Tras permanecer casi un año alejado del alcohol, Ben Affleck volvió a sufrir este fin de semana una segunda recaída después de su último ingreso en una clínica de rehabilitación el pasado agosto. El actor, de 47 años de edad, mostró dificultades para caminar mientras salía de su hotel este fin de semana cuando se dirigía a una fiesta de Halloween de Unicef en West Hollywood, en Los Ángeles.
El medio norteamericano TMZ hizo público un video en el que se ve al intérprete vistiendo un traje oscuro y una máscara del villano de la película Scream, con evidentes problemas para mantenerse en pie. En las imágenes se le ve subirse al asiento de atrás de una camioneta con una mujer.
«La sobriedad es difícil y difícil de alcanzar para todos los que luchan contra la adicción», comentó un amigo de Affleck a la revista People. «Ben ha reconocido que va a fallar de vez en cuando, pero lo intenta», agregó la misma fuente.
Horas antes de la fiesta, el actor hizo mención a su recuperación en el último año. Publicó en las redes sociales un mensaje sobre su vida personal.
«Seamos serios por un momento. Hablemos de algo que es realmente importante», escribió. «He estado en recuperación por más de un año y parte de eso es ayudar a otros. @themidnightmission es una organización increíble que ayuda a los necesitados con vivienda, capacitación, desarrollo y recuperación», posteó.
«Estoy haciendo una donación hoy porque hay personas que luchan contra la adicción todos los días y que no tienen los recursos y necesitan ayuda», continuó.
Rehabilitación
Affleck, que ha estado en rehabilitación varias veces, ingresó nuevamente a una clínica en agosto. Permaneció en el centro, con breves descansos para hacer ejercicio en casa y asistir a reuniones de negocios, hasta principios de este mes, cuando rompió el silencio sobre su tratamiento en una emotiva declaración en Instagram.
«Esta semana completé una estadía de cuarenta días en un centro de tratamiento para la adicción al alcohol y permanezco en atención ambulatoria», revelaba entonces el actor. «Combatir cualquier adicción es una lucha difícil y de por vida», agregó. «Por eso, uno nunca está realmente dentro o fuera del tratamiento. Es un compromiso a tiempo completo. Estoy luchando por mí y mi familia», insistía.
«Ser alcohólico es parte de mi vida. Es algo con lo que lidio. No tiene que subsumir toda mi identidad y ser todo, pero es algo en lo que tengo que trabajar. Tuve un problema y realmente quiero abordarlo y estoy orgulloso de eso», reflexionaba semanas atrás.