De la misma manera que la biografía de Luis Miguel generó revuelo internacional, se espera que la historia de Roberto Gómez Bolaños, conocido como Chespirito, creador del Chavo y el Chapulín colorado, promueva un impacto mayor.
Al menos así lo cree Roberto Gómez Fernández, hijo y celoso heredero de todo el patrimonio artístico de su padre. Ya en vida de Chespirito, Roberto fue quien impulsó el aggiornamento del material original, lo que permitió poner el acento en el merchandising, como así también en subproductos como videojuegos o la serie animada del Chavo. Este año sumó algunas publicaciones de concientización sobre los cuidados sanitarios frente al coronavirus.
Por ello es que Gómez Fernández está convencido de que la vida de su padre ostenta matices suficientes para un ambicioso proyecto en capítulos. Tania Benítez, también productora del proyecto, hizo referencia al coronavirus en relación con el trabajo que se encuentran realizando: «El aislamiento nos ha permitido explorar y ver qué queremos recrear».
A pesar del hermetismo, trascendió que la serie de Chespirito tomará desde su infancia hasta los momentos clave de su vida. Su llegada a la televisión, el nacimiento de sus personajes más famosos (habrá perlas como la inspiración de sus hijos para dotar de vida al Chavo), las giras por toda Latinoamérica, sus amores famosos y no tanto, y su relación con el poder. La figura del actor mexicano fue tan grande e inabarcable, que en la cúspide de su éxito no había personaje poderoso que no quisiera estar junto a él.
Para poder llevar al pie de la letra el deseo del intérprete fallecido en 2014, el guion de la serie se basa en su autobiografía Sin querer queriendo (2006). Y además de situaciones ficcionadas se supo que contará con material de archivo inédito recopilado por la familia.
Apenas la pandemia de coronavirus permita retomar la actividad normal, los productores comenzarán con el casting para encontrar a los actores que interpreten a cada uno de los personajes que fueron clave en la vida de Gómez Bolaños. Dada la magnitud de la producción y lo rico del material original, no se descarta un elenco de diferentes países de América Latina, como así también la posibilidad de registrar imágenes para recrear la vida de Chespirito en locaciones reales. El rodaje está previsto para 2021, y se prevé que pueda estrenarse en la segunda mitad de ese año.