
La banda de bachata, le dicen muchos, pero Anakena apenas tiene dos canciones en ese género: “Carita triste” y “Guayaba”, de sus temas más exitosos. Aunque el origen del apodo no necesariamente es cariñoso, el grupo se lo ha tomado con humor. Lejos de molestarse, decidieron adoptarlo y honrarlo en su tercer disco: Bachata City, que lanzaron el año pasado y que en los próximos meses los llevará de gira por ciudades de Europa y Latinoamérica.
Todo comenzó como una broma, una idea divertida. Tras una sesión en Madrid con la compositora puertorriqueña Raquel Sofía, quien ha escrito para Lasso y Okills, nació “Tokio”, una bachata y la canción que marcaría el tono y estilo del disco. Al terminar, Mikel Maury y Santiago de la Fuente le mostraron el tema a Antonio Romero y Carlos «Mara» González, la otra mitad de Anakena. Uno propuso: “¿Y si hacemos un disco de bachata solo con nombres de ciudades?”.
Poco a poco, comenzaron a trabajar en las canciones que le darían forma al disco: ocho en total, que grabaron en Bogotá con el productor Juan Pablo Vega. No fue sencillo componer bajo estos parámetros, pero lo lograron. “Toda la composición se enfocó en eso. El nombre de los temas venía por muchas razones: dependiendo del feeling o de si la rima funcionaba con esa ciudad. Recuerdo que había momentos en los que decíamos: ‘Necesitamos una ciudad que sea playa y rime con esto’. Así salió ‘Acapulco’, por ejemplo. Incluso, hubo momentos en los que hacíamos canciones que no tenían ni sentido que tuvieran el nombre de esa ciudad”, cuenta el cantante.
Bachata City es un disco de bachata, pero también hay bolero y tango. “Mara tuvo la idea de hacer un tango. Yo comencé a tocarlo en el bajo, también agarré la guitarra para hacer los acordes, mientras que Mikel y Santi se encargaron de la letra”, cuenta Antonio sobre “Buenos Aires”, canción que escribieron junto con el cantante venezolano Noreh durante una sesión improvisada en Valencia, estado Carabobo, en 2023.
“Hicimos un viaje a Valencia porque teníamos un evento y justamente teníamos un tiempo hablando con Noreh y le dijimos: ‘Mira, vamos a Valencia, llégate. Hagamos algo’. Él llegó con su productor a nuestro hotel y estuvimos en la habitación todo el día escribiendo varias canciones. Salieron unas cinco, pero la que más nos gustó fue ‘Buenos Aires’”, recuerda Antonio.
“Buenos Aires” y “Tokio” no fueron las únicas canciones que escribieron con otros artistas. Todos los temas de Bachata City se hicieron así: en colaboración con Elena Rose, Jambene o El Otro Polo. “Este disco tuvo la particularidad de que todas los temas los escribimos en coautoría con algún músico, artista, amigo para darles otra energía, otra cabeza, que nos sacara un poco de nosotros mismos, de lo que solemos hacer”, dice el bajista de Anakena.
De ese proceso colaborativo surgieron más de 30 canciones: 8 para el disco y el resto esperando por una oportunidad. Pero hubo una que les gustó tanto que decidieron lanzarla fuera del álbum. Se trata de “Caracas”, que publicaron en diciembre. “Es un tema que no quedó para el disco, pero decidimos hacerlo en casa, producirla y publicarla porque nos gustó mucho. De hecho, sin todo lo que aprendimos durante el proceso de grabación de Bachata City en el estudio, sin todo eso que aprendimos de Juan Pablo Vega, ‘Caracas’ no hubiese salido”, asegura Antonio.
Lo más retador del disco fue componer tantas canciones de un mismo género. “Llegó un punto en el que no podíamos más y nos estaba costando componer canciones en bachata porque era la primera vez que hacíamos un disco de un solo género. Pero si te fijas, cada canción es una fusión”, dice Mikel.
Anakena siempre ha estado abierta a experimentar con nuevos sonidos, fusionarlos. Era algo que querían demostrar en Bachata City. “Lo que hacemos es llevar a un formato mucho más comercial los diferentes géneros, un formato más digerible por todo el mundo. Hicimos bachatas ligeras y algunas más pesadas, pero siempre intentamos llevarlo hacia lo comercial. Hay un montón de géneros que estamos intentando hacer a nuestra manera, todas nuestras canciones son fusiones. En este disco hay bachata bolero, bachata tango, bachata house. Eso es algo que nunca va a cambiar, nunca vamos a dejar de experimentar”, asegura Antonio.
Entre los géneros que no han intentado y con los que les gustaría experimentar están el flamenco y la música ranchera. También tienen en pausa un proyecto de salsa. Por ahora, la música en la que están trabajando está más orientada hacia el rock indie. Y confiesa Mikel: “No digo que no podamos hacer una senda canción en vallenato, pero no nos gusta”.
Ansiado regreso a los escenarios
Anakena tenía mucho tiempo sin pisar un escenario. Su último gran show fue en 2023, en la tercera edición del Cúsica Fest, y el año pasado tuvieron un par de presentaciones en Bogotá y Madrid. De allí que el anuncio de esta gira, Bachata City Tour, tenga a la banda muy emocionada. “El año pasado no pudimos tocar casi y nuestra última gira fue hace un par de años. Nos estamos muriendo de ganas por tocar. Tenemos todo este tiempo cuadrando esta nueva gira, cuadrando el show, y ensayando cada quien por su cuenta. También estamos emocionados porque tenemos un montón de tiempo sin estar los cuatro juntos”, dice el bajista.
La gira comenzará el 4 de mayo en Madrid. Luego seguirán por Valencia, Barcelona, Berlín, Londres, Santiago, Buenos Aires, Valencia (Carabobo), Caracas y Bogotá, donde finalizará el 13 de junio. La banda no tiene pensado añadir más fechas en Venezuela, aunque les gustaría presentarse en ciudades donde todavía no lo han hecho, como Mérida. “Nos encantaría tener más fechas, pero la situación ahora no es la mejor”, dice Mikel. Evalúan visitar países de Centroamérica y Norteamérica en el segundo semestre de este año. “Seguro que entre lo que queda de año y el año que viene iremos a algunas ciudades del interior del país”, agregó.
Ver esta publicación en Instagram
Uno de los shows que más emociona a Anakena es el de Caracas, que será en la plaza Alfredo Sadel. “Es un venue que a nosotros de toda la vida nos ha encantado y en el que hemos visto bandas increíbles que admirábamos cuando estábamos en el colegio. Recuerdo haber visto a La Vida Boheme y Viniloversus. Para nosotros ellos siempre han sido inspiración y es un honor poder hacer un show propio allí”, asegura Antonio.
Esta no es la primera gira internacional de Anakena, pero sí la más grande. “Visitaremos un montón de ciudades a las que no hemos ido antes, como Londres y Berlín. Esas son ciudades que nos tienen súper emocionados porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar y es súper fina la expectativa”, dice el bajista.
Uno de los retos de la gira, asegura Mikel, es presentarse sin los músicos que los han acompañado desde el inicio. “Normalmente dirías que una banda empieza con menos personas en tarima y a lo largo del tiempo va creciendo esa cantidad de gente; en nuestro caso ha sido al revés. Siempre hemos sido muchísimos en tarima, normalmente podemos llegar a ser 10 músicos. Pero con el tiempo hemos intentado evolucionar tanto personal como musicalmente. Para esta gira estamos armando un show en el que solo estaremos nosotros cuatro”, dice el cantante, quien también explica que la decisión fue producto de temas logísticos. “Es mucho más sencillo pero también nos complica un poco la vida porque, nos toca hacer un poco de pulpo y muchas más cosas de las que hacíamos. Es un reto súper bonito porque nos hace mejorar muchísimo en muchos aspectos”.
La distancia no ha sido un problema para Anakena
La distancia siempre ha sido un factor en la dinámica de Anakena. La banda comenzó así. Al principio, Mikel era el único que estaba lejos, luego se sumó Santiago y más recientemente Mara, quien hace un mes se mudó a México. Antonio sigue en Venezuela y, por el momento, no tiene planes de emigrar. “No quiero perder el contacto con el país, con mi ciudad, no quiero que Anakena deje de estar presente en Caracas. Voy a intentar quedarme aquí el mayor tiempo posible, hasta que ya no se pueda”, asegura el bajista.
Contrario a lo que muchos piensan, trabajar a distancia nunca ha sido un problema para Anakena. Todo lo contrario, les ha facilitado muchas cosas como, por ejemplo, tener una presencia más allá de Venezuela. “Más que un problema o un obstáculo, siempre ha sido una parte importante de lo que somos como proyecto y ha hecho que seamos más productivos”, asegura Mikel. “Estar en lugares diferentes también es una ventaja porque nos permite atacar diferentes mercados al mismo tiempo. Y ahora que Mara está en México eso nos abre muchísimas puertas allá”, agrega Antonio.
Para la banda la clave de trabajar a distancia ha sido mantener una comunicación clara y constante. “Estar en constante comunicación, rebotando ideas y reunirnos frecuentemente ha sido lo más importante. Por ejemplo, a la hora de componer las canciones es lo mismo. Mikel y Santi tienen una idea, una maqueta, nos la mandan a Mara y a mí. Nosotros grabamos otras cosas, producimos, cambiamos el género y luego se las devolvemos”, detalla Antonio.
Ver esta publicación en Instagram
La dinámica de la banda no ha cambiado. Cada integrante tiene un rol para que el proyecto funcione. Ahora, tras varios años, el grupo demostró que su forma de trabajar, de hacer música, funciona sin problemas. Pero no le temen a los cambios. Están abiertos a reestructurar sus métodos si es necesario. “Nos dimos cuenta de que las dinámicas que tenemos funcionan, pero si queremos evolucionar tenemos que reestructurar todo. Al final lo que nos ha funcionado es que cada uno siempre ha tenido un rol y lo que estamos mejorando es que ahora cada uno deberá tener más de un rol, dividirnos las tareas. Como artistas independientes tenemos que hacer un trabajo muy grande, te tienes que encargar de todo”, explica Mikel.
Cuando los cuatro coinciden en un mismo lugar, aprovechan el tiempo al máximo para trabajar en todo lo que puedan. “Somos muy productivos. En un día podemos grabar 37 TikToks, terminar una maqueta de un tema viejo, componer una canción y guardarla, ensayar, tomarnos fotos… Siempre somos productivos pero cuando estamos juntos eso aumenta”, asegura Antonio.
Sobre la escena musical venezolana, Antonio considera que la cancelación de la tercera edición del Cúsica Fest, prevista para el pasado diciembre, fue un duro golpe para las bandas emergentes que siguen en Venezuela. “Preocupa la falta de espacios y plataformas para potenciar a las nuevas bandas. Lo que pasó con Cúsica fue un golpe durísimo para la escena musical alternativa venezolana. Sin el apoyo de iniciativas como estas, nosotros no estaríamos donde estamos y siento que eso es lo que falta en este momento”.

Anakena cerró el Festival Nuevas Bandas 2022 | Foto Ramsés Romero
Mikel destaca que, debido a la falta de industria musical, las bandas que aspiran a una carrera internacional, quieran o no, tienen que irse de Venezuela, así como lo han hecho Rawayana, Los Mesoneros, La Vida Boheme o Gran Radio Riviera. “Hay un tope porque no existe mercado, a pesar de que uno como artista intenta hacerlo surgir, por miles de razones que todos conocemos simplemente no se da. Es entendible que los artistas quieran pasar esa barrera”.
No consideran esta situación como algo negativo. Todo lo contrario. Lo que han logrado artistas como Elena Rose, Danny Ocean o Rawayana en el exterior es positivo para los artistas y bandas que siguen en el país, pues hace que muchos se interesen por la música que se hace en Venezuela. “Irte no significa darle la espalda a tu país. Incluso tu éxito en el extranjero hace que hagas un poco más de ruido internamente. Creo que los músicos venezolanos estamos en un punto muy bonito gracias a artistas como los Rawayana, que nos están dejando muy arriba con sus Grammy. Eso ha hecho que muchos volteen a ver a los demás artistas venezolanos y se interesen por lo que hacemos”, afirma Mikel.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional