después de la solicitud de divorcio.
Pitt habló del grupo de recuperación que asistió con él a las sesiones. «Tenías a todos estos hombres sentados, abiertos y honestos, de una manera que nunca había escuchado», dijo. «Era un espacio seguro donde había poco juicio y, por lo tanto, poco juicio de ti mismo», agregó.
Sobre la experiencia, el actor considera que encontró una forma de catarsis y aprecia la confianza que hubo en el grupo. Nadie vendió sus historias personales a la prensa. «En realidad fue realmente liberador exponer los lados feos de uno mismo. Hay un gran valor en eso», manifestó.
Pitt saltó a la fama en los años noventa después de su breve participación en la cinta Thelma y Louise. De personalidad cerrada y con pocas ínfulas de celebridad, al actor le afectó la atención que el mundo puso sobre él.
«Fue realmente incómodo para mí, la cacofonía de expectativas y juicios. Realmente me convertí en un poco ermitaño y simplemente me uní al olvido», confesó.
Su compromiso con Gwyneth Paltrow y el matrimonio con Jennifer Aniston, no le ayudaron a salir de la palestra pública. Su vida no era «la lotería que parecía desde afuera».
Después de trabajar en cintas como Se7en, los siete pecados capitales (1995), El club de la pelea (1999) y El curioso caso de Benjamin Button (2008), Pitt comenzó a encontrar su equilibrio.
Pero fue con su matrimonio con Jolie, en 2014, que se acostumbró a ignorar las expectativas de los demás. «Esos pensamientos dudosos, la charla mental, la rata en el cráneo, eso es comedia», dijo Pitt.
“Es ridículo que nos golpeemos de esa manera. No importa. Pasé demasiado tiempo luchando con esos pensamientos, o atado a esos pensamientos, o enjaulado en esos pensamientos «, concluyó sobre el tema.
Después de su divorcio, Jolie ha luchado por la custodia de sus hijos (tres biológicos y otros tres adoptados) y la manutención justa que debe dar el actor. Finalmente, en diciembre de 2018, la ex pareja llegó a un acuerdo.