El 20 de noviembre de 2002 se estrenaba en la pantalla del ya desaparecido canal de televisión venezolano RCTV la telenovela Mi gorda bella. La ficción contaba la historia de Valentina Villanueva Lanz, una joven que debía sortear un sinfín de obstáculos familiares y laborales, muchos de ellos generados por los prejuicios que implicaba su sobrepeso.
Este título, que hoy no le caería bien a la audiencia, se dio en medio del boom de las novelas mexicanas, colombianas y venezolanas que se exportaban a toda América Latina. Surgió después de Betty, la fea (1999) y, como esta, ahondaba sobre la discriminación que enfrentan las personas que no se ajustan al estándar físico hegemónico.
Luego de personificar el protagónico de esta novela, Natalia Streignard participó de producciones como ¡Anita, no te rajes! (2004), La tormenta (2005 2006), Decisiones (2005-2007) y El juramento (2008).
Estuvo siete años casada con el actor cubano Mario Cimarro, de quien se divorció en 2006 por problemas diversos.
Actualmente, la actriz lleva 12 años alejada del espectáculo. La protagonista de Mi gorda bella se fue a vivir a Miami, donde se volvió a casar, en 2008, con el empresario Donato Calandriello. La pareja tiene tres hijos: Jacques, de 9 años; Gia, de 6; y Geanni, de 3.
Desde el país sigue definiéndose como un personaje público y mantiene el contacto con sus seguidores. Durante la cuarentena implementada por la pandemia de coronavirus, se mostró encerrada dentro de su casa y aprovechó para compartir algunas rutinas de entrenamiento.
La actriz retirada es hija de una argentina y un alemán que emigró a Venezuela. Sin embargo, nació en Madrid, España, y se mudó a Venezuela cuando tenía tres años.
Comenzó su carrera artística a los 21, cuando quedó segunda en el certamen de belleza de Miss Venezuela 1992. Pese a que no ganó, su participación la hizo saltar a la fama y fue contratada para participar en la novela Pedacito de cielo (1993).