ENTRETENIMIENTO

Antonio Banderas logra que los Goya virtuales tengan más estrellas que nunca

por Avatar EFE

La gala de los Premios Goya 2021 pasará a la historia por ser la primera que se celebre en una versión mixta, presencial y online, y también por ser la que reúna más rostros imprescindibles del cine mundial en un solo escenario: el del Teatro Soho CaixaBank de Málaga, ciudad natal de Antonio Banderas.

Robert de Niro, Al Pacino, Dustin Hoffman, Helen Mirren, Charlize Theron, Isabelle Huppert, Monica Bellucci, Salma Hayek, Sylvester Stallone, Benicio del Toro, Emma Thompson, Ricardo Darín y Laura Dern, entre otros, se conectarán a los Goya mañana por la noche para decir al mundo que -además de ser amigos de Antonio Banderas- están con el cine español.

Ellos son algunos de los invitados de lujo que llegan del exterior, pero muchos artistas españoles imprescindibles también estarán en el Soho: entregando premios, celebrando y gritando fuerte por la salud y por la pervivencia del cine.

Son la crème de la crème que cualquiera llevaría a su fiesta: Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, Alejandro Amenábar, Jota Bayona, Antonio de la Torre, Belén Cuesta, Maggie Civantos, Marta Nieto, Paz Vega, Natalia Verbeke, Najwa Nimri, Emma Suárez, Marta Etura, Jose Coronado, Leo Sbaraglia, Jon Kortajarena, Hiba Habouk o Roberto Álamo.

Serán ellos los que subirán al escenario virtual para entregar los premios a sus colegas, que estarán esperándolos en sus casas, al ritmo que marquen los conductores de la gala desde el teatro malagueño, Antonio Banderas y la periodista María Casado.

Las actuaciones de Nathy Peluso, Vanesa Martín, Aitana, Diana Navarro o Carlos Latre, que recordará con humor el centenario de Luis García Berlanga, pondrán las notas musicales a la ceremonia, que retransmitirá La cadena 1 de RTVE y se podrá seguir en la mayor parte del mundo a través de su web.

Una gala que tendrá un momento mágico, este sí, en vivo y en directo, cuando Ángela Molina, ganadora del Goya de Honor de esta 35 edición, suba al escenario a recoger su estatuilla verde.

Pero, de los 29 premios que se conceden mañana, los ojos latinos estarán puestos en cuatro cineastas que han logrado llegar a la final con unas películas de tal calidad que cualquiera de ellas podría ser merecedora del galardón a Mejor Cinta Iberoamericana.

Ojos para la chilena Maite Alberdi, con su emotivo, divertido e intenso documental El agente topo, una historia de espías en un geriátrico, y para el guatemalteco Jayro Bustamante, que sumerge al espectador en el realismo mágico de una muy especial versión -¿judicial?¿justiciera?- de La llorona.

Y ojos para el mexicano Fernando Frías, con su espectacular relato a son de cumbia rebajada Ya no estoy aquí -emigración, nostalgia, identidad y adolescencia en una misma película- y para un español reconocido en el mundo entero, Fernando Trueba, cuya adaptación de la novela de Héctor Abad Faciolince El olvido que seremos traslada a otra época, remueve, conmueve y emociona.

También dentro de las mejores cintas del año hay actores, actrices, directores y técnicos latinos que pueden llevarse un Goya: como los argentinos Ernesto Alterio y Juan Diego Botto, candidatos a Mejor Actor por Un mundo normal y de reparto por Los Europeos, respectivamente, o la colombiana Juana Acosta, por El inconveniente.

En la categoría de efectos especiales se la juega el chileno Helmut Barnert, por Orígenes secretos, y como única mujer candidata a Mejor Directora de Fotografía, la boliviana Daniela Cajías por Las niñas.

El grueso de los premios se los repartirán, con 13 nominaciones, Adú -la cinta con más opciones-, seguida de Las niñas y Akelarre, que aspiran a 9 Goyas cada una, una más que La boda de Rosa.

Como aspirantes a Mejor Película acompañan a Adú, de Salvador Calvo, Las niñas, de Pilar Palomero, y La boda de Rosa, de Icíar Bollaín, la ópera prima del vasco David Pérez Sañudo, Ane y el sexto largometraje del catalán Cesc Gay, Sentimental, donde se presenta al público español la porteña Griselda Siciliani.

Aunque también se la juega el multiétnico y polifacético Viggo Mortensen, argentino de padre danés nacido en Nueva York y vecino de Madrid, con su primer largometraje como director, Falling, una belleza de película sobre las dificultades de un hijo que intenta hacerse entender por su padre.

Falling se verá las caras con El padre, de Florian Zeller; El oficial y el espía, de Roman Polanski, y Corpus Christi, de Jan Komasa, «peliculones» que se juegan el galardón a Mejor Película Europea.