No era la conmemoración de los 500 años del fallecimiento de cualquier artista.
Pintor, escultor, ingeniero, inventor, músico, escritor y anatomista, Leonardo Da Vinci marcó un hito en la historia universal del arte en una época en la cual la concepción del mundo empezaba a girar hacia el antropocentrismo. Ante esto, la curadora Mariela Provenzali comenzó a contactar a artistas venezolanos que, a su juicio, tuvieran un espíritu renacentista para representar las facetas del florentino. El resultado de esa petición son las obras que se exhiben en la Galería CAF, en la exposición Vigencias a 500 años de Leonardo Da Vinci, también como inicio de la celebración de los 50 años de la Corporación Andina de Fomento.
Con ese criterio resultaron seleccionados Rafael Araujo, Isabel Cisneros, Graziano Gasparini, Víctor Hugo Irazábal, Antonio López Ortega, Carlos Medina, Julio Pacheco Rivas, Aureliano Parra y Antolín Sánchez. Cada uno desde su disciplina destaca la vigencia del pensamiento de Da Vinci en los tiempos que corren a través de aproximaciones creativas que evocan las facetas del polímata.
Conceptualizada desde hace seis meses, la exposición abarca desde una sucesión de fotografías, esculturas y planos arquitectónicos hasta un texto de una página perdida del diario del pintor, así como creaciones digitales en 3D.
Leonardo Da Pixel. El fotógrafo Antolín Sánchez asocia el punto como elemento básico de la pintura con el pixel, que es la unidad mínima de información de una fotografía. De izquierda a derecha, comienza con una fotografía que muestra el pixel de los labios de Jesucristo y culmina con un plano general de una fotografía urbana de un edificio en Vista Alegre que tiene representación del cuadro de La última cena (1498), capturada con anterioridad y no revelada. De lo abstracto a lo figurativo y viceversa.
Más allá de hacer alusión a una de las obras más famosas de Da Vinci, Sánchez resalta el uso de la perspectiva lineal como método de la representación de la tercera dimensión. Una técnica que fue desarrollada a partir del Renacimiento para crear ilusiones de profundidad con el uso de líneas paralelas que convergen en un punto de fuga en planos que son bidimensionales.
Neutrinos homenaje a Leonardo. El artista visual Carlos Medina, a través del manejo del acrílico y del nylon, muestra una obra que contiene partículas suspendidas en el aire, cuyo juego de volumen en el espacio siembra dudas sobre la cercanía o lejanía de estas. “Es una persona que llegó a la esencia de la materia. Esta obra es como ver algo que no se ve, como eso que veía Leonardo que nosotros, quizás, todavía no logramos ver”, dijo la curadora al respecto.
Maestro, perdone usted lo igualado. Utilizando copias de un cuaderno de botánica de Leonardo Da Vinci, Víctor Hugo Irazábal establece un vínculo con estos dibujos “en una relación fantasiosa de complicidad” que lo llevó a intervenir las copias como forma de rendirle un homenaje al florentino.
Engranaje. Guardada en una colección privada desde 2008, la escultura de la artista plástica Isabel Cisneros está inspirada en las paletas que servían como propulsión de los barcos, proyecto ideado por Da Vinci que, señala, es uno de los que más le llama la atención. Son piezas cuadradas de arcilla con deformaciones en los bordes que hacen alusión al desgaste y le genera movimiento a la obra. “Es el trabajo más idóneo para explicar mi fascinación con él”, expresó.
Página extraviada del diario de Leonardo. Un texto parece entablar una conversación con una de las mujeres cuya autoría es atribuida a Da Vinci, La Belle Ferronière (1490). “Primero tus ojos, que miran y no miran. Te he pedido que me veas, pero prefieres mirar hacia la nada. Esa pose airada no te favorece, pero así pasarás la eternidad. Francisco I me ha pedido que te retrate, sospecho que para amarte siempre, pero aunque tú no quieras, ambos estaremos en este taller el tiempo que la obra lo exija”, comienza el escrito de Antonio López Ortega, fechado en mayo de este año. Con estudios literarios del siglo XV, XVI y XVII, se traslada 500 años atrás para retratar a través de las letras el momento en que el artista pintó el cuadro.
El silencio es un cuerpo en el aire. Todo empieza a partir de un pétalo. El artista Aureliano Parra comenzó a revisar nuevamente la historia de Da Vinci, luego de la petición de Provenzali. A medida que iba leyendo, iba construyendo pieza por pieza con ayuda de su hermano. De una estructura principal surgen otras que en conjunto simbolizan el vuelo y hacen alusión a las máquinas de volar que desarrolló el científico renacentista.
Dábale arroz a la zorra el abad. Si algo se le agradece a la pintura renacentista es la representación de objetos tridimensionales sobre una superficie bidimensional. Principios que el artista Julio Pacheco Rivas demuestra en sus obras. En esta pieza maneja la concepción espacial con un palíndromo en diferentes niveles. Hecha en formato digital, el autor invita al espectador también a un recorrido virtual como complemento de su participación en la exhibición.
Vigencias a 500 años de Leonardo Da Vinci
Galería CAF, avenida Luis Roche, Altamira
Horario: Lunes a Viernes, 10:00 am a 5:00 pm
Domingo: 11:00 am a 3:00 pm
Entrada libre