Viaje. Es la palabra que define el primer disco de Anakena, que lleva el nombre de la banda. El material fue estructurado como un crucero que va por el Caribe, de allí que todo está ambientado en un collage que refleja la diversidad de la región.
La intención del disco también es demostrar la versatilidad de los miembros del grupo, que juegan con los ritmos dependiendo de lo que quieren transmitir en cada canción. «En los nueve temas ningún género se repite. Cada ritmo combina con lo que queríamos mostrar. Nuestra misión es divertir a la gente y por eso nuestras letras son sencillas y de cosas que suceden cotidianamente”, dice Santiago de la Fuente, miembro y fundador de la banda.
Esta vez fue diferente a su primer EP. Ahora esperan refrescar su imagen sin perder la semilla que fue sembrada en El mar. Sin embargo, entienden que ambas producciones se complementan y una no podría existir sin la otra.
«Ambos discos fueron importantes. El mar fue algo muy rápido, pero orgánico, natural y bonito. Todas las canciones las hicimos en una noche. A diferencia de Anakena, que requirió mayor compromiso, fue más pensado”.
Y no fue fácil. Trabajar separados, debido a que dos de los integrantes viven fuera del país, fue un obstáculo que tuvieron que sortear. Pero eso no los detuvo. Dice De la Fuente que cuando la musa llega no hay quien la detenga. De ese modo compusieron las cuatro canciones de El mar, en una noche caraqueña que les dio hasta el amanecer para terminar su primera producción.
«Para lograr lo que hemos hecho necesitamos mucha organización y no tener egos. Que las cosas salen bien es porque todos estamos dispuestos a hacer lo necesario», dice el músico.
Agregó: «Siempre que podemos coincidir en un lugar todos, nos planificamos. Ese día tratamos de producir lo que podamos, de modo que adelantemos todo el trabajo que queremos mostrar”.
Además del disco, tienen otro reto antes de finalizar el año. Se presentarán en el Festival Cusica en el que participan también Los Amigos Invisibles, Desorden Público y La Vida Boheme. De la Fuente asegura que tienen expectativas porque «participar junto a tantas bandas es algo impresionante».
No es solo el festival. Ese día también compartirán tarima con la agrupación que fue la inspiración de Anakena en sus inicios. «Los Amigos Invisibles es lo que queremos llegar a ser en algún momento. Tocar en la misma tarima, a pesar de las notables diferencias, es increíble».
Aunque muchos cuestionan que estos eventos se realicen en un país con crisis económica y social, para Anakena es también la oportunidad de aportar, desde su espacio, para construir un país diferente. «Es fácil exigir cambios sin estar dispuestos a hacer algo. Todos afectamos nuestro entorno desde lo que hacemos y la manera de aportar del entretenimiento es con este tipo de evento porque genera muchas cosas positivas”, señala De la Fuente.
2019 se puede calificar como un buen año para Anakena. «No nos creemos tanto lo que está ocurriendo. Nos divertimos con lo que hacemos. A veces sí caemos en cuenta de que la gente se sabe nuestras canciones, pero en esos momentos nos volvemos a llamar a poner los pies en la tierra», resaltó el cantante de 27 años.
A comienzos de 2020 la banda estará de gira por varias ciudades de Estados Unidos y Europa.
Será un año de trabajo en el que sus integrantes esperan superar los 50 toques que tuvieron en 2019.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional